El hada y el dios del fuego.

Capítulo 18.

 

 

Adolf avanza detrás de la pequeña flor, él está alerta a cualquier amenaza que pueda venir hacia el hada. 

 

En el bosque prohibido, las demás candidatas escuchan ruidos que provienen desde lo más profundo de este lugar, gritos de animales salvajes siendo torturados por monstruos.

 

Las hadas colocan sus manos y con fuerza aprietan sus oídos.

 

—Mi señor todas estas hadas son unas miedosas, incluyendo a Rosa, vio como se asustan por un pequeño ruido—. El dios del fuego ve a Rosa con detenimiento, ella camina en dirección a él, se acerca más, él no se mueve de donde está, ella siente la presencia de algo enfrente se levanta lo huele, Adolf nervioso por la cercanía del hada se tensa, más al usar su poder para mantener su invisibilidad el hada no logra verlo.

 

—¿No entiendo por qué esta pequeña hada no le teme a usted? —Adolf voltea su mirada hacia el dragón.

 

—Lo siento. Acabo de darle un recorrido al lugar, hay 10 monstruos en todo el bosque, voy a atraparlos a todos y a traerlos al hada. —Expone el guerrero con valentía.

 

—No es necesario, eso hará que todos sospechen. Ve y trae al más débil aquí.

 

—Si su majestad. —Basu se retira a la búsqueda del monstruo.

 

Todas las hadas caminan por el bosque tratando de encontrar un monstruo para ganar la competencia y salir de este lugar tan aterrador, la oscuridad invade al bosque, árboles quemados y charcos de agua de color verdoso hace que este sitio sea tan aterrador, pero no es el ambiente lo que da miedo, sino los gritos de agonía que se escuchan.

 

Basu se acerca a Rosa y coloca delante de ella a un pequeño conejo, el cual poseo unos dientes de sables muy grandes, pero al ser tan pequeño, blanco y esponjoso no demuestra ser peligroso. Rosa no se percata del animal y sigue su camino.

 

Ella, por varios minutos más, camina por el bosque y gracias a la intervención del guerrero es que ella logra ver a la criatura, con una sonrisa, se acerca lentamente al pequeño monstruo.

 

—Eres un conejocolmilludo, qué cosa tan bonita. —Ella de su bolso mágico saca una zanahoria y una piedra que absorbe al animal dentro de sí, solo debe esperar a que el monstruo se lo coma. El conejocolmilludo corre al ver a Rosa—. No, no corras —grita ella mientras persigue al mini monstruo.

 

—Si seguimos siguiendo al hada, ningún monstruo se atreverá a acercarse, vio como ese monstruo se alejó, él salió corriendo por miedo a usted, —le dice Basu a su rey.

 

—Está bien, mantengamos la distancia. —Habla Adolf con la voz ronca, el guerrero, al ver a su amo, se atemoriza, ya que sus ojos y el rostro está roja como un tomate.

 

—Mi señor, lamento haberle dado esa sugerencia —dice el guerrero mientras inclina su rostro a la tierra.

 

Rosa llega a donde el mini monstruo se encuentra escondido, se acerca despacio y se arrodilla ante él.

 

—Te ves más gordo que en el libro, —el conejocolmilludo la ve y pega un grito tan tierno, Rosa le sonríe con cariño, ella acerca su mano a este y le acaricia el pelaje abundante.

 

—¿Tienes hambre?, mira, te traje esto —Rosa le extiende una zanahoria, el monstruo se la come, el hada continúa acariciando el pelaje del animal, ella coge la piedra y la convierte en zanahoria, su objetivo es dársela al animal y capturarlo.

 

—Cómete esta otra zanahoria, —Le dice ella extendiéndole la piedra convertida en zanahoria al animal.

 

—Basu, hay un espíritu maligno, vigila a Rosa, regresaré de inmediato. —El dios del fuego desaparece de este lugar para buscar al espíritu maligno.

 

 El conejocolmilludo olfatea la zanahoria, abre su boca y antes que pueda comerla, unas lucecitas de colores caen sobre el mini monstruo y este empieza a crecer, Rosa al ver esto pega un brinco y se aleja del animal.

 

En el bosque prohibido, una intrusa ha entrado a ocasionar caos, ella, con su vestido blanco y cabello recogido, usa su poder para que los dioses en el reino de los cielos, no puedan ver por medio del espejo lo que sucede en el bosque.

 

La mujer lanza un espíritu maligno contra el pequeño monstruo, lo tierno de este animal ha desaparecido, ahora tiene sus ojos rojos y ha triplicado su tamaño convirtiéndose en un animal salvaje, ya no es blanco, ahora su pelaje es oscuro, sus garras y dientes están bañados de sangre.

 

—Oye, ¿qué haces? ¿Qué sucedió contigo? —El animal ruge con gran fuerza, los árboles se mueven y un escalofrío recorre a todas las hadas las cuales gritan aterradas.

 

—Dios supremo, no sé qué sucede, no podemos visualizar absolutamente nada. —Habla la guardiana del palacio del rey superior Norca.

 

—¡AYUDA, AYUDA! —Grita Rosa, ella corre y el animal también detrás de ella. Los dientes filosos del animal y sus garras, casi logran derribarla, pero ella usa su poder para volar alto y alejarse de este monstruo.

 

En el reino de los cielos la guardiana Abba ha puesto a funcionar el sonido del espejo y algunas sombras se logran apreciar, todos los dioses y guardianes están con la mirada fija al objeto.

 

—Algo muy peligroso, persigue al hada que está encargada del árbol de la vida. —Dice el dios de la luz Vasco, el cual acaba de llegar.

 

El dios de la guerra, Mark, está preocupado por el hada, él intenta levantarse para buscar la manera de ayudarla, sin embargo, la mano de su amigo Vasco lo detiene y con la vista señala al rey Narco, Mark voltea y ve como su hermano espera que él actúe, para ser el mismo el que destruya a esa insignificante hada.

 

Rosa acelera su paso hacia una cueva, Basu aparece en los aires y golpea al monstruo, este cae encima de una roca, luego se levanta rápidamente, Basu, junta sus manos para utilizar su poder contra el conejocolmilludo. Una esfera mágica aparece en sus manos, él se la lanza al monstruo, este cae aturdido y algo desorientado en uno de los árboles.




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