Después de todo lo que tuvo que pasar ayer, y de volver a casa, teniendo que presenciar el rostro de Iris que moría de la preocupación, y él mismo muriendo del cansancio, Orutra no puede evitar preguntarse:
"¿Por qué este tipo está comiendo con nosotros?"
El sol apenas estaba saliendo, es la hora para despertar de los Aventureros, e Iris no puede evitar levantarse junto a su amado.
Sin embargo, coincidentemente, el joven con el que Orutra se encontró el día anterior, el descendiente de Merlín, el mismo que lo empujó a una batalla contra la Reina de los Gigantes de Hielo, estaba tranquilamente desayunando junto a ellos.
«¿A dónde piensas ir después de esto?». Preguntó Orutra desconcertado.
«Seguiré cumpliendo mis Misiones aquí, por supuesto». Respondió el descendiente. «De hecho, estoy esperándote para decidir cuál es la siguiente».
Orutra baja el volumen de su voz para evitar que Iris pueda oírlo. «No es por nada pero, no pienso acompañarte a ningún sitio». "Después de todo, ya conseguí la poca información que podía darme y el dinero que necesitábamos. Con esto, es suficiente para un pequeño emprendimiento. ¿Debería empezar por una granja? Una tienda de verduras suena rentable".
«Usted no tiene ni una pizca de cariño por su tierra, ¿no es así, su alte-?». Rápidamente Orutra le tapa la boca con sus manos.
«Oye Iris, voy a hablar un poco en privado con él, ¿te molesta?». Dijo Orutra, sin despegar sus manos.
«Para nada, cariño, yo iré a trabajar ya. Por favor, vuelve antes del anochecer, y cuídate mucho». Respondió Iris con cariño.
A las puertas del Gremio, en plena mañana, hay mucho silencio y soledad, donde Orutra y el descendiente podían hablar en paz.
«Mira, no me interesa nada que tenga que ver con este Reino ni con la Espada, quedatela si quieres y haz lo que prefieras. Ahora, sólo quiero vivir en paz con mi esposa y mi futuro hijo, ¿está claro?». Dijo Orutra sin la más mínima duda de ello.
«Ya veo. Entonces La Espada Negativa trae consigo el rechazo, supongo». Divagaba el descendiente.
"Así que me ignora... No, lo está haciendo a propósito, quiere hacerme dudar de mi decisión... ¿Qué debería hacer entonces...? ¿Recuperar el trono que le perteneció a mi familia, o vivir con mi nueva familia en el campo...?".
Debido a ello, Orutra termina recayendo en sus recuerdos del día anterior.
La Reina de Hielo, con cierto miedo y frialdad, terminó retirando a sus tropas imbuidas en la derrota, los cuales además, tuvieron que tratar con la cabeza dura de Orutra.
«Te dejaré ir con una condición. El día que yo vaya a tus tierras, me recibirán y me ayudarán en lo que necesite».
Tras ello, y tras desaparecerse los Gigantes en el horizonte, el descendiente de Merlín puede ver cómo La Espada Negativa se desvanece entre las manos de Orutra, quien no parece darle importancia.
«Te dí el espectáculo que querías,». Dijo Orutra. «ahora cumple con tu parte. Si no me cayeras relativamente bien, te cobraría de más por no haber hecho nada».
El descendiente, humillado, con una leve sonrisa en el rostro, decide contarle a Orutra un puñado de los secretos de La Espada Negativa.
Años atrás, cuando Merlín aún estaba con vida, se llevó a cabo un evento militar masivo al cuál se le llamó La Guerra de las Tierras. Donde el Reino de los Pendragon se enfrentó por primera vez al Reino de los Demonios.
La humanidad estaba dando sus últimos suspiros. Nada ni nadie había logrado atravesar la coraza del Rey Demonio. Mientras él siguiese con vida, la extinción del Reino terminaría llegando tarde o temprano.
Debido a ello, Merlín lleva a cabo incontables investigaciones. Hechizos prohibidos, armas que debían ser resguardadas, pero nada funcionó.
Esto lleva a Merlín a un extraño pensamiento: 'Ningún arma y ningún hechizo es capaz de atravesarlo... Entonces, lo único que debería poder derrotarlo... es algo que no sea un arma, una no-arma'.
Todo lo que existe tiene su contrario. ¿Qué podía ser lo contrario a un arma? Algo que no es un arma, por supuesto, una no-arma.
La Espada Negativa no fue hecha para combatir, fue hecha para enfrentar.
Contrarrestar cualquier fuerza posible, y así superar la adversidad.
Sin embargo, aquel Negativo poder, aunque salvó a la Humanidad por un breve momento, también era capaz de destruirla.
Pues el contrario de la vida, es la muerte.
Por ello, tras la separación del Reino Pendragon con el Reino de los Demonios, La Espada Negativa fue oculta en un lugar donde sólo pudiese ser alcanzado por una persona realmente hambrienta de poder. Sin embargo, La Espada Negativa castigaría a quien la portase, con la más profunda debilidad y desesperación.
El portador de la no-arma se convertirá en un hombre desgraciado, un debilucho en un mundo donde sobrevive el más fuerte.
Pero, en aquel entonces, el Rey Lancelot Pendragon, contra todo pronóstico, pensó: 'Es un precio justo por un poder capaz de derrotar al Rey Demonio'.
"¡Viéndolo así, hasta parezco un idiota!". Pensó Orutra. "¿¡Realmente enmarqué mi propia desgracia sin pensarlo!?".
«De cualquier forma, ¿qué te hace creer que te dejaría ser mi compañero?». Preguntó Orutra tras reflexionar seriamente. O lo que él considera 'seriamente'.
«¿Por dónde empiezo?». Dijo el joven, alzando una mano, y levantando un dedo por cada cosa que decía. «Tengo dinero, una reputación establecida, probablemente soy el más fuerte en esta Región, y además, ¿qué tanto me costaría expandir el rumor sobre la reencarnación del Rey Lancelot como un campesino? Sería un escándalo. Quién sabe, quizás y el nuevo Rey podría enterarse y ejecutarte, ya de paso, me llevo una recompensa exquisita cuanto menos».
«Eres más listo de lo que me gustaría».
«Me lo dicen seguido».
Editado: 13.01.2021