El Hades (#2 Oels)

2. Las siete puertas.

CASIE

18 de Marzo, 2020

"Si quieres saber algo sobre la vida pasada, la mejor respuesta la tienen los muertos"

Eso fue lo que dijo Evan segundos antes de que yo saliera por la gran puerta de la mansión acompañada de Ajax.

Y ahora que me encontraba delante de lo que se suponía era la entrada al Inframundo, sentía como el desespero comenzaba a apoderarse de mi cuerpo entero. Aunque la mansión Lincer se tratara del propio monte Olimpo y yo había estado allí sin ningún "percance" ¿Qué podría salir mal aquí? Nada ¿Verdad? Al menos eso era lo que yo esperaba.

Pero yo no era tan fuerte, después de todo.

La ansiedad comenzó a consumirme.

Las manos comenzaron a temblarme.

Y no me atrevía decirle algo a Ajax.

Él había decidido no hablarme desde que nos fuimos de la mansión.

Y con mi orgullo intacto decidí tragarme mi malestar.

¿De qué me serviría tratar de hablar con él?

Algunas veces lo más simple es desconectar, pero lo volvemos tan complicado por querer forzar una barra que tal vez no quiere ser forzada.

Es como querer caminar en una cuerda floja, notas que en un extremo está por romperse y aún así avanzas, pero cuando crees que resistirá, simplemente se rompe.

No quería que me pasara eso con Ajax, pero mientras más secretos yo guarda, más posibilidades tenía de que al enterarse, él nunca más quisiera verme, porque... ¿De qué vale estar con alguien que te oculta algo que también puede perjudicarte a ti?

Cada día me sentía más culpable por ocultarle tantas cosas que lo perjudicarán.

Y tarde o temprano me tocaría hablar.

Lo mejor era hacerlo ahora ¿verdad?

Abrí la boca para decir su nombre, pero inmediatamente la cerré dejándome llevar por el orgullo nuevamente. Él no había querido hablarme en todo el camino ¿Por qué simplemente no me hablaba y así yo podría contarle toda la angustia que me está arrancando pedazos de respiración?

Que desconsiderado.

Aunque yo era más desconsiderada.

Solo dilo, Casandra.

Dile quien eres.

Dile lo que te dijo Nerea y cuéntale que le crees, pues has tenido sueños que concuerdan con la historia.

Si, se lo diré.

- Aj...- y fui interrumpida por un aleteo. Volteé hacia él, pero comprobé que no estaba donde yo creía. Di vueltas sobre mis talones para ver a donde se había metido, pero no había ningún rastro.

En una parte del bosque, demasiado oscura para mi gusto, se veían sus ojos, dos grandes esferas del color del oro.

- Sígueme - de la oscuridad salió su mano y con un sentimiento ansioso atravesando mi pecho la tomé, sintiendo que me arrastraba hacia él y todo comenzó a ponerse de cabeza.

Parecía como si estuviera bajando por un tobogán, unas luces entre azul y plateado me daban en el rostro dejándome ciega por un instante y fue entonces cuando caí de cara.

- Auch. - miré hacia arriba, viendo a Ajax de pie frente a mí con una sonrisita cerrada al verme en el suelo.

Lo detesto.

Lo detesto tanto que solo con verlo de esa manera tan natural, solo pienso en besarle, pero caigo en cuenta de en donde creo que estoy, de lo que estoy haciendo y de por qué lo estoy haciendo.

- ¿Estamos en el Inframundo? - me tiende la mano para levantarme y sacudo en polvo de mis pantalones.

- Así es.- todo rastro de diversión se esfumó.

Sigo sin creer que esté acostumbrándome a su bipolaridad.

Eso no es muy cool de mi parte.

Caminamos en la negrura por un par de minutos, minutos en los que sorprendentemente no me caí.

Y unos pasos más comenzó a verse una luz, entonces lo comprendí.

Esa era la luz al final del túnel.

Y yo me dirigía hacia ella.

Paré en seco al darme cuenta que probablemente esto no iba a tener ningún sentido ¿Y qué si no encontraba mi parentesco con Casandra de Troya? ¿Y qué si no encontraba el origen de mi poder? ¿Y qué si al final no sé de donde vengo?

Tengo miedo de tocar la luz.

Tengo miedo de traspasar la luz.

Tengo miedo.

Mucho miedo.

Y aunque sienta que todo esto me va a dar la solución a mis problemas, no puedo evitar pensar que todo esto es una ilusión y que al tocar la luz, volveré a la oscuridad.

Odio quedarme varada, pero algo en mí me impide moverme.

¿Y si la respuesta que estoy buscando viene de las sombras? ¿Y si... Y si...?

- Casandra - resoplé con fuerza al sentir su cálida mano en mi hombro.

Solo hazlo, Casandra, un pie delante del otro.

- No puedo, Ajax.

- Si no lo intentas, nunca sabrás que puedes y que no puedes hacer.

- No quiero estar sola.

- Estoy contigo.

Y fue como si mi mente se pusiera en blanco cada vez que me acercaba a esa claridad.

Rogaba que no cayera en un abismo de angustia y ansiedad, porque de ahí difícilmente me podrían sacar.

La luz se hacía cada vez más grande y mi cabeza parecía estar partiéndose por la mitad, pero lo curioso de todo es que no sentía ningún tipo de dolor.

Miré fijamente la luz.

Y entonces crucé.

*-†-*-*-*-†-*-*-*-†-*

Todo parecía ser un vacío blanco.

No había nada, absolutamente nada a mi alrededor.

Ni siquiera el Dios del Inframundo.

¿Él... me había dejado?

Quise buscarlo, pero a lo lejos se veía algo de un color marrón, comencé a correr hacia él, pero cada vez que creía acercarme, parecía alejarse cada vez más.

Y fue como si la voz de mi consciencia me hablara y me regañara "Más despacio" pero no quería escucharla, "Más despacio" pero me rehusaba a hacerle caso, "Más despacio" y al final, con ese grito me detuve.

Esa cosa marrón seguía en el mismo lugar y solo empecé a caminar, un paso a la vez.

Tal vez esto significa que no puedo apresurar mi camino hacia allí, tarde o temprano tengo que llegar ¿no?

¿De eso se tratará la vida también? ¿Qué importa si los demás van más adelante de ti? Tú solo avanza.




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