Esa pequeña hada me va a escuchar. —Murmura con molestia Adolf— son las nueve de la mañana y todavía no se ha levantado.
Se dirige a la habitación de Rosa, toca la puerta de su habitación, pero no responde, decide entrar, mas la puerta está cerrada desde adentro, Adolf usa su poder y aparece dentro de la habitación, sus ojos se agranda y su pecho se aprieta, el temor que siente le nubla un poco la visión.
—¡Rosa!, ¡levántate! ¿Qué haces en el suelo? ¿Acaso dormiste ahí? —Se agacha y coloca su mano en su frente, él la siente muy caliente, toma su pulso, el cual, esta debil.
—¡¡Basu!! —Grita asustado el nombre de su guardián.
—Sí, mi señor —aparece de inmediato el dragón— ¡oh Dios que le sucedió!
Adolf carga a Rosa y la lleva a su cama, Basu la ve con tristeza mientras la cubre con una manta.
Basu es el guardián más leal de Adolf, no solo por ser un excelente guerrero, sino por ser el mejor curandero del reino del fuego.
—Señor, el poder del hada se consumió gravemente, puede ser a causa de que al entrar a la torre Afral ella tocó el sello que lo protegía y eso hizo que su poder se consumiera, y el poco poder que le quedaba lo ha ido gastando, ya que usted la está obligando a arreglar el libro del destino de la exdiosa de la guerra.
—¿Cuándo podrá arreglar el libro? —Pregunta el dios inmortal con los brazos cruzados.
—Mi señor, el libro del destino está hecho de la energía espiritual del cielo y la tierra, y contiene el karma de la exdiosa, si usted quiere que lo arregle, ella necesitará… —Informa Basu sentado en la cama de Rosa.
— ¿Qué quieres decir? —Lo interrumpe Adolf con la voz abrasiva.
—Usted debe dejar que ella se recupere por completo y si no lo haces, me temo decirle que el hada jamás podrá arreglar el libro del destino.
—¿Cuándo se recuperará por completo? ¿Un día? ¿Una semana? ¿No me digas que debo esperar un mes a qué esta simple flor se recupere? —Interroga Adolf con un suspiro cargado de molestia.
—Mi señor, no olvide que la pequeña flor es descendiente de la reina de las hadas, ella es muy fuerte, lo único que necesitará es tener un buen descanso, si le soy sincero, no sé si ella se recupere por completo, el tiempo nos demostrará que tan fuertes ella.
—¿Esperar? Lo que menos tengo es paciencia. Hoy es la prueba, ¿podrá levantarse para asistir? — Pregunta el ser inmortal con la mirada puesta en el hada.
—Dele algunas horas, es temprano, pronto ella se estará levantando. —Manifiesta el dragón con una sonrisa en el rostro, tantos años conociendo a su rey le da la oportunidad de diferenciar sus gestos, saber que está preocupado por una flor como Rosa lo llena de alegría, ya que jamás Adolf se ha interesado por alguien como lo hace por el hada.
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—¡Uy! ¡Qué dolor de cabeza tengo! ¿Qué hora será? El sol está muy fuerte, ¿oh dios mío? La prueba de los inmortales es hoy, se me va a hacer tarde.
El hada sale corriendo y se toma una de las pociones de la eternidad, luego se mete en la ducha.
Esta poción me va a ayudar a pasar con éxito el examen, espero y funcione, yo quiero estar al lado de Mark y servirle por toda la eternidad.
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En el reino de los cielos está Mark usando su poder para preparar una píldora de la eternidad.
—Mi Señor, usted puede poseer un gran poder, pero le aconsejo que no lo malgaste de la manera como lo está haciendo. — Habla el sirviente del dios de la guerra detrás de unas cortinas, desde ahí él puede observar a su amo, preparar la píldora de la eternidad, la cual ayudará a la persona que la tome, ser fuerte y poderoso.
— Es mi poder, es mi problema, ¡retírate a trabajar en este momento! — Habla con autoridad, él está sentado con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, apunta sus dedos hacia el arca de diamante con oro, él toca su pecho y luego dirige sus manos de nuevo al arca, de él sale una luz azul con rayos.
—¡Vete! No necesitas quedarte conmigo. —Agrega el dios de la guerra.
—No comprendo, ¿para quién es esa píldora de la eternidad? ¿Qué persona vale todo su esfuerzo y energía? —Pregunta el sirviente con los cabellos recogidos en forma de cebolla, su piel blanca, y su gran túnica del color del cielo rozando el piso de hielo.
—Él no está haciendo ninguna píldora especial, él lo que está guardando es su sinceridad dentro de esa arca. —Habla el dios de la luz, este se encuentra al lado del sirviente contemplando a su amigo preparar la píldora.
—¿Su sinceridad? —Interroga el sirviente
—Un niño con tan pocos años de vida, no debería de indagar por cosas que no entiende. —Dice el dios inmortal de la luz Vasco.
—Señor, no puede quedarse aquí para siempre, si usted quiere retírese y yo me quedo cuidando el arca, no se preocupe, yo nunca arruinaría su trabajo. ---Continúa entrometiéndose el sirviente.
—Hombre, vamos por un vaso de té y dejemos tranquilo al dios de la guerra, no queremos que se moleste y a causa de eso lleguemos a perder nuestras cabezas. —El dios de la luz toma al joven por la espalda y lo jala hacia la salida, Mark suspira y vuelve a cerrar sus ojos concentrándose en el arca y lo que está dentro de esta.
>>Como no estar agradecido contigo, te mereces esto y mucho más.
------Flashback------
----500 años atrás----
—¿Estás despierto? ¿Dígame cómo se siente? Estás gravemente herido, no se levante. —Murmura la hermosa hada al dios de la guerra, mientras coloca su mano en el pecho de Mark y lo empuja con cuidado al árbol donde lleva varias horas inconsciente.
—Desafortunadamente, mi poder es débil, así que lo único que pude hacer fue detener el sangrado. —Añade el Hada con una sonrisa.