CASSIE
Ese beso no duró más de dos segundos.
Él se apartó de inmediato, pero mi mente ya había comenzado a maquinar miles de cosas.
Y es que sé que no debo hacerme esto, que odio nunca soltar las cosas que me lastiman, pero a veces no puedo dejar de hacerlo.
Tantas veces he soñado con dejar mis pensamientos mezquinos atrás, pero parece que cada vez que quiero, simplemente se vuelven más y más insistentes.
¿Puedo luchar contra eso? Supongo que si.
¿Me gustaría hacerlo? Por supuesto.
¿Sé cómo hacerlo? No.
Y ahora los engranajes de mi cabeza no me dejan en paz.
No puedo evitar preguntarme si Ajax y ella tienen algo ¿Por qué lo besó? ¿Hay algo de lo que yo no me haya enterado?
Solo quiero que las voces de mi cabeza se callen de una vez por todas.
Si tan solo para el amor hubiesen subtítulos, tal vez ahora no estaría sobre pensando las cosas y de esa manera no sufriría tanto...solo sé que siento un pequeño desgarro en el pecho y, quema tanto ¡Diablos! Si que quema.
¿Por esto se negaba a traerme? ¿Por esto era que me evitaba cada vez que trataba de hablar con él todos estos días? Ahora todo cobra sentido ¿Con qué clase de mentiroso estoy? Corrijo, estaba.
Desde que comenzó a evitarme dejamos las cosas en puntos suspensivos, tal vez le dimos el punto final y ni siquiera me había dado cuenta.
Hasta ahora.
- ¡Oh! - el sonidito me sacó de mi encimismamiento, levanté la cabeza hacia esa dirección encontrándome los ojos bien abiertos de esa chica, para que después su rostro se transformara en una mueca con desagrado. - Creí que estabas mintiendo. - le susurró a Ajax sin dejar de verme.
- Está claro que no lo hacía. - pero no desvié mi visión hacia él. Ni siquiera quería escuchar su voz, pero sigo teniendo una misión y no puedo echarla a perder solo porque el que creí que era mi novio en realidad está con otra.
- ¿Qué falta por hacer? - dije después de carraspear, alejando un poco el nudo que se encontraba en mi garganta.
- Cassandra, yo...
Le dediqué una mirada furibunda y se calló sin dejar de lado su ceño fruncido.
Por lo menos sabe cuando callarse.
- ¿Y bien? - insistí - ¿Qué falta por hacer?
Nunca podré entender porque siempre hay dos lados en mis pensamientos.
Uno que me dice que haga algo incorrecto pero que me hará feliz y el otro que me grita que lo correcto no siempre es la felicidad pero es lo mejor por decidir ¿Qué tengo que escoger? entonces mientras más pienso, menos puedo respirar y todo comienza desde cero una vez más.
Todo en mi cabeza sigue siendo inestable.
Me aterra pensar que nunca podré cambiarlo.
Qué llegará un punto en el que ya no pueda controlarme.
Aún así, estoy aquí, viendo al Dios del Inframundo con aquella mujer con la que siempre estuvo destinado a casarse.
De todas maneras, debo comprender que aquí es donde me toca estar, no por él, sino por mí.
Así podré saber que es lo que sucede conmigo y qué es lo que tengo que hacer para dejar atrás tantas tonterías que no me han dejado avanzar a dónde pertenezco y tal vez, solo tal vez, a dónde pertenezco no es a lado de Ajax ¿verdad? Tal vez no podía verlo, pero la señal llegó, fuerte y clara.
Tantas veces que le dije que quería que me trajera a su mundo ¿Era por esto que siempre se enojaba ¿De quién se supone que me enamoré? Lo peor de todo es que justo ahora que estoy tan agotada y que mi cuerpo no da para más, simplemente no quiero mirarlo de nuevo.
Y da la casualidad que en las siete puertas lo que fueron horas para mí, fueron menos de treinta minutos para él.
Ahora esto de que esté mirándome fijamente mientras yo intento evitar su mirada parece una eternidad.
¡Odio a este sexy hombre! Lo odio, lo odio, lo odio, lo amo... No, lo odio.
- Hades, esperábamos su regreso - dijo una voz algo aniñada, cuando volteé a verla me di cuenta que era el alma de una ninfa que venía corriendo a su encuentro.
¡Por fin este idiota dejó de mirarme!
- Es el Rey Hades, no Hades, Kalika ¿Hasta cuándo tengo que corregirte? - trataba de enfocarme en otra cosa que no fuera él.
¿Qué importaba si veía a la bellísima Perséfone discutiendo con un alma?
¿Qué importaba solo mirar el piso o las paredes?
Ahora si estaba segura de que me estaba mirando nuevamente, pero yo no quería mirarlo.
No lo miraré, no señor, no lo haré.
De todas maneras, tenía miedo de enamorarme ¿no? Este era un golpe de realidad.
Tal vez fue lo mejor que me pudo pasar.
- Por eso es que no querías que viniera.- adiós al orgullo, tengo que saberlo - me has estado evitando todo este tiempo porque la has estado viendo a ella.