Tarde exactamente diez minutos en llegar al complejo. Y tengo que decir la verdad, el taxista fue más considerado que los demás que son unos idiotas. El complejo estaba lleno de autos, había personas bebiendo y juntándose alrededor de la jaula esperando ansiosos la pelea.
Entre la multitud salía corriendo un hombre, con facciones finas, pelo grasiento, nariz de berenjena-chico Dios, llegaste a tiempo. Rápido tienes que cambiarte para pelear-Gordon me empujó directo para los vestidores.
El corredor estaba lleno de organizadores de los cuales, tres de ellos eran de los más adinerados de la ciudad, poco se sabe de ellos, lo único que se es que si llego a perder desapareceré del mapa, pero estoy lo suficientemente confiado en el que puedo ganar. Los vitoreo de afuera se escuchan como si fuera la final de un partido de softball, Gordon estaba caminando de una punta a la otra, tirando de los pocos pelos que tiene en esa pelota que tiene como cabeza. Mientras yo, continuo poniendo el vendaje en las manos para no lastimarme, las voces anuncian la información de cada uno de los peleadores.-<<esta será una verdadera lucha damas y caballeros, presenciaran la matanza del año. Entre un chico de nomas de 16 años, pero no lo subestimen, el chico gano 10 peleas seguidas contra personas del doble de su tamaño>>- relato el conductor de la pelea, Gordon estaba más que nervioso, no paraba de ver la hora en su celular- donde se habrá metido esta niña, ya sabe que puede tardar más de quince minutos en venir-dijo a regaña dientes, solo me limite a sonreír de lado.
-sabes que siempre tarda. más ahora que las cosas se pusieron un poco...intensas, por así decirlo-dije terminado con mi vendaje, me levante de mi lugar y me saque mi remera, junto con mi pantalón y zapatos, el lugar de los pantalones me puse un short de boxeo cómodo para mayor libertad.- pero tú tienes algo de culpa, sabes que cuando organizas una pelea, a la primer persona que le tienes que informar es a ella-comente, solo me dirigió una mirada de pocos amigos para volver a ver su celular- nunca aprenderás Gordon.
-¡¡¡YA CALLATE MATTHEW!!! Ya bastante tengo con lo de ahora, para que un mocoso me diga lo que tengo que hacer- iba a contestarle, pero apareció justo la hija de Gordon, Rayle Woodall. Sus ojos eran de color miel al igual que su cabello, su piel era ligeramente bronceada tenía la ropa del hospital central de Brooklyn, junto con el bolso con todo lo necesario para tratar mis lesiones.
-Enserio chicos, me retraso unos minutos y se van a pelear...- dirigió su mirada a mi costado derecho-, esa lesión tuvo que haber sanado hace tiempo, tomaste los medicamentos que te dije-interrogo, negué despreocupado, mala elección de la acción. Se acercó echa una furia, me levanto bruscamente el brazo, para ver mejor mi moretón- ¿te duele cuando respiras?, ¿cuándo mueves los brazos, te incomoda?, ¿puedes pelear como de costumbre?- y ahí empezó las cataratas de preguntas de las que a todas respondí con una afirmación negativa. Saco de su bolso una pomada para el moretón, lo destapo, y esparció todo producto por la zona afectada.
-Esa cosa esta muy fría- dije, fingiendo un escalofrió, sin embargo ella estaba concentrada untando el producto por la herida, dándole nula importancia a mi comentario-y como te fue en el hospital, algo que reportar, un residente nuevo.
-Sí, hay un doctor nuevo, y es verdaderamente sexi, habla siete idiomas.-dijo con una mirada llena de lujuria- por si fuera poco, es nuestro jefe, y juro por dios que es irresistible. Es un pecado que algo así este sin probar, es un maldito fruto prohibido.
-Límpiate la baba, y controla tus impulsos vaquera. Estás echa una fiera-dije altanero, ella de mala gana, punzo mí herida-¡Aun!, que pasa estás loca- por los altavoces se anunció mi nombre, Gordon se detuvo en seco, su mirada era de preocupación y terror. Me puse en marcha saliendo de los vestidores y yendo a la jaula.
El público estaba enloquecido, todos no paraban de darme ánimos o diciéndome que gane. En la jaula estaba el gorila del destructor. Calvo con barba, medio musculoso y medio corpulento, tatuajes en sus brazos. El nombre de su tatuaje decía Vanesa, debe ser el nombre de su esposa o hija<<que estupidez>>
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-Bien damas y caballeros, esta pelea decidirá ¿quién de los dos es el más fuerte?, espero que sea de su agrado, y como también espero que hayan apostado por el ganador. Las casillas de apuestas están cerradas, sin más que decir que el combate de comienzo- dijo el conductor de la pelea, por mi parte estaba lo más relajado y serio. Sin que nada me afectara, el gorila al frente mío estaba con una sonrisa de psicópata, la reja detrás de mi la cerraron y electrificaron<<de verdad quieren que nos matemos>>- muy bien conocen las reglas, no hay ninguna- rio por los altavoces. Sonó la campana anunciando el inicio del primer round.
El demoledor dio el primer golpe. Lo esquive desviándome a la derecha, le aseste un golpe en las costillas, lo cual no se inmuto, lo golpee repetidas veces el mismo lugar-maldición es muy duro-. El por su parte, me golpeo de lleno en el estómago, sacándome todo el aire, luego me golpeo en la cara. Yo solo sonreí y le golpee en la rodilla, hizo una mueca de dolor-encontré su punto débil- se arrodillo y lo golpee repetidas veces hasta partirle el labio, su cara demostró furia pura. Le arremetí un golpe en la cara con el codo haciendo que caiga para atrás. El público aplaudía y vitoreaba eufórico por la caída del demoledor, otros me abucheaban, pero duro poco su abucheo. El demoledor se levantaba imponente y con un hilo de sangre saliendo por su nariz, se limpió la sangre de la nariz. Me embistió a toda velocidad, haciendo que chocara contra la jaula recibiendo toda la descarga en mi piel. Me agarro de la nuca y me arrojo al centro del ring, mi espalda me ardía como el infierno-asumiendo que el infierno queme de esta manera-. Me dio una patada en el costado donde tenía la herida.