El Héroe Caído

3: la cita

-Mama ya llegamos-dijo José con un tono amigable.

-Porque llegaron muy tarde niños-dijo mi madre adoptiva con un tono cariñoso en su voz.

-Tuvimos problemas en el colegio y con eso digo julio tuvo problemas-dijo José delatándome.

Al escuchar como José me delato, tuve un deseo enorme de pegarle a José, pero sabía que si lo hacía de seguro la madre de José me castigaría aún más fuerte.

-Qué hiciste Julio-dijo con enojo en su voz.

-Solo digamos que defendí a un amigo-dije con un tono de burla.

-Qué hiciste-dijo enojada.

Le explique lo que paso en el colegio.

-Y por eso tengo una cita mañana a las 5:00 con la hija de la rectora.

Mi madre adoptiva solo me quedo viendo con una mirada de seriedad, para luego regañarme por haber amenazado a ese chico.

-Julio está bien que hayas defendido a tu amigo, pero debiste actuar con más tranquilidad, estas castigado una semana sin salir de la casa-dijo con autoridad.

La verdad no me importaba que tanto me castigara la madre de José porque no le tomaría importancia y haría justo lo contrario a lo que ella me diría,

-Está bien-dije enojado.

-Ahora ve a tu cuarto y prepara las cosas para mañana, tu cita tiene que salir perfecta o si no vas a recibir una paliza en frente de todos tus amigos-dijo con un tono sarcástico.

Me dio un poco de miedo, ya que cuando esa señora hablaba con un tono sarcástico era que hablaba en serio.

-Está bien-dije sin ninguna expresión y sin ánimo

-José ve y acompaña a tu hermano, para que veas que no se escape de su cuarto para ir con sus amigos-dijo la madre de José con amabilidad.

José asintió la cabeza para luego dirigirse a mi cuarto.

-Qué haces aquí-dije enojado con él.

-Lo siento Julio, pero esta vez no te puedo ayudar si te dejo ir nuestra madre me mata-dijo con cariño.

La verdad quería darle un buen puñetazo en la cara por haberme delatado de esa forma, pero algo retumbo en mi mente en ese momento, eran los recuerdos de mi familia y me puse un poco triste por los recuerdos, esta vez no hice nada y decidí seguir enojado con José, pero sabía que en cualquier momento me derrumbaría y empezaría a llorar o algo por el estilo.

-No querrás decir tu madre, mi madre murió hace mucho tiempo-dije, mientras una lágrima me salía de un ojo.

-Enserio, nunca supe que fue lo que paso en tu vida antes de venir a vivir en mi casa y la verdad tampoco me acuerdo de como llegaste aquí-dijo con un tono comprensivo.

-Me podrías explicar que paso con tus padres-dijo con un tono nervioso en sus palabras.

Ya estaba harto de que él estuviera tan compresivo conmigo y que quisiera saber de mi vida, pero sabía que, si no le decía nada, seguiría molestándome hasta que le dijera algo.

Le expliqué qué paso con mis padres y la vida dura que tuve antes de llegar a su casa.

-Sé que esto parece mucho, pero me podrías decir ¿cómo llegaste a mi casa? -dijo con una expresión de nerviosismo y con un tono de amabilidad.

-Tú sí que haces muchas preguntas-dije un poco enojado.

Después de un tiempo accedí y le empecé a explicar cómo llegué a su casa.

Todo empezó en ese fatídico día que perdí a mis padres, yo realmente no supe que me paso ese día, con mucho esfuerzo logré mover a mi padre hasta donde estaba mi madre y me acosté junto a ellos en la cera y me dormí, -así es como las cosas debían ser en una familia feliz- me dije a mi mismo.

Al día siguiente.

Me desperté con toda mi ropa cubierta en sangre, mientras que la policía llegaba en medio de la noche, los policías me recogieron y me llevaron a un interrogatorio.

Me hicieron varias preguntas.

¿Qué paso con tus padres?
¿Quién mato a tus padres?

¿Quién pudo hacerles eso a tus padres?

Yo por todo el trauma que sufrí el día anterior me quedé callado y empecé a llorar.

Los policías me llevaron a una correccional y me dejaron ahí por 3 años hasta que pudieron probar mi inocencia, me debieron dejar con mis parientes, pero ellos no querían porque según ellos yo había matado a mi familia, me dejaron en un orfanatorio del que me pude escapar sin ningún problema y empecé a vivir entre la basura, mientras sobrevivía comiendo cualquier cosa que la gente tiraba pero un día tu madre apareció y decidió adoptarme, tú padre lo tomo muy mal y se fue de la casa por la decisión que tomo tu mama.

-me desecharon como si fuera basura, nadie me quiso, ni siquiera mis tíos, ni mis abuelos, todos me desecharon como si fuera cualquier cosa-dije tristemente-y así llegue a tu casa.

-Espero que me perdones por haber separado a tus padres-dije llorando.

-Tranquilo hermano yo te perdono sé que no fue tu culpa, mi padre fue el que quiso irse, tu solo eras un niño pequeño que necesitaba una casa-dijo tratando de animarme.

-Jejeje si gracias por hacerlo hermano-dije abrazándolo.

José se me quedo viendo un rato, se veía que estaba muy feliz porque lo llame hermano y correspondió mi abrazo.

Yo al darme cuenta de lo que estaba pasando lo agarre de su camisa y le dije- si alguna vez se te ocurre decirle esto a alguien te matare-dije triste.

José solo se rio y me dijo que nunca le diría eso a nadie.

-Está bien-dije un poco confundido.

-Wow mira qué hora es, deberías irte a dormir, para mañana irte a tu cita-dijo con una voz picarona.

Nos fuimos a dormir cada uno a su cuarto, yo preocupado, me quede sollozando en mi cama y empecé a caer en un sueño tan profundo del que tal vez nunca podría despertar o al menos eso quería.

Al día siguiente.

-Julio levántate ya son las 4:00 de la tarde-dijo mi madre adoptiva.

-Está bien ya me voy a vestir-dije exhausto.

Me bañe y me trate de poner presentable para esa situación, así que empecé a buscar entre mi ropa y me puse un conjunto muy especial para la situación: me puse una camiseta negra, una chaqueta negra, un jean negro y unos zapatos deportivos negros.



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En el texto hay: reinos, batallas, muerte

Editado: 29.04.2020

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