—Bueno llegamos—Encendí las luces.
Estábamos en la casa donde crecí y viví uno de los mejores años de mi vida junto a Terry, Jessica dijo que Annie no quería que regresara antes de las 3 de la mañana y que aún no se sentía cansada, así que terminamos viniendo aquí.
Jessica entró y cerré la puerta.
—Está igual como lo recuerdo ¿Cómo es posible?
—Mi madre se llevó pocas cosas al momento de irse a vivir con tu padre y el mío ya no vive aquí y decidió dejar la casa tal como estaba. Como inmovilizando el tiempo—Nos sentamos en uno de los muebles.
— ¿Vienes aquí de vez en cuando?
—Sí, cuando necesito pensar o estar solo, por eso conservé la llave—Jessica se acurrucó en mi pecho.
—La pasé muy bien esta noche.
—Yo también. ¿Quieres algo de beber?
— ¿Tienes agua?
—Sí.
—Pues sí.
Sonreímos, cuando estaba con ella sonreír era tan fácil.
Fui y le busqué el agua.
—No entiendo como si siempre venia a esta casa, nunca te conocí.
—Así es la vida…ven te enseñaré mi habitación.
Caminamos por el pasillo y subimos las escaleras que daban directo a mi habitación.
—Así que aquí dormías, después de tanto tiempo entiendo el porqué Terry no me dejaba subir al ático.
—Bienvenida seas y no, no es un ático lo era pero lo convirtieron en mi habitación hasta le hicieron un baño y todo.
—Esta linda tu habitación. Al parecer las sabanas están limpias, ¿estuviste aquí recientemente?
—Se podría decir que si—Me acerqué a ella.
—y… ¿Qué haremos ahora?
— ¿Qué quieres hacer?
Acomodé un mechón detrás de su oreja y comencé a besarla. Sorprendentemente ella me siguió el ritmo.
— ¿Cuándo aprendiste a besar?
—Idiota—dijo Jessica, retomando el beso.
La recosté lentamente en la cama mientras nos besábamos. Ella jugueteaba con los botones de mi camisa. Miles de pensamientos pasaban por mi cabeza.
—Me estas torturando Jessica.
—Quiero ser tuya completamente.
Jessica
Su voz. Miles de cosas están pasando por mi cabeza, en especial lo que me dijo Annie esta mañana, Todo puede pasar esta noche. Creo que eso me llevo a decir las palabras que salieron de mi boca.
Joshuad me miró buscando alguna pisca de duda en mis ojos, pero estaba segura de lo que quería.
—Eres una cajita de sorpresas Jessica.
Joshuad se puso de pie y se quitó la camisa, yo me limité a observarlo, el corazón me latía muy fuerte.
Luego desabotonó su pantalón.
Me paré de la cama y me acerqué a él, pegándolo de la pared, mientras lo besaba el bajó el cierre de mi vestido y lentamente bajó una de la mangas para que el vestido cayera al suelo, dejándome en ropa interior, comenzó a besar mi cuello, pasé mis manos por sus pectorales y su cabello, el me besaba por todas partes y mi excitación se hacía más grande, deslicé mis manos dentro de su pantalón y apreté su trasero, el mordió mi hombro.
—Me vuelves loco Jessica.
Bajé su pantalón y le susurré a oído—Hazme tuya Joshuad.
Me rodeó con sus brazos la cintura y me levantó, tumbándome en la cama y devorando mi boca ferozmente.
— ¿Es tu primera vez verdad? —asentí
Joshuad se puso de pie y sonrió.
—Vengo enseguida.
Joshuad salió de la habitación y yo trataba de respirar normalmente.
Voy a perder la virginidad con mi hermanastro.
Pase mis manos por mi cabello, el corazón me latía muy rápido y las manos me temblaban.
Jessica, cálmate.
Joshuad entró a la habitación, con algo entre sus manos y apagó la luz, puso música relajante y con un pequeño control abrió el techo, dejando entrar el aire y la luz del cielo.
Luego se sentó en la cama a mi lado, sus ojos son tan lindos y me dan tanta paz.
— ¿Estás segura que quieres hacerlo?
—Contigo siempre estoy segura.
Joshuad me quitó el gancho que agarraba la media cola, dejando caer mi cabello.
—Eres hermosa Jessica, me alegra mucho haberte encontrado en esa fiesta.
Nos empezamos a besar lentamente y a tocarnos, leernos con los ojos cerrados, la poca ropa que quedaba entre nosotros fue sobrando y por primera vez en mi vida dejé que alguien me explorara como ni yo misma lo había hecho.
Al terminar me acurruqué en su pecho, sintiendo una tranquilidad que nunca había sentido.
—Te amo—Joshuad me dió un beso en la frente.
—Yo te amo más.
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Desperté me sentía súper cansada y me dolía todo, tanteé a mi lado, ¿Dónde estaba?, luego recordé, ¡Mierda!, me incorporé y me envolví con la sabanas, Joshuad salió del baño.
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amor prohibido, hermanastros, confesiones secretros y amistad
Editado: 15.05.2020