El hijo de Hades y Persefone [1.3]

Capítulo 32| No es broma

A P O L I Ó N💀💀💀

A P O L I Ó N
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¿Quieres recuperar a tu princesa? Te esperamos en el centro del bosque aparecerá tu princesa lista para que la rescates. Pero cuidado con el dragón si encuentra primero a tu princesa no dudara en comerse a tu amada.

Firma: Cronos

Una nota fue lo único que pudimos ver luego de Tátanos se llevara a una muy malherida Ziara. Las chicas me arrebatan el papel leyendo las palabras que tenía escritas.

– es una trampa – comenta Helen entregándole la nota a Alida que no se ve muy bien para un siguiente enfrentamiento aún peor que este. Ziara ni siquiera se molestó en pelear mucho ella solo dio golpes al azar y se dejó herir esto no es normal en ella.

– lo sé, pero es lo único que podemos hacer no puedo arriesgarme que hieran a Diana. Ya no es asunto de semidioses esto pasó a dioses y titanes – encerrando mi mano en el mango de mi espada pienso en que podría beneficiarse Cronos secuestrando a mi novia.

– parece que todo esto fuera una simple distracción y que el verdadero maquiavélico plan todavía no se llevó acabó – mire a Alida que estaba más pálida de lo normal. Su mirada perdida mientras tomaba un poco de agua que le ofrecía Helen.

– roja creo que deberías volver a casa – caminé hacia ella agachándome a la altura de sus ojos oscuros que no tardaron en empañarse.

– no me iré Diana es mi amiga y yo quiero ayudar – exclamó con la voz entrecortada las hormonas de embarazada ponen a cualquiera sensible por todo. Dame fuerzas Zeus.

– bien pero no te esfuerces demasiado no quiero que Calisto me mate si les pasa algo – poniéndome en pie vi como la sonrisa y el color de la pelirroja volvió a su cuerpo.

– caeremos en la trampa como moscas en la tela de araña – hablo con tono desaprobatorio Helen dejándose caer al suelo de rodillas.

– no Helen ya caímos en la trampa el día que secuestraron a Diana. Nada de esto tiene que ver directamente con nosotros sino con algo más haya. – vuelvo a tomar la nota y me siento en el suelo donde antes había estado el cuerpo de Ziara. Releyendo la nota espero buscar algo que se me haya pasado por alto, aunque es inútil. Si hay una cosa que aprendí de mi padre es que jamás debes confiar en los titanes. – descansen me quedaré haciendo guardia es mejor que ustedes recuperen las energías – guardando la nota en mi bolsillo me puse de pie mirando cada punto del bosque.

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Frente a frente teníamos a nuestros enemigos, pero no había ni rastro de Diana. Helen no preguntó nada y dio el primer golpe para Ziara que se lo devolvió con la misma furia. Alida comenzó a defender a la platinada y en mi distracción Tátanos aprovechó para darme el primer golpe.

– ¿dónde está Diana? – golpeó al dios que no se movió ni siquiera un milímetro. Este comenzó a reír como desquiciado logrando que dejará de ver a las chicas a las cuales también atacó junto con Ziara.

– Diana.... DIANA es de lo único que sabes hablar.... ya me tienen arto con sus jueguitos de semidioses – vocifero el pelinegro con mucha furia en su voz.

– ¿a qué te refieres? – esta vez la que hablo fue Alida levantándose mientras secaba la sangre que salía de su nariz con el dorso de su mano.

– por su culpa estamos dónde estamos y jamás escuchen bien jamás volverán a dañar a Ziara ni la involucraran en sus problemas – los ojos del dios se tornaron completamente negros y las venas de su rostro tomaron un color negro. – empezaremos por el nuevo interés amoroso de mi gemelo – formando una esfera de humo negra apunto a Helen que intentaba ponerse en pie.

– no dejaré que la lastimes – gritó Alida arrogándole una manzana explosiva a Tátanos que no se movió.

– eres buena hija del caos, pero no la mejor – la tétrica voz de Tátanos hacía que todo a nuestro alrededor se vea aún peor de lo que ya lo vemos.

Cegado por la rabia encendí mis brazos en llamas y le lancé con toda mi furia una bola de fuego gigante. El dios logro esquivarla causando que la bola se fuera continuando su camino de destrucción. Algo cansado saque mi espada de su funda y con la mamo le indiqué a Tátanos que se pusiera en guardia.

– al fin una pelea interesante – comentó sacando de su costado una espada completamente negra que destellaba lucecitas como si fueran las estrellas del mismísimo cosmos.

Por todas las almas enserio no puedo tener una espada así o al menos que refleje almas no pido mucho.

El choque de espadas comenzó mientras que a nuestro alrededor las chicas batallaban entre ellas. Dominando la batalla logro acorralar en un punto a Tátanos logrando cortar parte de su camiseta, pero no a él. Siendo sinceros jamás fui muy bueno peleando con espadas, pero al momento de pelear es todo lo contrario. Logró derribar al dios moviendo mi espada hacia arriba cerca de su garganta y con el pie derecho le hago una zancadilla para que caiga.




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