El hechizo de amor eterno

capítulo 12

Ezequiel: sabes perfectamente quien soy yo, hija mía. Además, he venido por ti para llevarte a casa, así que deberíamos irnos porque antes de hacerlo necesitamos muchas cosas que conversar.

Artemisa: no puedo irme. Porque estoy trabajando y nuestra conversación debe de esperar hasta que salga y te pido que esperes hasta que lo hagas.

Ezequiel: permite que trabajaras, ya que así lo quisiste, mi princesa. Jamás tuviste ninguna necesidad de hacerlo y sobre todo siempre te di todo lo que querías.

Artemisa: necesitaba hacer algo y por eso lo hice. Ahora me imagino que mi madre está en la casa de mi abuela esperando a que lleguemos.

Ezequiel: este hombre que está a tu lado definitivamente es tu prometido. Solamente que con él hablaré después, ya que primero necesitare hablar contigo.

Artemisa: quiero que me permitas terminar de hacer mi trabajo y después hablaremos todo lo que querías. Espero que lo hagas, por favor.

Ezequiel: entonces los estaré esperando en la casa. Pero necesitare hacerle una advertencia a él y es que no debe de pasar de listo contigo, ya que sabes que tengo ojos en todas partes.

Él se despide de su hija con un beso en la frente. Ezequiel siempre había tenido un aura demasiado misteriosa y que imponía miedo cada vez que hablaba y ellos solo lo observaban alejarse.

Leonardo: tu padre ni tan siquiera me dejó hablar. Él definitivamente es extraño y este día lo comprobé y me puedo imaginar que tendría esa misma impresión cuando conozca a tu madre.

Artemisa: soy la única que es diferente a ellos. Porque mi hermana es la que más se parece a mis padres y cuando veas a mi madre te darás cuenta de eso.

Leonardo: así que no tenías ninguna necesidad de trabajar y de todos modos lo hiciste. Además, gracias a eso también estamos juntos.

Artemisa: tenía que hacer algo. Espero que no pienses igual que mi padre, ya que me gusta trabajar porque puedo tener mi propio dinero y no me gusta depender de nadie.

Leonardo: por supuesto que no lo hago. Pero yo también estaré esperando hablar con él, ya que siento que nuestra conversación será demasiado interesante.

Artemisa: mi padre está acostumbrado a que se haga su voluntad. Esto será un gran problema y no creo que acepte nuestro matrimonio de buena manera, espero convencerlo que lo acepte y si dice que no me tendré que ir con ellos.

Leonardo: serás mi esposa aunque esté todo el mundo en contra. Porque nuestro destino siempre ha sido estar juntos y te recuerdo que tu también lo sabes.

Artemisa: te sientes feliz con que sea tu destino. Será mejor que empecemos a trabajar, ya que nos espera una tarde demasiado difícil.

Ella se despide de Leonardo para continuar con su trabajo. Solamente que de repente mientras lo hacía recordaba cuando vivía en su mundo y sobre todo ella era una princesa de verdad, ella estaba segura de que esto se lo debía a su padre, ya que él era el único que tiene el poder para hacerlo, ella continúa haciendo su trabajo y tampoco podía dejar de pensar en cómo era su vida en su mundo.

En la casa de la familia Graham

Ezequiel: le prometí a mi princesa que la esperaría y eso es lo que haré. Ahora pienso que fue un error haberle permitido que trabajara y cuando regresemos a nuestro mundo esto se acabara.

Rosa: sabes que no puedes decidir por ella. Además, si se quiere quedar en este mundo lo hará y con mucho más razón si está a punto de casarse.

Ezequiel: aceptaste su matrimonio sin consultarmelo y menos mal que me entero de lo que pasa con mis hijas. Porque si no lo hubiera hecho no sabría lo que pasaba y estoy seguro de que pensabas ocultarmelo, madre.

Rosa: sé que sería imposible hacerlo. Siempre has sabido cuidarlas y percibia tu presencia que era imposible que la ocultaras de tu propia madre.

Ezequiel: no quiero tener mi familia dividida de nuevo. Solamente esperaré a mi hija y el día de mañana nos iremos del mundo de los humanos.

Diana: no puedes hacer eso, ya que mi hermana merece ser feliz. Además, nos iremos contigo mi abuela y yo, pero eso será hasta que se haya casado.

Ezequiel: no pienso permitir esa boda y esa es mi última palabra. Deberían aceptar mi voluntad como si fuera algo completamente absoluto y pensé que al regresarle sus recuerdos lo aceptarían.

Diana: mi hermana se tiene que quedar aquí para que sea feliz. No quiero verla infeliz toda su vida pensando en la vida que hubiera tenido al lado del hombre que amaba.

Ezequiel: debe de obedecerme. Saben que puedo destruir este mundo si me lo propongo, así que ella tendrá que irse con su familia.

Rosa: no te atreverías a destruir un mundo por tu caprichoso. Artemisa se terminara enojando cuando se entere de lo que tienes pensado hacer y sobre todo no creo que te atrevas hacerlo si ella está en este mundo.




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