El Híbrido

Capítulo 5

Mansión Höller en el vecindario privado de Renania, Santiago de Surco, Lima, Perú, esperando noticias del equipo que viajó al Inframundo.

Por la tarde, cerca de las 6 pm, Katha, llevando en brazos a Keith, llegó a la Mansión Höller. La licántropa de fuego se sentía angustiada al no tener noticias de cómo iba la misión que su padre lideraba. Amelia y las demás mujeres de la principal familia de la manada la recibieron junto a su bebé con mucha alegría. La preocupación de Katha era obvia, por lo que trataron de distraerla conversando de cualquier tema. La llegada de Lena de sus clases de baile permitió que la madre primeriza se relaje un poco más al dejar bajo el cuidado de la niña a su pequeño de dos años, con quien jugaba a armar casas con bloques de construcción.

  • Katha, tranquila. A Keith no le hace bien sentirte así de nerviosa –recomendó la abuela Stephanie.
  • Es que presiento que algo va a salir mal –la angustia de Katha hizo que empezara a llorar. Todas las mujeres miraron a Amelia, esperando que dijera algo que pudiera calmar a la pequeña pelirroja.
  • Querida Katha, el destino aún no se ha marcado, por lo que no te puedo asegurar nada –la sorpresa apareció en los rostros de aquellas que acompañaban a la hija de la Madre Luna-. En un principio, no estaba marcado que Abelard participara de la misión. Su decisión hizo que el futuro cambie, por ello no sé cómo se resolverá todo.
  • Entonces, ¿existe la posibilidad de que mi padre no regrese? –preguntó con la voz quebrada Katha.
  • Así es. En verdad, existe la posibilidad de que la misión sea un rotundo fracaso, y ninguno de los guerreros regrese –escuchar esa hipótesis de los labios de Amelia preocupó a Marion y Marianne-. Todo depende de las decisiones que se tomen mientras se desarrolla la incursión. Y en vez de preocuparnos, mejor oremos para que los nuestros regresen con bien.

La sugerencia de Amelia hizo que Katha y las demás mujeres cerraran los ojos y empezaran a rogarle a la Madre Luna que proteja a aquellos que partieron ese día hacia el Inframundo. Cuando la noche cayó y ya era hora de cenar, la familia estaba completa en la mansión. Stefan avisó a Klaus que su compañera y cría se encontraban con ellos, por lo que el licántropo fue en busca de su familia para ir a casa, pero desistió de ello cuando Katha le pidió esperar al lado de Los Höller por noticias sobre la incursión al Inframundo.

Cerca de la medianoche, la apertura de un portal en el jardín posterior llevó a toda la familia hacia esa zona de la mansión. Ver cruzar a Cassie junto a Erik hizo que Marion saliera corriendo para abrazarse a su hija, y lo mismo haría Marianne cuando vio llegar a Kiram con Ileana y luego a Ania con Pietro. Elrond, Darius y Ninay fueron los últimos en cruzar. La familia entera se había acercado para saludar y cerciorarse de que los recién llegados estuvieran bien. Katha quedó mirando el portal, sin encontrarse con la figura de su padre.

  • ¿Y mi papá? –se escuchó decir a Katha con una temblorosa voz. Las lágrimas en los ojos de Cassie y Ania aumentaron; la pena se marcó aún más en los semblantes de Elrond, Kiram, Erik y Pietro; Darius apretaba los puños con una expresión de ira contenida, mientras que Ileana trataba de calmar a su hermano para que no explote al sentirse frustrado por no haber podido evitar el sacrificio de Abelard.
  • Mi querida lobita de fuego –Katha dirigió su mirada cristalina, repleta de consternación, hacia Ninay, quien se acercaba a ella llorando con mucho sentimiento-. Los hijos de Satanás nos perseguían al haber tomado una de las dos piedras de luna. Al poder cruzar la entrada al Inframundo por ser híbridos de humano y demonio, era un hecho que vendrían detrás de nosotros, desatándose una pelea que, muy probablemente, hubiéramos perdido ante cinco de siete hijos del embaucador. Abelard tomó decisiones que refutamos, pero ya sabes cómo es él, más cuando sus sentidos de liderazgo y protección se activaban. Tu padre se sacrificó para que nosotros podamos traer lo que fuimos a buscar –tras las últimas palabras de Ninay, Ileana mostró la piedra de luna recuperada a todos los que se encontraban ahí-. Tu padre ha caído siendo un héroe.
  • ¡Katha, lo siento tanto! –se escuchó la voz de Darius-. Es mi culpa que Abelard no esté aquí, con nosotros. Si hubiera apresado a Mammon antes que tomara una de las piedras de luna, ahora tendríamos las dos, y nuestro líder de equipo estaría con nosotros –el dolor en la voz de Darius hacía notar que estaba sufriendo al sentirse responsable del desenlace de la misión.

Katha cayó al suelo al entender que su padre -al igual que su madre hiciera tres años atrás- se sacrificó para que los más jóvenes pudieran vivir y que la misión se considere parcialmente exitosa al haber recuperado una de dos piedras de luna. Klaus abrazaba a su amada compañera, quien lloraba desconsolada por la nueva pérdida que le acongojaba el corazón. Al preguntar por el cuerpo de su padre, los recién llegados no tenían ninguna información que darle, ya que la última imagen que tuvieron de Abelard fue ver a este corriendo en su forma de lobo hacia los demonios. Sin embargo, Amelia pudo darle tranquilidad a la loba de fuego, ya que confirmó que, en sus últimos momentos, el líder de la incursión fue socorrido por Aideen, quien, mostrándose en su esencia de querubín, llegó para ayudarle a evitar que los hijos de Satanás puedan alcanzar al resto del equipo, y al fallecer el licántropo, la Celestial se llevó el cuerpo de su amado a Los Cielos.




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