El Híbrido

Capítulo 4

Al pie del Volcán Misti, Arequipa, Perú, a 2400 m.s.n.m.

Por un portal que Eleazar, el Gran Hada, abrió, el equipo llegó a las afueras de la ciudad de Arequipa, al sur de Perú, donde el gigante Misti, un volcán activo que se encontraba controlado, serviría como puerta de ingreso hacia el Inframundo.

  • ¿No que estaba dormido? -preguntó Cassie con algo de temor en la voz, por lo que Erik la abrazó por los hombros para confortarla.
  • Dormido, sí; inactivo, no -respondió Ninay con un aire de superioridad-. El Misti en cualquier momento podría erupcionar y acabar con la ciudad de Arequipa, con más de un millón de humanos; sin embargo, mi amada Illapa y yo hemos podido mantenerlo en calma por varios siglos.
  • ¿Y por ahí vamos a ingresar para llegar al Inframundo? -preguntó Ania mientras pensaba en qué hechizo podría usar para proteger al equipo de incursión durante el descenso.
  • Sí -respondió Ninay, y las caras preocupadas de los jóvenes, salvo Darius e Ileana, llamaron la atención del hada-. Por favor, confíen en mí. Si les digo que el gigante blanco está dormido, tengan la certeza de que el magma está controlado, y nuestro andar hacia esa senda mágica que cruza el manto del planeta hasta el núcleo, no será peligroso.
  • Jóvenes, Ninay es uno de los nuestros y una experimentada hada de fuego, que su aspecto juvenil no les engañe. Si él nos asegura que no correremos peligro durante el descenso, es porque así será -dijo Abelard, infundiendo en el equipo tranquilidad por el tono de voz seguro y calmado que utilizó.

Tras subir la longitud que tiene el Misti desde su base hasta el cráter, el equipo de incursión empezó a descender por la chimenea. Como aseguró Ninay, el recorrido hacia el campo magmático no tuvo mayores inconvenientes, y al llegar a esa zona del volcán, lo único incómodo era sentir que la temperatura había aumentado algunos grados. Siguiendo un camino que rodeaba esa gran fosa llena de roca fundida, minerales y gases, llegaron a la entrada de aquel sendero mágico que los llevaría hacia las puertas del Inframundo, en el centro del planeta. Haciendo uso de sus dotes físicas sobrenaturales, los miembros del equipo cruzaron la senda hasta el núcleo interior en menos de una hora.

  • Bajemos la velocidad, que estamos muy cerca de la entrada al Inframundo -ordenó Abelard, regresando a su forma humana.

Los jóvenes caminaban detrás del experimentado guerrero licántropo y el hada de fuego, quienes encabezaban el avance. Aquellos que nunca estuvieron en el Inframundo, se sorprendieron al ver que la entrada a ese plano, donde Satanás es el señor, tenía una serie de grabados en distintas lenguas.

  • Entiendo que hayan grabados en lenguas muertas, pero también los hay en lenguas que la humanidad habla en la actualidad -comentó Kiram.
  • Es para que todo aquel que quiera entrar al Inframundo, sin pertenecer a este plano, pueda leer la advertencia que se le hace -explicó Abelard-. No somos los primeros que buscamos ingresar al Inframundo sin pertenecer a este.
  • ¿Ya hubo quien lo intentara antes? -preguntó Ania con mucha curiosidad.
  • Sí. Tanto a sobrenaturales como humanos nos ha ganado la curiosidad de saber cómo es el Inframundo -respondió Ninay.
  • ¿Humanos? -cuestionaron Cassie y Ania muy sorprendidas.
  • Así es. En cada generación, encarna el alma de un espíritu humano que ya empezó a elevar, a quien no se le oculta la información sobre Celestiales, demonios y sobrenaturales, concediéndole dones que le permiten llegar hasta esta entrada -empezó a explicar Ninay-. Así es como la humanidad ha podido descubrir verdades que se mantienen ocultas para los mortales.
  • ¿Dante Alighieri fue uno de esos humanos especiales? -preguntó Kiram sonriendo, ya que siempre creyó que lo descrito en La Divina Comedia era demasiado real para que saliera de la imaginación de un humano.
  • Sí. Dante llegó al Inframundo guiado por Emma, la bisabuela del actual Delta Höller -respondió Ninay sin mostrar interés, mientras que sus jóvenes oyentes quedaron pasmados por su respuesta.
  • Bueno, ya estuvo bien de plática -interrumpió Abelard-. Debemos organizarnos para avanzar. Nos vamos a dividir en tres grupos. El primero estará conformado por Kiram, Ileana, Erik y Cassie; el segundo por Darius, Elrond, Pietro y Ania. El tercero seremos Ninay y yo.
  • Pero ustedes dos solos, no me parece una buena idea -señaló Darius al analizar que el dueto del licántropo y hada estaba en desventaja a comparación de los cuartetos, que incluían a un guerrero con dones de cada especie sobrenatural.
  • No te preocupes, joven Darius. Ya has visto que las hadas de fuego podemos pelear, y lo hacemos muy bien. Y por Abelard, ni te preocupes. Nuestro líder de misión es uno de los mejores guerreros licántropos que haya existido en todos los tiempos -manifestó Ninay con orgullo y seguridad, lo que hizo que los guerreros más jóvenes aceptaran la división en grupos planteada.
  • Las piedras de luna deben estar resguardadas en alguna cámara en el Palacio de Satanás, por lo que ahí nos dirigimos -Abelard comenzó a explicar la estrategia que seguirían-. Este palacio está en el centro del Inframundo, erigido de tal manera que Satanás puede comunicarse con sus huestes por cualquier de los cuatro flancos. Tras cruzar el ingreso al Inframundo, se marcan tres caminos que llevan al palacio. Cada uno de los grupos se dirigirá por uno. El primer grupo irá por el de la derecha, el segundo por el de la izquierda. Ninay y yo caminaremos por el de en medio.
  • ¿No estarán demasiado expuestos al tomar la senda más corta y con menos opciones para ocultarse? -preguntó Darius al preocuparse por el hada y licántropo que comenzaba a apreciar.
  • Tenemos nuestros disfraces para pasar desapercibidos -comentó Ninay, y sin que se lo esperaran, el hada de fuego redujo su tamaño hasta parecer un pequeño colibrí encendido en llamas.




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