El hechizo del pasado

CAPÍTULO 12

 

CAPÍTULO 12

Y esa declaración de deja impactada.

-¿Cómo que ha muerto? ¿Pero qué narices les ha pasado? ¿Y tu hermana?

-Mi hermana no para de llorar. Ella solo tiene unos cuantos rasguños y un collarín en el cuello. No tiene ningún traumatismo pero está fatal. Solo he conseguido sacarle que habían discutido al salir de una fiesta de empresarios, él había bebido de más y se han estampado contra un árbol al salirse de la autovía, después de sus respectivas vueltas. Él iba sin cinturón y ha salido despedido por la parte delantera. Murió al llegar al hospital, no se pudo hacer nada por él. Sin embargo, hay más. Los médicos me han dicho que mi hermana tiene síntomas de maltrato, Windy. ¿Cómo se supone que voy a tratar esto ahora? Si es verdad, ¿a quién le grito por haber sido un completo idiota y animal? Estoy que muero de rabia, quiero zarandear a mi hermana y obligarle a hablar, pero tal y como se encuentra va a ser imposible. ¿Cómo está mi sobrina? ¿Se lo ha creído?

-Madre mía, no me puedo creer lo que me estás contando. Ahora entiendo su irritabilidad constante con todo el mundo. Si lo hubiera contado antes… ¡podría haber muerto ella también! Vaya locura… Tu sobrina se lo ha creído todo, está más pendiente del buscarle novio a la perra de Rita que de ti.

-Ya te dije que esa niña es una alcahueta.

-¿Tú estás bien? No te escucho muy afectada…

-A mí solo me interesa mi hermana y ella sigue viva, Windy. El cerdo de su marido nunca me cayó bien, era un manipulador y no me dejaba ver a la niña cuando me daba la gana. Tenía a mi hermana enclaustrada en casa y sinceramente, no me alegro de su muerte, pero sí de que ya no pueda molestar más a mi hermana. Es hora de que se dé cuenta de que vida solo hay una y tiene que vivirla cómo ella quiere, no fijándose en los defectos constantes de los demás y viviendo de forma políticamente correcta siendo una clasista.

-¿Sabes cuándo vas a volver? ¿Te han dicho algo?

-La verdad es que no tengo ni idea. Tendré que esperar a que mi hermana se recupere de lo que sea que tenga en el cuello y que le den el alta. Además supongo que habrá que llevarse el cuerpo de su marido para el pueblo para poder enterrarlo, así que esto puede tardar días. Intentaré hacer los procesos lo más rápido posible, pero no prometo nada, Windy. Siento que tengas que encargarte de una niña que no te corresponde, pero te deberé este favor toda la vida.

-No te preocupes por eso, tengo a alguien que me va a echar una mano y estoy segura de que a tu sobrina le va a encantar.

Después de estar hablando un rato con mi amiga, paso la mañana atendiendo a los clientes mientras muero de sueño. Cuando Merimen vuelve, hago que se siente en el sofá para que siga coloreando mandalas. Así pasamos el día juntas, hasta que Fran aparece por la puerta más despierto que una rosa. Al haber tenido que doblar turno, hoy no trabaja, por lo que habrá podido dormir hasta tarde. Saludándome discretamente se acerca a la mesa donde está la niña y le dice:

-Vaya, ¡qué dibujos tan chulos! ¿Qué es eso?

-¡Hola! Pues son mindales, ¿te gustan?

-¿Mindales?

-Mmm, eso me dijo Windy, ¿a qué sí?

Y yo que estoy conteniéndome de la risa acabo tosiendo para que no se me note, ¡pobrecita!

-Mandalas, Meri, se llaman Mandalas.

-Ah, ¡pues eso! ¿Entonces te gustan o no?

-Sí, la verdad es que tienen muchos colores. Tengo un sobrino de tu edad, seguro que le gustará aprender a hacer lo que tú haces, a él le encanta dibujar.

-¡Qué guay! ¿Puedo conocerlo?

-Por supuesto, solo tienes que decirle a Windy que te lleve un día al parque para que nos veamos, ¿te parece?

-¿Me vas a llevar, Windy? ¡Antes de que se entere mi tía, que seguro que dice que no!

-Está bien, solo me tiene que decir cuándo estará su sobrino disponible para esta bella dama…

-Eso está hecho. El sábado por la mañana nos vemos en el parque.

-¡Yupi! Ojalá mi tía siga malita para ese entonces, ¡no se lo puedes contar o nos regañará!

-Tranquila, esto es un secreto entre nosotras.

-No podrás negar que es digna sobrina de su tía, ¿eh?-Me dice Fran al levantarse y ponerse a mi lado.- ¿Sabes algo de tu amiga?

-No, desde luego que no se puede negar, son tal para cual… Y sí, pero aquí no te lo puedo decir, no sé cómo pero se entera de todo. Espera, te lo escribo por mensaje.

Y efectivamente, como cuando los críos se escriben notitas en clase, le cuento todo lo que ha sucedido por móvil. Fran me mira sintiendo lo que ha sucedido y diciéndome que cuento con todo su apoyo en lo que necesite hasta que ella vuelva. El proceso de recuperación no será fácil para nadie, pero al final el amor todo lo puede. Esas fueron sus palabras antes de marcharse de la tienda.

Las horas pasan y comemos juntas en mi casa. Mi tía me escribe diciéndome que el domingo se reunirá con mi hermano, por si quiero guardarme el día y estar presente. Confirmándole mi asistencia me preparo para el fin de semana tan movido que se me avecina.




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