El Híbrido

Capítulo 16

Mansión Höller en el vecindario privado de Renania, Santiago de Surco, Lima, Perú, tras el regreso de la comitiva sobrenatural de visitar al último clan vampírico que firmó La Nueva Alianza.

Tres años habían transcurrido desde aquella oportunidad que el Clan Walczak aceptó escuchar el mensaje que Los Höller y la comitiva sobrenatural tenían que decir a los vampiros, uno que tenía como portavoz al pequeño Viktor, quien se había convertido en todo un hombre al llegar a su edad de destino en ese corto período. Ahora, luciendo de veintidós años, regresaba a su hogar en Lima con la excelente noticia de haber calado en las mentes y corazones del último clan vampírico que aún era renuente de creer que ese joven, hijo de licántropo y vampira con alma, pudiera ser el representante del Dios Supremo entre los sobrenaturales.

El abrazo de Amelia fue lo que recibió al joven dios. Ahora la madre, al haber sido convertida en vampira a los dieciocho años, lucía menor que el hijo, aunque el amor, respeto y consciencia de la relación que los unía no se había perdido, más bien se había reforzado a tal grado que Viktor, aunque era una divinidad de mayor jerarquía que Amelia, solía arrodillarse ante ella para pedirle su bendición, acto que solo un hijo hace ante su amada madre. Tras soltar el gesto cariñoso con que lo acogió su progenitora tras regresar victorioso, abuela, bisabuela y tatarabuela no pudieron esperar a hacer lo mismo, siguiendo sus tías Marión y Marianne, así como Solís, a quien consideraba un familiar más, el único proveniente del lado humano de su madre junto a Torres y los hijos de la pareja.

Después de unos minutos, reparó que Viktoria no había estado junto a los demás miembros de su familia dándole la bienvenida, y al no ver a su madre y padre por ningún lado, además que notó la tristeza en los rostros de aquellos que lo habían recibido, entendió que la visión que tuvo de su hermana menor sufriendo fuertes dolores no fue parte de su imaginación o un mal sueño, sino la alerta que su omnisciencia le había manifestado. Corriendo hacia la habitación de Viktoria, el joven dios se encontró con el sufrimiento de ella al encontrarse postrada en la cama y a sus padres tratando de tranquilizarla mientras Ania hacía todo lo que podía para calmar el dolor con hechizos que no servían de mucho. Stefan hacía un gran esfuerzo por mantenerse erguido, aunque el dolor de su hija lo estaba martirizando por la conexión que se estableció con ambos mellizos al compartirles su sangre cuando nacieron. Asimismo, Amelia lloraba mientras suplicaba en oración a la Madre Luna piedad para su hija, y la bruja compañera de un felino empezaba a desesperarse por no poder hacer nada por aquella joven mujer a la que por siempre recordaría como la pequeña niña a la que ayudó a mejorar su vida ante la inusual condición que padecía, una que en el último año había empezado a recrudecer al manifestarse el sufrimiento por el intenso dolor que comenzó a padecer. Ante tal escena, Viktor activó su poder divino, y tras tocar las piernas deformes de su hermana y luego las manos, que ya habían dejado de servirle para escribir, alimentarse o tomar con ellas cualquier objeto, Viktoria dejó de sentir ese intenso dolor y cayó en un profundo sueño.

