Entre la tormenta de nieve que rodea la Región del Sur, en un punto de lo más recóndito, donde prácticamente ningún ser vivo podría resistir, pueden oírse feroces ladridos de los Lobos Gélidos enfrentándose a un grupo de Aventureros.
«¿¡Cuántas manadas van en una tarde!?». Exclama Pazuzu, ya desesperada y sin buscar alguna discreción. «¡A penas salimos del pueblo y no hemos dejado de pelear en todo el día!».
Mientras un Lobo intenta abalanzarse sobre ella, Ozcar la protege usando Barrerium. «¡Deberías agradecer que sean monstruos débiles!». Ozcar decide utilizar el ambiente a su favor realizando Ventiscium, el cual se ve potenciado en este tipo de clima.
«¡Cuidado!». Grita Orutra quien, equipado con una espada normalucha que era mordisqueada por uno de los Lobos, prefiere priorizar la seguridad de Shivy, abandonando su arma y protegiéndola entre sus brazos.
Viéndose congelados entre la escarcha, aunque no es muy efectiva por su elemento, es suficiente para espantar a los animales.
«¡Ten más cuidado con lo que haces!». Regañaba Orutra. «Ya no solo somos un equipo de Aventureros, hay que asegurarnos de que a ella no le pase nada».
A pesar de la actitud que Orutra estaba teniendo, de hecho Shivy reía con inocencia, para luego decir: «¡Tengo una familia muy fuerte!». Dejándose soltar por Orutra. Los tres pueden sentir como Shivy puede cambiar el ambiente entre ellos, mientras corre y mueve los brazos exageradamente, como si de misma Magia se tratase. «¡Papá hacía 'fiuuush' con la espada, mientras la tía Pazuzu les hizo '¡pummm!' con su Magia, y el tío Ozcar hacía 'fuaaagg' con el Ventiscium» Había algo en su forma de ser que, simplemente, los hacía felices.
Tras eso, Pazuzu procede a abrazar a Shivy como si nada. Y, por alguna razón Ozcar también. Con ello, empezaron a caminar en búsqueda de los Elfos de Hielo, aunque Orutra no podía entender lo que hacían sus compañeros.
«Pueden dejarla sola, ¿saben?». Decía Orutra, sin dejar de caminar, e intentando no reírse por lo ridículos que se veían caminando agachados.
«Es que~... es tan... calentita». Decía Pazuzu, con demasiado gusto en su voz, mientras apegaba su mejilla contra la de Shivy.
«Habríamos muerto por el frío de no ser por esto~». Añadió Ozcar, con el mismo tono de voz que Pazuzu, mientras posaba su cabeza sobre la de Shivy. «Ya que eres un tacaño que se niega a darnos dinero para abrigarnos, al menos dejanos aprovechar su origen como Dragón Infernal~».
Otra vez, Shivy ríe con inocencia. «No me molesta que lo hagan, papá. Tú también puedes hacerlo si quieres».
«No te preocupes, con mi armadura es suficient-...». En aquel momento, no solo Orutra se dió cuenta, si no que también Ozcar y Pazuzu lo hicieron. «A-andando».
"La armadura que llevo puesta ahora mismo... Está hecha con los restos de su verdadero padre". Definitivamente, Orutra tiene un nuevo secreto que esconder.
Y con ello, tras acampar en medio de la nieve, y turnándose las horas de sueño, los Aventureros terminan su primer día de viaje junto a Shivy.
Quedan 6 días hasta la muerte total de la Bendición del Fuego.
La mañana no es muy distinta a la noche anterior, la tormenta no se detiene y la niebla imposibilita la visión, mientras que se ven acechados por los monstruos depredadores de los al rededores.
Es un viaje duro, pero no es como si no hubiesen atravesado ambientes peores.
Llegado un momento dado, Shivy parece un poco inquieta, poniéndose de puntillas para ver más allá de la tormenta. Esto preocupa a Orutra.
«¿Pasa algo, pequeña?». Pregunta Orutra sin mostrar preocupación, fijando su mirada en la niña.
«¿Los caballos son comunes por aquí?». Dice Shivy, con curiosidad.
«¿Caballos...?». Orutra levanta la mirada para ver más allá.
A pesar de que no consigue ver nada, definitivamente puede oír el galopar del animal.
Aunque normalmente sería algo por lo que sentir inquietud, los Aventureros saben lo que han de hacer. No solo han logrado atravesar las nieves, sino que además han conseguido su primer objetivo: Encontrarse a los Elfos de Hielo, quienes usan Caballos Invernales como transporte.
Con ello, deciden seguir el sonido del galopaje, que pronto se va duplicando pues, al parecer, era un grupo grande que se reunía en algún punto.
Y así, gracias a la aguda visión de Shivy, consiguieron llegar al Campamento de los Elfos de Hielo en menos de un día completo.
Antes de poder siquiera darse cuenta, pueden oír el tensar de una cuerda, que se sostiene de un trozo de hielo en forma de media luna, y que dispara así un trozo de madera, una flecha.
La flecha a penas consigue rozar una pequeñísima parte trasera del vestido de tela de Pazuzu, haciendo que gran parte de este mismo se desvanezca en la nada y dejándola más expuesta al frío, mientras que el la nieve que rodeaba a la flecha ya en el suelo desaparecía, dando a entender que la flecha había sido fallada a propósito a modo de amenaza.
La razón por la que los Gigantes de Hielo y los Elfos de Hielo se aliaron hace mucho tiempo atrás, es por su Magia que se adaptó al ambiente junto a ellos, que al contrario de sus contrapartes Élficas de Bosque, que usan Magia de Creación, es a lo que ellos mismos decidieron llamar 'Magia de Destrucción', un tipo de Magia capaz de desvanecer lo que se le cruce por delante y que puede imbuirse en sus armas.
«¡Alto, deténganse!». Debido a lo ocurrido, Orutra sale adelante a gritos, con ambas manos en alto. «¡No somos monstruos! ¡Somos Aventureros!».
Uno de los Elfos de Hielo, que a penas podían verse a través de la tormenta, sobre su corcel, da un paso al frente. Su altura es considerablemente mayor a la de sus compañeros, su figura es bastante más fuerte e imponente, como la de un viejo perro de guerra, que tarde o temprano deja ver una cicatriz que atraviesa gran parte de su rostro, y con una cabellera y barba hechas de estalactitas. «¡Aléjense de estas tierras!». Son sus únicas palabras, con una voz de un indiscutible líder y representante que busca proteger a los suyos.
«¡Podemos llegar a un acuerdo!». Orutra lanza una mirada fulminante a sus compañeros, haciendo que Ozcar y Pazuzu también tengan las manos en alto, mientras Shivy se esconde detrás de él. «¡Necesitamos encontrar la Torre del Tártaro!». Continúa.
El líder de los Elfos parece mirar hacia sus compañeros, quienes tiemblan un poco por ello, y sin decir nada, dejándole decidir a él. «... Vengan». Dió la vuelta a su corcel, y emprendió camino al campamento.
Editado: 13.01.2021