El hada y el dios del fuego.

Capítulo: 8.

 

—¿Crees que es divertido? —Pregunta Rosa al ver que Adolf la suelta y luego se ríe.

—Sí, me encanta verte temblar. 

—Eres un imbécil.

—Rosa, estás jugando con fuego y te vas a quemar. —Habla el ser inmortal, acercándose de nuevo a ella, sus cuerpos están juntos, él aprovecha y se frota, Rosa siente que sus piernas se tambalean.

—¡Mírate!, pareces una gelatina, ¡tú eres mía!, no lo olvides.

—Ya suéltame, estás desquiciado —dice ella empujándolo con fuerza, al hacerlo la hoja de la vida que lleva en su bolsa cae al suelo.

—Me había olvidado de ti. —Expresa Rosa con una sonrisa.

—¿Qué es eso? ¡Déjame verlo! —El dios del fuego y Rosa, se empujan para tomar el libro de la vida, él desde lejos ve el nombre de la ex diosa de la guerra.

—¡Ella está muerta!, ¿cómo puede ella tener un destino, una vida u otra oportunidad? —Furioso habla Adolf.

—¡No la toques! —Exclama Rosa poniendo su pie arriba de la hoja, él la empuja y ella cae al suelo, Adolf se agacha para tomar la hoja del destino, pero Rosa lo ciega.

—Estúpida hada, quítame este hechizo, si no te mataré en este instante. —Grita molesto, estirando sus manos y tratando de agarrar a la pequeña hada.

—Tranquilo, —Rosa toma la hoja y luego le regresa la vista a Adolf.

—Y dices que eres débil, yo no lo creo, —Adolf suelta poder de su mano y la hoja desciende a él, él la empieza a revisar.

—No la puedes leer, está prohibido. ¡Dámela!, ¡dámela! —Dice Rosa, mientras intenta quitarle la hoja al dios, él es alto y ella pequeña, aunque se estira no lo logra. Adolf chasquea sus dedos y Rosa desaparece.

Adolf se queda observando la hoja de vida de la ex diosa de la guerra, Silvia.

—Está viva como una mortal, en el planeta de los humanos. ¿Cómo es que su espíritu fue enviado a ese planeta? ¡Debo encontrarla! Ella puede volver a la vida a mis soldados, con su espada los convirtió en estatuas y matándola voy a poder regresar con ellos a mi reino del fuego.

Rosa fue enviada por el dios a la entrada del palacio, así que al levantarse, sale corriendo hacia el pasillo donde está Adolf, ella lo ve sentado con las piernas cruzadas en el suelo. Rosa lanza su poder hacia la hoja atrayéndola hacia ella y Adolf hace lo mismo, la hoja de la vida está en el aire, en el medio de ambos, de pronto empieza a cambiar de color.

—¿Cómo te atreves a seguir leyendo? Si te metes con el libro del destino y cambias el karma de alguna persona inmortal o mortal, serás destruido, ¿lo sabes? —Habla ella utilizando todo su poder para que la hoja de la vida de la ex diosa del fuego, Silvia, llegue a ella.

—¡La dañaste! —Grita Adolf, al ver la hoja casi transparente caer al suelo.

—¡Huy! Bueno, es que está prohibido ver el futuro de los seres inmortales. Fue sin querer. —Con tristeza Rosa toma la hoja.

—Pero, ¿por qué tú sí puedes leerla?

—Yo soy la guardiana del árbol de la vida. —Expresa ella.

—¡Eres la guardiana! Así que ahora te toca reparar esta hoja y me quedaré en tu Palacio hasta que lo hagas, ¿entendiste?

*******************

 

En el palacio de los dioses, está Mark, el dios de la guerra, sentado en el suelo pensando en su hermosa hada.

—Mi señor, ¿qué le sucede? Últimamente, lo noto muy pensativo. —Un joven vestido de blanco se le acerca.

—Nada. — Responde Mark pensativo.

—Usted puede compartir sus preocupaciones conmigo. —Habla su sirviente.

—No tengo nada, puedes irte —Ordena con seriedad el dios de la guerra.

—Sí, —el hombre se inclina al suelo y se retira del aposento del dios.

 

---------Flashback, 500 años atrás----------

 

Herido, lleno de sangre, Mark camina con dificultad, él se sostiene de los árboles tratando de llegar al reino de las hadas.

Todavía le quedan algunos metros para llegar al palacio de las hadas. Él siente la presencia de alguien, así que desenvaina su espada y sin ver a la persona, él decide matarla. 

La pequeña hada al ver al dios de la guerra luchando por sobrevivir se acerca y decide ayudarlo, pero se sorprende al ver su reacción, si no fuera porque ella se lanza al suelo, él la hubiera matado.

 El hombre, después de tratar de matar al hada pensando que era un enemigo, cae al suelo.

—¿Te encuentras bien? —Pregunta el hada acercándose al dios, ella de rodilla lo ve y se entristece al verlo en esa condición.

 

----------Fin del flashback----------

 

Mark, al recordar a la hermosa hada y su cara de preocupación, sonríe.

—Gracias a ti, es que estoy con vida. —Habla Mark revisando su cofre, en este tiene un pañuelo y una flor.

—Con su permiso mi señor. —Le interrumpe uno de sus guardias, él cierra el cofre y lo guarda dentro de una gaveta con seguro.

—Adelante —Mark hace señas con su mano.

—Anoche revisamos todo el reino de los cielos y los alrededores de la torre Afral, no encontramos nada sospechoso y tampoco sufrimos pérdidas. —Comunica el guardián de pies, delante del dios de la guerra.

—¿Fuiste al palacio de las hadas? —Pregunta con intereses Mark.

—No, mi señor, en ese sitio está únicamente la guardiana del árbol de la vida, así que no vi necesario ir. —Habla con nerviosismo el guardián.

—Ella es un ser inmortal y merece protección como todos los demás. —Habla enojado Mark, mirando a su guardián con ira.

—Mi señor, el reino de las hadas es un sitio muy lejano y lleva muchísimos años deshabitado. Perdóneme, fue mi culpa. —Expresa el hombre con pánico arrodillándose de cabeza en el suelo.

—Eres un negligente. —Escupe con disgusto Mark. 

—Es mi culpa, revisaré ahora mismo. 

—No hay necesidad Iré yo mismo. —Anuncia Mark, algo preocupado por la pequeña hada, que según él, está sola en el reino de las hadas.




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