  • ¿Por qué me han ocultado el padecimiento de mi hermana? –preguntó Viktor consternado ante la tristeza de sus padres y prima por haber empeorado la condición de Viktoria.
  • Porque debías mantenerte enfocado en tu misión –respondió Stefan mientras acariciaba el rostro de Amelia, tratando de limpiar las lágrimas que esta soltaba al sentirse impotente al no poder ayudar a su hija.
  • ¡Pero yo pude haberla ayudado a mitigar su dolor! –reclamó Viktor.
  • Hijo, desconozco el motivo por el cual el Dios Supremo hace que mi niña sufra tanto, pero también reconozco que todo lo que Él determina es por algo. Aunque no entienda el correcto sentido del dolor de Viktoria y su discapacidad, no voy a caer en la desesperación. Acepto la voluntad de El Todopoderoso porque sé que un día el sufrimiento que permite que mi hija experimente lo calmará para siempre –la respuesta de Amelia fue tan emotiva y llena de esperanza como de fe que apaciguó el reclamo del joven dios. Esa parte encarnada en él fue la que por un momento le hizo protestar por haberle ocultado la verdadera situación de su hermana menor, pero recordar que su misión estaba por encima de todo y todos, le ayudó a entender que quizá Viktoria debía pasar por tanto dolor para aprender algo.
  • Disculpen, papá, mamá y prima Ania. Es que no me gusta ver a Viktoria así –dijo Viktor, y Stefan dejó el costado de la cama de su hija en el que estaba apoyado, tratando de ayudarla a soportar el dolor, para abrazar a su hijo, quien ante sus ojos se había convertido en todo un hombre mientras cumplía con su misión.

Después de haber permanecido dormida por tres días, Viktoria despertó sin dolor y de mejor humor. Al haber acabado con su misión, Viktor se la había pasado vigilando el sueño reparador de su hermana, quien al verlo contemplándola fijamente cuando esta abrió los ojos, le extendió los tullidos brazos para abrazarlo.

