En la mañana siguiente
Leonardo: espero que esté todo listo para recibir a mi mujer. Pero mis padres estarán en mi casa hasta que me haya casado con ella por la iglesia.
Dorian: tendrá que verlos aunque no le guste. Ahora necesito decirle que encontré muy poca información sobre la familia de su esposa y eso es todavía más extraño.
Leonardo: siento que algo extraño existe. Será mejor que no le pregunte nada de eso, ya que prefiero que Artemisa sea la que me lo diga y si no lo hace respetaré su silencio.
Dorian: eso es lo que debería de hacer. Además, le recuerdo que ya debería de ir en camino a la casa de la familia de su esposa, porque seguramente lo estará esperando.
Leonardo: solo estaba esperando una hora prudente para ir. Precisamente llegó el momento de hacerlo y quiero que le digas a mis padres que estén presentes cuando lleguemos.
Él se levanta de su asiento para después salir de su despacho y cuando lo hace se dirige a la salida de su casa. Leonardo empieza a caminar rumbo a su auto y al momento en que llega se sube, él simplemente conduce para dirigirse hacia su destino.
En la casa de la familia Graham
Artemisa: mi esposo ya no debe de tardar en venir por mi. Necesito estar preparada cuando él llegue y espero no haber dejado nada en mi recámara.
Diana: no dejaste nada. Porque estoy segura de eso y si dejaste algo tendrás un pretexto más para venir a vernos a la casa, así que quiero disfrutar este tiempo que tenemos juntas.
Artemisa: únicamente me case. Sabes que jamás me olvidaría de mi familia y se que será difícil vernos cuando estés en nuestro mundo, además me puedes visitar a través de los portales.
Diana: controlo perfectamente ese tipo de magia y nuestro padre me prometio enseñarte a como utilizar mi magia. Solamente que después de mucho tiempo él quiere ser un buen padre.
Artemisa: será porque lo quiere hacer. Nada más que no deberías de rechazar su muestra de cariño hacia ti, porque me he dado cuenta de que lo estás haciendo.
Diana: sabes perfectamente como él me trataba. Seguramente él esperaba tener hijos varones y nunca tuvo ninguno sino solo niñas a las que tuvieron que nombrar princesas.
Artemisa: recuerdo que a te gustaba que te dijeran princesa y sobre todo eres la única que lo parecía a comparación conmigo. Nuestros padres siempre nos han querido y ese es el motivo por lo cual están aquí.
Diana: algunas veces cuando miro a mi padre siento que me parezco más a él y yo se que la consentida siempre has sido tú, ya que desde que eramos niñas eras demasiado enfermiza.
Artemisa: eso no es verdad y tu lo sabes. Ahora quiero que me ayudes a bajar mi maleta a la sala antes de que él llegue y cuando venga a verte seguiremos con esta conversación.
Diana: está bien, hermana. Estoy segura de que vas a querer despedirte de la familia y yo solo te estoy distrayendo con mis cosas, así que será mejor que lo hagamos.
Ella le ayuda a su hermana con su maleta, ellas bajan con mucho cuidado las escaleras y a los pocos minutos llegan a la sala, pero cuando lo hacen toman asiento.
Rosa: será mejor que nos despidamos de ella por el momento. Porque cuando llegue su esposo no podremos hacerlo y debemos de aprovechar este tiempo que tenemos para hacerlo.
Victoria: mi suegra, tiene razón. Necesitare darle el collar que representa el poder de nuestra familia y ese sería el collar que tengo puesto.
Artemisa: no es necesario que me des nada. Seguramente lo necesitarás más que yo, así que debes de seguir teniéndolo y este es un obsequio que solo se puede heredar.
Victoria: tu padre estuvo de acuerdo con que te lo diera. Además, tu hermana tiene uno igual y ese se lo di hace tiempo, aunque tengo demasiadas joyas que me gustaría darles, ya que también le corresponde tenerlas y la que te dare tiene un poder demasiado extraordinario, eso se lo puedes preguntar perfectamente a Diana.
Artemisa: entonces si es así lo aceptaré. Espero que con él pueda controlar un poco más mis poderes, porque de repente se descontrola un poco.
Victoria: este collar te servirá para muchas cosas y sobre todo tiene una esencia de nuestro mundo. Pero también tiene un poco de mi poder que podrás utilizarlo.
Ella se quita su collar y se acerca a su hija para después ponerselo. Ella a los pocos minutos termina de hacerlo y cuando termina llega su esposo, Leonardo los saluda y al momento en que termina toma asiento.
Leonardo: espero haberte dado tiempo para que estuvieras lista, mi Artemisa. Solamente que si eso no es así te esperaré con mucho gusto.
Artemisa: no son muchas cosas las que tengo. Porque ocupe una maleta para poner todo lo que tenía, así que estoy lista para poder irnos.