el heraldo de dios

trabajo

Camino por las calles principales de mi ciudad, el día estaba normal como siempre. El calor era tan fuerte que todo mi cuerpo estaba empapado de sudor, las calles estaban llena de gentes.

Hago todo el esfuerzo para seguir caminando y llegar hasta aquel lugar. Minutos después llego a una casa de madera, esta expulsaba un calor inmenso. Al entrar y dar mi primer paso siento como un calor quema todo mi cuerpo, el calor de adentro era aguantable pero insoportable a la vez.

En ese momento me di de cuenta que fue mi error ponerme una camisa manga larga el día de hoy. Al alzar mi vista veo que adentro de la casa parecía una licorería, adentro había pequeñas mesas las cuales estaban llenas de gente tomando licor, el ambiente era el mismo que el de un burdel.

Camino por medio de la gente borracha, algunos me miraban extraño por ver a un joven entrar en un burdel mientras que a otros les daba igual. Sigo caminando hasta llegar al mostrador en donde sirven los tragos, el que servía los tragos era un hombre mayor de alrededor de los 40 años. Al verme suelta el vaso de licor que estaba sirviendo, rápidamente apaga la música y se sube a una mesa, en esta comienza a gritar para que todos escuchen “malditos marranos, salga de este maldito lugar. Por el día de hoy cerrare temprano”, camina por cada mesa repitiendo las mismas palabras que dijo en la mesa, hasta llegar al punto en donde todo el lugar se encontraba vacío a excepción de él y yo.

Tomo asiento en una de las sillas del mostrador y comienzo a mirar todo el lugar. El cantinero rápidamente llega a donde me encontraba yo “discúlpeme mi señor, si hubiera sabido que vendría hoy tendría el lugar un poco mas limpio” comenta el cantinero un poco nervioso al verme como miro todo el lugar.

“Ren, desde el día que te salve nunca te exigí nada, en cambio te deje que escogieras lo que te gustara y por lo que veo lo disfrutas. Pero el día de hoy vengo a reclamar la deuda que me debes” mis palabras eran claras, no titubeaba en ningún momento.

Meto mi mano en mi bolsillo y saco cuatro pequeñas bolsas de cuero las cuales pongo en la mesa. Abro la primera bolsa de cuero y de este saco una espada dorada la cual tenia el mango roto y su cuchilla estaba rota, también saco mi lanza dorada la cual estaba partida.

Ren sorprendido agarra la espada y la lanza y las comienza a observar, estaba fascinando por esas armas “¿todavía estás pensando en hacer esa locura? No conozco a ese tal baljad, pero si el te dio tu poder debe ser mil veces más fuerte que tu”.

No sabría ver mi futuro si haría eso, pero sé que tarde o temprano lo tendría que hacer. Se que todo esto es solo un juego para él, Pero tengo que estar preparado. “¿trajiste lo que se necesita para el trabajo?” pregunta rin curioso por sabes lo que hay adentro de las demás bolsas.

Sin abrir las bolsas de cuero, las agarro y se las entrego a rin. Las bolsitas no pesaban nada, eran como si llevaran plumas las bolsas. Me levanto de las silla y comienzo a caminar hasta afuera, pero antes de que pudiera salir del burdel, me volteo y le hablo por ultima vez a rin “esas tres bolsitas contienen dos soles y un pequeño universo. Así que ten cuidado cuando las uses, no quiero rehacer este universo otra vez”.



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En el texto hay: fantasia, magia, evolución

Editado: 03.09.2022

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