CAPITULO 6
Ellie apenas podía creer lo que su padre había dicho, lo miro y el le sonrió con ternura.
―No sabes como me cuesta esto mi niña preciosa, el mundo de los humanos es cruel, ellos...ellos están llenos de maldad...pero debes verlo por ti misma para comprenderlo.
―Padre el no es como los demás humanos...
―Si hija, si lo es...pero lo debes ver por ti misma, sin embargo si el logra vencer el hechizo de la perla...lo considerare digno de ti, tienes un mes para encontrarlo y ver si lo que el dijo sentir es real, al cabo de ese tiempo, si no regresas lo tomare como que algo malo te ha ocurrido y en ese caso azotare la tierra desde todos los puntos existentes, hasta que esa especie desaparezca por completo.
Ellie se estremeció.
Tenía realmente poco tiempo y la tierra era grande.
¿Cómo lograría encontrarlo en tan poco tiempo?
―Padre es poco el tiempo y la tierra es grande, hay tantos humanos...
―La perla, ella te llamara, debes escucharla atentamente Ellie.
― ¿La perla?
Poseidón asintió.
―Una ultima cosa hija...no le digas a nadie que eres una princesa y mucho menos que eres sirena, no dogas mi nombre, no reveles tu identidad a nadie.
― ¿Pero, porque?
― ¡Promételo Ellie, de lo contrario no te permitiré ir a la superficie!
― ¡Lo prometo!
―Ven te daré algo que te será de utilidad allá afuera.
Nadaron fuera de Oceánica hasta una de las tantas islas dispersas en el basto océano.
Salieron al exterior y entraron a una cueva donde había un gran cofre negro.
Poseidón lo abrió y sus ojos se tornaron negros como las profundidades del océano.
Ellie lo miro con atención, su padre estaba triste, lo podía sentir.
― ¿Padre estas bien?
―Esto le perteneció a tu madre, es ropa― dijo Poseidón sin dejar de mirar el contenido del cofre negro― Ellie en tierra debes usar estas cosas, sus costumbres son diferentes a las nuestras.
―Lo se, el me lo dijo.
Poseidón sonrió.
―Creo que te quedara, eres tan parecida a ella...
Ellie sabía a quien se refería.
Ellos nunca hablaban de su madre, Ellie ni siquiera sabia como se llamaba, solo que la abandono.
―Padre... ¿cómo era ella?
―Ya te lo dije, tu eres casi igual a ella...tenia el cabellos negro como tu, aunque lo llevaba mas corto― acaricio el cabello de su hija― Ellie prométeme que te cuidaras...
La abrazo y Ellie tuvo deseos de ponerse a llorar.
― ¡Te extrañare padre!
―Descuida mi precioso tesoro, estaré cerca de ti siempre.
― ¿A dónde debo ir primero padre?
―Dime como es ese humano, descríbelo para poder orientarte.
Ellie describió a Jeremy detalle por detalle y su padre la escucho con atención.
Después de un momento de silencio tenso, Poseidón sonrió.
―Bueno...la buena noticia es que es cerca de aquí, la mala es que hay varios países en los que habitan esos hombres, sin embargo por el nombre que tiene solo hay una opción, he estado en tierra varias veces y se que se diferencian así, ese nombre suena a Inglaterra hija.
― ¿Inglaterra?
―Es un país Ellie, Reino Unido...y si el tenia un avión privado seguro debe ser alguien importante― pensó un momento y suspiro― debe tener dinero...tu necesitaras también para no pasar necesidades.
― ¿Dinero?
Poseidón puso los ojos en blanco y se dijo que hizo mal en mantenerla alejada de todo, ahora ella iría a un lugar que era totalmente desconocido.
―Dinero es algo que los humanos intercambian por alimentos, ropa, y cosas similares.
―Ah, ya entendí.
Poseidón le dijo que se pusiera la ropa y mientras ella lo hacia, el fue por algo mas para su hija.
Cuando regreso, Ellie estaba vestida con el vestido color azul oscuro, sin tiras y largo hasta los pies que tenia su madre cuando la salvo del incendio muchos años atrás.
Estaba tan parecida a ella en esos momentos, que Poseidón pestañeo varias veces para comprobar que en efecto era su hija y no la madre la que estaba parada mirándolo con expresión curiosa.
―Ellie, no confíes en nadie, no lo hagas por favor.
Ellie asintió y suspiro.
Extrañaría mucho a su padre.
―Toma― Poseidón le entrego una bolsita con algo dentro― no es el dinero que ellos utilizan pero se que son de mucho valor pues han venido en busca de eso muchas veces.
Ellie reviso el interior de la bolsita y se quedo asombrada.
― ¿Estas piedras brillantes son de valor para ellos?
―Si, te sorprenderás de las cosas absurdas que consideran de valor hija, en fin...tienes un mes, esperare ese tiempo, y al anochecer, al cabo de ese tiempo regresa a mi para saber que estas a salvo y trae a ese humano para conocerlo.
Ellie asintió y se abrazo a su padre con lágrimas en los ojos.
― ¡Te amo padre!
―Te amo mi precioso tesoro marino, cuídate.
― ¡Lo haré!
LA CUIDAD
Ellie camino por largo rato por la playa hasta donde la acompaño su padre, el corazón le latía furioso en el pecho y tenia mucho miedo de perderse en ese lugar tan grande.
Había tantos humanos como peces en el océano y todos era tan diferentes uno de los otros como los mismos peces.
Su padre le dijo que buscara un transporte que la llevara a la cuidad mas grande porque seguro ese humano estaría en la cuidad.
A Ellie le daba temor de solo pensar que estaría lejos de su amado océano pero no tenia opción, debía hacerlo si quería encontrar a Jeremy en un mes.
Según su padre un transporte era algo que los llevaba de un sitio a otro con mayor facilidad y mas rápido también.
Y comprobó que había de esos por todos lados.
El problema seria saber cual debería escoger para que la llevara con Jeremy.
¿Sería que allí todos se conocían como en el mar?
Se acerco a una chica que estaba sentada en un banco de un parque y le pregunto si sabia que transporte la llevaría con Jeremy pero la chica no le respondió, tenia algo en los oídos y movía la cabeza de un lado a otro.