La densidad de la noche pesa sobre sus hombros. Los incesantes estruendos provocados por los monstruosos seres que habitan en lo más profundo de la mazmorra legendaria provocarían terror entre los Aventureros más novatos.
Pero, aquella luz que alumbra la oscuridad que ha reinado durante siglos, que rodea a ese clan con un único objetivo, el de superar la mazmorra, es aquel que ni se inmuta ante tan poca cosa.
Conformados por un grupo de poderosos Archimagos, personas que dominan los hechizos del más alto nivel, que podrían conquistar el mundo si así quisieran; por Paladines, hombres grandes y fuertes que dominan el arte de la espada y el escudo; por Arqueros, quienes han perfeccionado su puntería, y todos ellos, guiados por un único e indiscutible líder: El Rey Lancelot Pendragon, el hombre que esparció su Reino por todo el continente, virtuoso en todo sentido, y cargado con un enorme sentido de la justicia, sin ningún temor, se enfrenta a cualquier problema que afecte a sus ciudadanos.
De boca en boca, llegando hasta el consejero real, llegó la historia de que, en medio del Bosque Otoñal, había aparecido un templo que, al parecer, llevaba siglos ahí, pero hasta hace poco había sido descubierto.
Entre las leyendas de la familia Pendragon, resonaba la historia sobre una mazmorra que aparece y desaparece, debido a que fue hechizada por el Mago más poderoso que este mundo haya visto: El mismo Merlín. O al menos, una de sus numerosas reencarnaciones a lo largo de la historia.
Esto, debido a que la mazmorra posee, en su interior, un arma increíblemente poderosa, al igual que la legendaria Excalibur, o incluso superior. El Rey Lancelot, el único guerrero del continente que ha alcanzado la máxima fuerza, desea poseer esa arma para que nadie pueda usarla contra su pueblo, e incluso de ser posible, con ella, derrotar al Rey Demonio, el mayor de los males que afecta a su mundo.
Con eso en mente, y agrupado con su milicia más poderosa, se ha adentrado en la mazmorra y, por la gran puerta que se planta frente a ellos, parece ser que su cruzada está a punto de llegar a su fin.
Lentamente, los Paladines abren la gran puerta usando toda su fuerza para ello.
Los Archimagos, utilizando su magia de fuego, iluminan la sala.
Los Arqueros se preparan para disparar al momento.
Mientras que, el Rey, se adentra en la habitación, con mano sobre el mango de su espada que le ha acompañado en numerosas batallas a lo largo de su vida.
Habitación en la que hay una gran roca, que podría compararse al tamaño de su castillo, roca en la cual, en su cima, hay algo que brilla con un rojo carmesí muy intenso.
El Rey se dispone a escalar la gran roca para averiguar el tesoro que puede haber en la cima, o si sólo es un obstáculo más en su camino.
Sin embargo, antes de lograrlo, alguien se cruza en su camino, imponiendo su tremenda soberbia y egoísmo. En un principio, el Rey no sabe distinguirlo, pero, es justo entonces, cuando está a punto de empezar a escalar, que logra divisar su rostro.
Un joven de armadura plateada, con su espada legendaria en mano, este hombre que sube la gran roca, es lo que las leyendas llaman «Invocado», o coloquialmente, «Héroe».
Si no fue mencionado con anterioridad, es debido a que ni siquiera el Rey Lancelot sentía algún tipo de respeto hacia él. Desde el momento en que fue invocado desde otro mundo, ha sido un completo idiota y cobarde afortunado, viéndose rodeado por hermosas doncellas debido a sus 'hazañas' en las que a penas ha logrado salir con vida gracias a la ayuda del Rey y su ejército. Y que, además, ansía tomar el puesto del Rey porquez según él, 'se lo merece'.
Ahora, temerario, escala la gran roca, dejando atrás al Rey y a sus supuestos compañeros de equipo: Una chica que domina la Magia Elemental, otra chica que domina la Magia Defensiva y Curativa, y una tercera que domina el Arco. No las eligió al azar, por supuesto, tienen su lugar debido a que su único objetivo es proteger al Invocado. Podría ser un idiota, pero no un estúpido, hará lo que sea necesario para mantener su título de Héroe.
Finalmente, llega a la cima, mientras el Rey, astutamente, espera a que él les comunique si logra ver algo. Como también esperaba, no lo hizo. Cosa que significaba que, efectivamente, había un tesoro en la cima.
Pero es entonces que, manteniendo su mirada en la punta, puede ver como el inventario del Invocado cae rápidamente. Los Paladines protegen al Rey, mientras que los Archimagos y Arqueros apuntan sus armas hacia la roca.
Las tres chicas que acompañaban al Héroe gritan de horror, pues el cadáver del Héroe cae desde la cima, desparramando su sangre en los alrededores.
Esto era, definitivamente, el Rey lo sabía, el arma legendaria que Merlín ocultó con tanto esmero.
La Legendaria Espada Negativa. Un arma de poder mágico indescriptible, que debía ser protegida a toda costa, por una mazmorra sin fin, y un poderoso Guardián.
El suelo tiembla, los escombros caen del techo, y la gran roca, se levanta, dejándose ver su monstruoso rostro imbuido con la magia de Merlín.
Pero, antes de que el ejército logre siquiera preparar su estrategia, el Rey Lancelot da un paso adelante.
Sacando su espada de su funda, y preparándose para atacar, se dispone a utilizar sus poderosos dotes.
Su espada no es legendaria, su armadura es común, y no posee ninguna habilidad especial, pero aún con todo eso, es el hombre más fuerte del Reino. El único que ha alcanzado las máximas estadísticas, durante apenas segundos.
Utilizando sobre sí mismo la Magia de Apoyo 'Nivelium', y potenciando su espada con 'Fuerzeones', su espada se convierte en el arma que ha defendido al reino durante siglos, nunca rota, nunca reparada, nunca alterada, la misma espada de siempre, en manos del mismo hombre de siempre.
Editado: 13.01.2021