El hechizo de amor eterno

capítulo 22

Leonardo: mi esposa, tiene razón. Sabes que nosotros seremos felices en nuestro matrimonio y sobre todo falta muy poco tiempo para que lleguemos.

Artemisa: ahora me siento nerviosa. Porque conoceré a tus padres, pero eso tenía que pasar y si estas a mi lado me siento demasiado segura.

Leonardo: siempre quiero que te sientas de esa manera. Jamás dejaré que te preocupes por nada y ese sería uno de los deberes que tengo como tu esposo.

Artemisa: sabes perfectamente cómo hacerme feliz. Además, cuando me expresas tu amor no puedo dejar de sonreír y eso para mi significa mucho.

Ellos terminan su conversación cuando llegan, Leonardo sale del auto para ayudar a su esposa y después de eso ellos entran tomados de la mano. Solamente que sus padres los estaban esperando en la sala y cuando se encuentran a su lado los saludan para después tomar asiento.

Leonardo: antes de hablar necesito presentarles a mi esposa como debe de ser. Ella se llama Artemisa Graham Davies, así que saben lo que espero de ustedes.

Isabela: pensamos que tu esposa sería diferente. Aunque no puedo evitar darme cuenta de que tienes un buen gusto y seguramente ella representa todo lo que te gusta.

Leonardo: no soy un hombre que se deja llevar por la simple apariencia de una mujer. Pero se que hice lo correcto al enamorarme de ella.

Isabela: queremos que seas feliz. Nada más necesito pedirte algo a cambio y es que queremos ser para ti los padres que siempre habías querido que fuéramos.

Leonardo: no entiendo su verdadera intención al pedirme esto. Solamente que si eso me piden a cambio lo aceptaré y no quiero que me sigan cuestionando sobre ella.

Bruno: no lo seguiremos haciendo. Dejaremos que tengas un feliz matrimonio como tanto quieres y será mejor que los dejemos a solas para que puedas conversar más cómodamente con tu esposa.

Leonardo: antes de que se vayan necesito decirle que el día de mañana conocerán a la familia de mi esposa. Además, se los dijo para que no hagan otros planes.

Ellos se despiden de su hijo y de su nuera para ir a su recámara. Leonardo mira a su esposa diciéndole que todo está bien, ellos siguen conversando un tiempo más.

En la casa de la familia Graham

Ezequiel: necesitamos prepararnos para el día de mañana. Espero que nunca la menosprecie y el único problema es que los humanos no saben quienes somos realmente.

Victoria: ese es el problema de estar en un mundo que no es el nuestro. Pero ahora tendremos el corazón dividido por Artemisa, eso significa que vamos a venir demasiado seguido a este lugar.

Ezequiel: jamás la dejaremos sola. Porque ella debe de sentir la presencia de toda la familia y no debemos dejar que se sienta de esa manera.

Diana: mi hermana sabe que siempre estaremos a su lado. Aunque se que como padre es difícil que dejes de preocuparte por ella.

Ezequiel: otra vez me vas a decir que hago diferencia con ustedes. Ahora me pregunto hasta cuando vas a cambiar tu manera de pensar.

Diana: ya no sigo pensando lo mismo. Porque al fin entendí que nos quieres por igual y yo simplemente veía las cosas diferentes, ya que siempre exageras con la sobreprotección de Artemisa.

Rosa: eso le pasa a tu padre por no aclararte nada. Nada más que cuando estemos en nuestro mundo todo cambiará y sobre todo siempre quisiste utilizar tu magia libremente.

Diana: tiene razón, mi abuela. El amor lo encontró mi hermana y también me gustaría experimentar lo que se siente sentirse enamorada por primera vez.

Ezequiel: eso no va a pasar. Porque todavía no tienes la edad suficiente para casarse y no quiero que vuelvas a decir lo que acabas de decir.

Diana: soy tu hija mayor y no puedo creer que me digas que no tengo la edad para hacerlo. Sabes perfectamente cual es mi edad y no me quiero quedar soltera toda mi vida.

Ezequiel: en este mundo no existe una persona digna para que sea tu esposo. Siempre voy a preferir que te cases con un ser sobrenatural para que siempre te proteja.

Diana: nadie decide de quien enamorarse. Será mejor que me vaya a mi recámara, porque no quiero seguir viéndote y yo me voy a enamorar de quien yo quiera.

Ella se va a su recámara y su padre era demasiado injusto con ella. Además, quería que hiciera su voluntad y eso era imposible y después de unos minutos ella se queda dormida.

En la casa de Leonardo Reynolds O'Brien

Artemisa: tengo que decirte un secreto relacionado con mi familia. Pero para hacerlo necesito que me prometas que nadie más lo sabrás, ya que no debería decírtelo.

Leonardo: te prometo que no se lo diré a nadie. Solamente que no entiendo de qué secreto se trata y si no puedes decirmelo será mejor que no lo hagas.




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