Ezequiel: no puedo creer que mi hija esté enamorada de un humano. Pero lo que realmente los unió fue el hechizo que ella hizo y tenías que utilizarlo.
Artemisa: siempre había querido que alguien me amara. Además, quería también que mi amor fuera correspondido y mi subconsciente simplemente lo hizo.
Ezequiel: el amor siempre ha sido algo complicado. Porque los humanos tampoco lo entienden, estás segura de que te quieres quedar en este mundo para ser su esposa.
Artemisa: si lo estoy, padre. No quiero que me niegas la posibilidad de ser feliz y si me voy nunca lo seré, ahora necesito que respete lo que te estoy pidiendo.
Ezequiel: es tan difícil para mí hacerlo. Jamás pensé que te quedarías viviendo en este mundo que no es el tuyo, siempre espere que regresaramos juntos a casa.
Artemisa: mi felicidad está aquí. Solamente que ya es demasiado tarde para regresar, porque me enamore y sobre todo quiero que apruebes mi matrimonio.
Ezequiel: sé que vine demasiado tarde por ustedes. Pero tenía que venir hasta que pasara el peligro y a pesar de que me tomó años hacerlo esta vez no estarán en peligro como pasó en el pasado.
Artemisa: muchas gracias por hacerlo. Además, necesitas conversar con Diana, porque necesitas recordar que ella también es tu hija y la más cercana a ustedes.
Él mira a su hija Diana y sabía a lo que se había referido Artemisa con esas palabras. Diana esquiva la mirada de su padre, ya que prefería no llamar la atención de sus padres.
Ezequiel: yo nunca olvidaría a ninguna de mis hijas. Sabes que tu comentario está fuera del lugar en este momento y no quiero que por un simple comentario haga sentir mal a mi hija mayor.
Diana: no me siento mal. Porque sé que eso es verdad y no existe ninguna justificación para que se olvidaran de mí, así que aprendí a vivir sin ustedes.
Ezequiel: precisamente una de mis hijas me está recordando lo mal padre que he sido. Deberías no hacerlo, ya que no me gusta que lo hagas.
Diana: todavía te molesta que te diga la verdad, padre. Este no sería un buen momento para decirte cómo me siento y no pienso hablar más de esto.
Ezequiel: ahora que estoy aquí hablaremos. Será mejor que lo hagamos y no debes de negarte, además tu madre también hablará contigo.
Diana: eso no será necesario. Porque recuerdo perfectamente lo que me dijeron la última vez que los vi en nuestro mundo y esa fue la primera y única vez que llore.
Ezequiel: reconozca que esa no fue la manera de hablarte. Pero lo que menos quería era que vivieran separados de nosotros y ahora volveremos a ser una familia.
Diana: no deberías de contar con mi hermana, ya que ella se quedara. Solamente que no importa en qué mundo se haya enamorado y no tienes ningún derecho de interferir en eso y la única que no ha conocido el amor soy yo. Aunque no se si me gustaría hacerlo.
Ezequiel: así que también quieres enamorarme. Nada más que no te vas a enamorar de un humano como lo hizo tu hermana Artemisa.
Diana: nadie decide eso, padre. Ahora solo deberíamos de hablar de Artemisa, ya que ella es lo que más te importa y será mejor que me vaya a mi recámara.
Ella se despide de sus padres para después dirigirse a su recámara. Diana empieza a llorar cuando llega y esta era la segunda vez que lo hacía.
Victoria: no entiendo porque piensa que quieres más a nuestra hija menor. Seguramente hiciste algo para que sintiera esa diferencia.
Ezequiel: jamás hice nada de eso. Porque todas mis hijas siempre han sido iguales para mi, así que necesitare hablar con ella de nuevo para aclarar esto.
Victoria: entonces estaremos en este mundo por unos días más y también necesitas decidir el matrimonio de Artemisa. Pero antes de hacerlo debes de conocer a su prometido y si le haces el hechizo de la verdad seguramente te darás cuenta de cómo es en realidad.
Ezequiel: no había pensado en hacerlo. Eso me aclara muchas dudas, ya que todo esto no es normal y nunca me equivoco en ese sentido.
Artemisa: no puedes hacer eso, padre. Será mejor que le preguntes directamente a él, porque no permitiré que lo hagas y debes de hablar con mi prometido como si fueras un humano.
Ezequiel: mi princesa me acaba de pedir que me comporte como un humano. Sabes que eso no será posible y sobre todo sería imposible que olvidara mi verdadera naturaleza.
Artemisa: quiero que lo intentes. Recuerda que no estamos en nuestro mundo y aquí no puedes hacer tu voluntad como estas acostumbrado.
Ezequiel: has aprendido muy bien, hija mía. Además, regresarle todos sus recuerdos fue lo mejor, pero creo que para Diana no lo fue.
Artemisa: estoy segura que ella te hará recordar qué fue lo que pasó para que esté de esa manera. Diana se dio cuenta de algo o hiciste un mal comentario.