El hechizo de amor eterno

capítulo 13

En la casa de la familia Graham

Rosa: mi nieta seguramente no tardará en llegar. No quiero que se asuste al verte y deberías de controlar tu humor, ya que eso está afectando el tiempo.

Ezequiel: lo que pasa es que mi princesa todavía no llega y por eso estoy así. Pero me tranquilizaré al verla llegar y si tarda otra media hora más iré por mi hija.

Rosa: debe de haber mucho tráfico. Porque ha estado hora siempre hay, además estamos en el mundo de los humanos y no puedes aparecer de repente y mucho menos nadie debe de verte utilizando portales para ir de un lugar a otro.

Ezequiel: no me gusta limitar mi magia. Estoy seguro de que mis niñas se sintieron igual que yo, ellas simplemente tuvieron que adaptarse a su nueva vida.

Rosa: nunca olvidaron que eran brujas. Siempre practicaban su magia dentro de la casa y en este lugar se sentían completamente libres de hacerlo.

Ezequiel: seguramente fue demasiado difícil que se adaptaran. Además, tenía que venir por ustedes hasta que nuestro mundo fuera seguro para ellas.

Rosa: tardaste mucho tiempo en hacerlo. Solamente que nunca es tarde, ya que puedes hablar con tus hijas y sobre todo tienes que explicarles muchas cosas.

Ezequiel: lo haré cuando hablemos a solas. Porque Artemisa va a llegar con su prometido y es imposible que hable de este tema delante de él.

Rosa: yo estoy de acuerdo con que se case. Nada más que si te niegas ella de todos modos lo hará y te recuerdo que nadie podrá cambiar su destino.

Ezequiel: me estás diciendo que la deje en este mundo. Él destino no se puede cambiar y eso siempre lo he sabido, pero como su padre necesito asegurarme de que será feliz.

Rosa: será feliz a su lado, ya que encontró a su pareja predestinada. Él sabrá demostrarnos que será un buen esposo para nuestra nieta a pesar de que es un humano.

Ezequiel: la manera en que la encontró no fue la correcta. Porque sabes que utilizó su magia para hacerlo y eso está prohibido para nosotros.

Rosa: las reglas se hicieron para cambiarse y acaso olvidaste quien eres. El único que tiene el poder de cambiar eso eres tú, además sabes cómo hacerlo.

Ezequiel: por supuesto que lo sé. Artemisa es una princesa y mis hijas no tienen poderes normales, ya que su magia la heredaron de mí.

Rosa: su poder es igual que el tuyo, solo que todavía no se ha desarrollado bien. Piensan que casi no tiene y nosotros sabemos la verdad.

Ellos terminan de hablar cuando los ven entrar por la puerta. Ellos los saludan cuando llegan a donde estaban y después toman asiento.

Artemisa: no pensé que hubiera tráfico a la hora que salimos de la empresa y lamentamos llegar tarde. Ahora que estamos aquí necesitamos hablar.

Ezequiel: si tu abuela no me hubiera distraído con la conversación que tuvimos hubiera ido por ti. Nada más que espere mucho tiempo para que llegaras.

Artemisa: tengo un horario que cumplir en mi trabajo. Eso significa que no puede salir la hora que yo quiera hacerlo y lamento haberte hecho esperar.

Ezequiel: mi princesa no tiene por qué disculparse. Debemos de hablar del asunto por el cual he venido y dejame decirte que no estoy de acuerdo con tu boda.

Artemisa: eres mi padre y siempre te he respetado. Necesito que aceptes mi matrimonio y si no lo aceptas me terminaré casando con él, aunque no te guste que lo haga.

Ezequiel: piensas cambiar toda tu vida solo para casarte con él y saber esto me molesta. Solamente quiero que no sufras si lo haces y no quiero que eso te pase.

Artemisa: él y yo nos amamos y Leonardo jamás me haría sufrir. Seguramente ya te diste cuenta de que él está enamorado de mi.

Ezequiel: el amor que siente por ti se ve a simple vista y en ese sentido me siento tranquilo. Pero en verdad te quieres casar con tu prometido.

Artemisa: te recuerdo que a ti nadie te dijo nada cuando te casaste con mi madre. Deberías de aceptarlo antes de que te vayas a tu casa.

Leonardo: necesito interferir en su conversación. Porque también a mi me corresponde hablar, ya que este asunto se trata de mi boda con su hija y antes de hacerlo necesitare presentarme mi nombre es Leonardo Reynolds O’Brien.

Ezequiel: precisamente contigo quería hablar. Artemisa no es como las demás y sobre todo mis hijas tienen algo que las hace diferente y quiero que digas una razón por la cual debería de aceptar su matrimonio.

Leonardo: no existe una sola razón sino que existen varias. Nada más que la principal sería que nos vamos a casar por amor y por esa simple razón debería permitir nuestro matrimonio.

Ezequiel: siempre esperé que se casara de esa manera y quiero verla feliz. No quiero ser un padre que no deja que lo sea y tampoco quiero verla llorar por mi culpa.




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