  • Bienvenido, Vik. Me alegra que estés devuelta después de haber culminado con éxito tu misión, hermanito mayor –la dulce voz de Viktoria reconfortó el preocupado corazón del joven dios.
  • A mí me alegra haberte podido ayudar, y que ahora te sientas mejor –comentó Viktor manteniendo el abrazo.
  • Gracias, querido Vik. En los últimos días el dolor en mis manos y piernas había aumentado considerablemente. Es como si Nuestro Padre quisiera incapacitarme más de lo que ya lo estoy –comentó Viktoria con un toque de broma. Ella era así, aunque le dolía su condición, no dejaba de bromar sobre ella.
  • A veces es frustrante no entender el porqué de todo lo que experimentas, Viki. Quisiera poder cambiar de lugar contigo y ser yo quien tenga las extremidades tullidas, solo para verte corriendo completamente feliz por los jardines de Renania –lo dicho por el joven dios conmovió a la joven diosa.
  • A cada uno nos tocó una misión, Vik, y la tuya no tenía nada que ver con el hecho de estar sujeto a una silla de ruedas –señaló Viktoria nuevamente con una sonrisa-. Ya llegará el momento de conocer cuál es la mía.
  • Como sea, no me gusta verte sufriendo, hermanita –dijo Viktor y abrazó con más fuerza a Viktoria, haciendo que esta se queje por el exceso de cariño-. Disculpa, Viki. A veces me olvido que ya llegué a mi edad de destino y que mi fuerza y habilidades físicas han aumentado tanto que ya soy capaz de ganarle en todo a papá –soltó Viktor sonrojado por no saber medir su fuerza.
  • ¡¿Qué?! ¡Eso es imposible, Vik! Aunque eres un dios, papi es el encarnado más fuerte en toda La Tierra –manifestó Viktoria restándole importancia a lo dicho por su hermano.
  • Eso lo dices porque amas a papá incondicionalmente –respondió Viktor entre risas.
  • Bueno, sí. Papi es mi héroe –aceptó Viktoria riendo al reconocer que su padre licántropo era para ella el mejor de todos los sobrenaturales.
  • Pero, aunque no te guste la idea, ahora soy mejor guerrero que papá –insistió Viktor con ese tema-. Durante nuestra visita al Clan Mouanda, el último en unirse a La Nueva Alianza, participamos en una especie de ritual en el que los vampiros recién convertidos o los nacidos que llegan a su edad de destino participan para determinar quiénes serán guerreros, consejeros o servidores en el clan, y yo fui el mejor en todas las pruebas para guerreros, siendo segundo papá, tercero Baihu y cuarto el tío Haldir.
  • ¿Y qué puesto obtuvo el tío Patrick? ¿Quinto? –preguntó Viktoria muy interesada por escuchar más sobre esa historia.
  • El tío Patrick no participó, ya que, al ser el Delta Höller, para Los Mouanda él es más un consejero que guerrero –explicó Viktor, y Viktoria asintió con la cabeza, manifestando estar de acuerdo con el clan vampírico proveniente de territorio africano.
  • Pero quitándote a ti de la lista, ya que tienes notoria ventaja al ser un dios, papá es el mejor sobrenatural en La Tierra –dijo la joven diosa manifestando mucho orgullo.
  • Bueno, papá no se ha medido con Qiang, el Señor Felino, así que… -el silencio de Viktor molestó a Viktoria. El joven dios bromeaba con su hermana, ya que le gustaba ver que la frágil diosa también tenía un temperamento fuerte.
  • ¡Papá siempre va a ser el más fuerte de todos, Vik! –protestó Viktoria cruzándose de brazos y marcando el entrecejo al empezar a molestarse por la insinuación de su hermano sobre que el Señor Felino era mejor que el Alfa Höller-. Papi va a ser el Alfa de Alfas, el mejor guerrero licántropo de todos los tiempos al ser un bendecido por la Madre Luna, quien resulta ser nuestra hermana y abuela a la vez.
  • ¿Padre te reveló que papá será el Alfa de Alfas? –preguntó Viktor, ya que no se imaginó que el Dios Supremo había compartido con su hermana ese detalle que él conocía desde que la omnisciencia despertó en él.
  • Sí, en un sueño –respondió Viktoria, y tras recordar la revelación que el Dios Supremo compartió con ella, el semblante de la joven diosa cambió por uno lleno de consternación-. Vik, hay algo que vi en ese sueño que no entendí muy bien, y por eso siento que la preocupación me invade –empezó a explicar Viktoria-. De una inmensa oscuridad que me llenó de miedo, tristeza e ira, una luz empezó a iluminarlo todo, y con ella, mientras crecía, apareció papi alzándose victorioso, pero sus ropas estaban bañadas de sangre. Sé que en la guerra la sangre siempre corre, pero nuestros enemigos son demonios, por lo que no son fuente de ese fluido. Podrás decirme que los orcos, al ser producto de la mezcla de cadáveres, sí, pero en la mayoría de casos la sangre ya está coagulada y no fluye como para extenderse por el cuerpo de un encarnado. La duda de dónde salió toda esa sangre sobre el cuerpo de papi es lo que me perturba porque creo que proviene de él –Viktoria empezó a derramar lágrimas al imaginarse a Stefan herido y sufriendo.
  • ¡No, Viki! Por favor, no llores –empezaba a consolarla Viktor al asirse nuevamente a ella en un abrazo-. Tú lo has dicho, papá es el mejor de todos los guerreros sobrenaturales, así que no hay ni habrá quién le pueda hacer daño. No te atormentes pensando que algo malo le sucederá a papá.
  • Vik, ¿tú no has visto nada de lo que acontecerá en el futuro de papi? –preguntó muy angustiada Viktoria.
  • No, Viki. Solo se me ha revelado que papá será el Alfa de Alfas, y con su liderazgo las manadas serán una sola –respondió con honestidad el joven dios a su hermana.
  • Por favor, Vik, que nada malo le suceda a papi. Prométeme que, si la guerra regresa,siempre vas a proteger a papi, que no permitirás que Satanás o alguno de sus hijos le haga daño, ya que yo no puedo hacer nada para evitar lo que tanto temo que suceda –suplicó Viktoria empezando a llorar profundamente afectada al recordar la imagen de Stefan bañado en sangre.
  • Te lo prometo, Viki –respondió el joven dios ante el pedido de su hermana-. A papá no le sucederá nada malo. Yo siempre estaré ahí para evitarlo –el ofrecimiento de Viktor era sincero, pero algo en el corazón de Viktoria no le permitió quedar en paz ante lo dicho por su hermano.




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