El hada maldita

Gallina.

El día había amanecido, y Joel se despertó cuando los rayos del sol le dieron en el rostro. Recordó lo que había visto en el bosque, pero se dijo a si mismo que quizás era una pesadilla. Ese día no pasó nada fuera de lo normal.

Sin embargo, la curiosidad de él, era más fuerte que cualquier deseo, así que pasada la medianoche, volvió de nuevo pero el bosque no sonaba igual.

Joel avanzaba entre ramas húmedas y hojas que crujían como si quisieran advertirle. La linterna temblaba en su mano, no por el frío, sino por algo que no quería admitir: el silencio era demasiado perfecto. Como si el bosque contuviera la respiración.

El pantano apareció de pronto, como si lo hubiera estado esperando. El agua estaba quieta, espesa, con una neblina que parecía brotar desde dentro. Las flores negras se mecían sin viento, como si lo saludaran.

Joel se acercó al borde. El reflejo tardó en aparecer, pero ahí estaba de nuevo. Primero fue su rostro… luego, algo más.

Los ojos eran suyos, pero no del todo. La boca estaba torcida. La piel, más pálida. Y detrás de él, en el reflejo, algo se movía.

Giró de golpe, pero no vio nada.

—No seas gallina Joel —se dijo así mismo.

Pero los susurros comenzaron y no venían del bosque, sino que venían del agua.

Eran palabras rotas, como si alguien hablara desde el fondo, sin aire. Joel se inclinó, intentando entender. La linterna parpadeó. Y entonces la vio.

Una figura, fugaz, entre la niebla. Alas negras como ramas quemadas, unos ojos rojos que no brillaban… sino que ardían. Cabello largo, flotando como si el agua la sostuviera. Pero cuando Joel parpadeó, ya no estaba.

Solo el reflejo seguía allí. Y ya no era el suyo.

Por un momento el miedo lo invadio y... Retrocedió. Tropezó con una raíz. La linterna se le cayó. El haz de luz se clavó en las flores negras, que parecían abrirse al contacto.

Joel respiró hondo. Quería reír. Quería maldecir. Pero no podía.

Porque en el aire, flotando como un perfume venenoso, había una voz que no era suya.

—Ya me llamaste querido.

Joel agito la cabeza, se levantó, se decía una vez más que no podía ser una gallina, que eso de seguro era su imaginación, una que no tenía. Así que se levantó y se acercó de nuevo. Se sorprendio al ver que el reflejo seguía allí. pero esta vez ya no era el suyo.

Joel parpadeó y el agua se onduló apenas, como si algo respirara bajo la superficie. Y entonces la vio.

Primero fueron los ojos: pero esta vez eran grises, con un destello verde que parecía moverse como humo. Luego, la silueta emergió entre la niebla, caminando sobre el agua como si el pantano la sostuviera. Piel blanca, casi luminosa bajo la luna. Cabello negro, rizado, cayendo como raíces húmedas sobre sus hombros. Vestía de negro, con encaje y telas que parecían hechas de sombra. Gótica, sí. Pero para Joel, era la mujer más hermosa que había visto.

Sonreía, pero no con dulzura. Con hambre, una que Joel no podía descifrar.

—¿Estás perdido? —preguntó ella, con una voz que parecía acariciar y arañar al mismo tiempo.

Joel tragó saliva. Quiso responder, pero las palabras se le quedaron atrapadas en la garganta.

—Yo también lo estoy —dijo ella, acercándose—. Llevo mucho tiempo esperando que alguien me encuentre, ¿podrias enseñarme el camino de regreso al pueblo?

La distancia entre ellos se desvaneció. Joel sintió el perfume de las flores negras, mezclado con algo más… algo que no era de este mundo. Ella lo tocó. Solo un roce en el brazo. Pero fue suficiente.

Un calor extraño se deslizó por su piel. Como si algo se hubiera adherido a él. Como si lo hubieran marcado.

Pero Joel no lo notó, sus ojos están en esa hermosa mujer que había salido en la neblina.

Ella lo miró, aún sonriendo. Y mientras él se perdía en sus ojos, ella deslizó un dedo por su cuello, justo detrás de la oreja. Un gesto sutil. Preciso. Como quien marca el ganado.

Una línea invisible se encendió bajo su piel. Un símbolo que no se vería en el espejo. Pero que ya empezaba a hacer efecto.

Joel no lo sabía. Pero ya no era solo él.

Era suyo.



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En el texto hay: hada, amorprohibo, leyendas terror

Editado: 20.10.2025

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