Ezequiel: sé perfectamente lo que hiciste, hija. Además, no tenías ninguna necesidad de hacerlo de esta manera, porque no tuviste una boda normal.
Artemisa: no tuve otra opción que hacerlo así. Estaba segura de que no me hubieras permitido casarme por más que te pidiera que lo hicieras.
Ezequiel: sabía que nunca ibas a lograrlo y por eso lo hiciste. No puedo evitar sentirme molesto cuando me entere, ya que la boda de mi princesa tenía que ser hermosa.
Artemisa: tendremos una boda normal como están acostumbrados. Pero si lo hubieras aceptado esto no hubiera pasado y ahora que soy una mujer casada necesito estar al lado de mi esposo.
Victoria: nuestra hija tiene razón. El solo debe de respetarla, porque si la hace sufrir le harás ver su suerte y después no tendrá ningún derecho de verla.
Ezequiel: si mi hija derrama tan siquiera una lágrima de tristeza haré que te olvides de ella para siempre. Esto será lo que pasara si te atreves hacerlo.
Rosa: se ve que su esposo la ama. Seguramente jamás haría algo como eso y solo debes dejarlo ser felices, porque mi nieta es lo único que quiere.
Ezequiel: se lo que tengo que hacer, madre. No quiero ver infeliz a mi hija y no tendré otra opción que aceptar su decisión de haberse casado con él.
Diana: por fin nuestro padre lo entendió. Ahora me imagino que ellos se tendrán que ir y sobre todo tendrán que regresar para tu otra boda.
Ezequiel: todos nosotros nos quedaremos en este lugar hasta que se case tu hermana. Porque no pienso dejarla sola mientras que eso pasa.
Victoria: estaría bien que acompañara a mi hija a preparar su boda. Ahora solo faltaría conocer a los padres de su esposo y espero conocerlos.
Leonardo: ellos el día de ayer llegaron de su viaje, así que los presentaré muy pronto. Ellos precisamente quieren conocer a mi Artemisa y llegaron antes de su viaje para hacerlo.
Ezequiel: estás seguro de que tus padres trataran bien a mi hija. Además, cuando los conozca me daré cuenta de eso al verlos, así que espero que eviten problemas conmigo.
Leonardo: hablaré con ellos para decirle como debe de tratar a mi esposa. Eso significa que no estarás conmigo esta noche, ya que primero necesitare arreglar todo para que seas bien recibida en tu nueva casa.
Artemisa: entonces esperare que vengas por mi el día de mañana para que me lleves a mi nueva casa. Aunque me imagino que eso lo harás cuando salgamos del trabajo.
Leonardo: eso lo haremos en la mañana, así que quiero que tengas tus cosas lista cuando venga por ti. Ahora necesito despedirme de ustedes y solo quiero que mi Artemisa me acompañe para despedirme de ella.
Ellos se levantan de sus asientos para después empezar a caminar. Ellos a los pocos minutos llegan a la salida y Artemisa sentía que no quería despedirse de ella, porque Leonardo no soltaba su mano y al darse cuenta de eso la suelta poco a poco, ya que tenía que irse.
Artemisa: se que no te quieres ir, pero tienes que hacerlo. Aunque no creo que a mis suegros les agrade la idea de que nos hayamos casado.
Leonardo: ellos sabían que nos íbamos a casar. Además, de mis padres me encargare yo y antes irme quiero ver feliz a mi esposa, porque si no lo hago no me iré.
Artemisa: el único problema es que no sabían que nos íbamos a casar este día. Estás seguro de que ellos no serán ningún problema, ya que si no están de acuerdo con mis padres lo serán aún más.
Leonardo: te prometo que no lo serán y por esa razón te pedí tiempo para arreglar esto. Será mejor que ahora si me despide de ti.
Él se despide de su esposa con un beso en la mejilla, Leonardo se separa de ella para empezar a caminar rumbo a su auto y él después de eso se sube. Él enciende su auto y de esa manera se dirige hacia su destino.
En la casa de Leonardo Reynolds O'Brien
Isabela: no me iré de su casa hasta que hable de nuevo con nuestro hijo. Él solo se debe de casar con la mujer que nosotros elegiremos para él.
Bruno: no creo que cambie de decisión solo porque nosotros no aceptamos su compromiso. Pero si nos oponemos seguramente se encaprichara más con ella y eso sería peor.
Isabela: dudo mucho que sea un capricho. Solamente que percibí algo diferente el día de ayer cuando estábamos hablando con Leonardo y lo vi por primera vez enamorado, pero tenía razón al decirnos que estaba enamorado.
Bruno: el problema es que no sabemos nada de ella. Aunque no creo posible que logremos separarlos, ya que Leonardo quiere casarse con ella.
Isabela: nuestro hijo ya no es el mismo niño que quería nuestro afecto. El cambio para ser el hombre que es ahora y será difícil hacerlo entender.
Bruno: él es nuestro único hijo, pero le dimos todo menos afecto. Precisamente ese fue nuestro error como sus padres y desde que se hizo cargo de la empresa nosotros no hemos dejado de viajar.