El hijo de Hades y Persefone [1.3]

Capítulo 36| La copa de Micenas

A P O L I Ó N💀💀💀

A P O L I Ó N
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– no debemos perder tiempo tenemos que irnos – Diana cincho de mi brazo logrando que dejara de ver a las furias que se alejaban de nosotros volando. Gire mi mirada a la castaña que se veía algo aterrada, pero al verme su mirada se relajó por completo.

– por favor llévenme con ustedes – el alma de la rubia desde el suelo abrazaba las piernas de mi flor suplicando que la sacáramos de este sitio.

– sombritas no podemos dejarla aquí ya sufrió suficiente como para querer dejarla por la eternidad – mirándome con ojos suplicantes logro convencerme sin mucho esfuerzo y no pude decir nada cuando su mano paso por su vientre acariciando tímidamente a nuestro hijo.

– bien vendrá con nosotros, pero si intenta hacer algo contra ti por lo más mínimo que sea la traeré de vuelta – poniendo mi mano por su vientre sonreí por un segundo antes de que Gemma pusiera una mano en mi hombro y nos hice viajar al hogar de Demi.

La oscuridad de la noche hizo que nuestra llegada no llamara mucho la atención, estábamos en el patio de la casa de Medusa. Acomodando mi mochila en mi espalda tomo la de Diana entregándosela a Gemma que con sorpresa pudo sostenerla sin que atravesara sus manos. Le había dado ciertos privilegios a la rubia cuando toco mi hombro dejándola que pueda tomar las cosas sin que las atraviese y pueda controlar cuando aparece y cuando no. Comenzamos a caminar rodeando la casa para tocar el timbre como cualquier persona normal, Diana temblaba un poco por el frio de la noche. Sacándome la chaqueta la coloco por encima de sus hombros haciendo que me dedique una pequeña sonrisa.

– ¿en dónde se supone que estamos? – nos interrumpió Gemma viendo el pórtico de la casa con curiosidad, a pesar de tener un vestido algo ligero y parte de su espalda al descubierto ella no sentía ni frio ni calor.

– aquí vive Medusa es la persona que tiene la sangre que las Furias quieren – mi flor animo a la rubia a seguirnos hasta la puerta y ella con una sonrisa se colocó a nuestro lado. Tocando el timbre esperé durante lo que me parecieron diez o quince minutos, por lo que volví a llamar a la puerta esta vez con algo más de insistencia.

Minutos pasaron cuando iba a volver a tocar la puerta de abrió dejando ver un poco a Demi asomándose por la puerta con cara de dormida. En su rostro reflejo asombro, pero fue remplazado rápido por el enojo formando una arruga al juntar sus cejas.

– ¿tienen idea de que hora es? – argumento la descendiente de Medusa moviéndose de la puerta para dejarnos entrar, posando su mano en su vientre apenas visible por su camisón negro.

– oh vamos Demi tampoco es para tanto ni que hubiéramos venido a las tres de la mañana – buscando entre los bolsillos de mi pantalón no encuentro mi celular no recuerdo donde fue la última vez que lo vi. Hasta que recuerdo que lo deje encima de la mesa de luz por qué no lo iba a necesitar en esta misión.

– son las tres y cuarto ¡si es para tanto! – se quejó gritando en susurro al tiempo que acariciaba su vientre, respiro profundo mientras se relajaba y al abrir sus ojos nos señaló las escaleras. – acompáñenme los llevare a la habitación de invitados – comenzó a subir las escaleras bostezando sin mirar si la seguíamos o no. Diana comenzó a subir las escaleras sosteniendo con sus manos la chaqueta que había colocado sobre sus hombros. Gemma siguió a mi novia viendo cada rincón de la casa con mucha curiosidad, sin prestarle más atención a eso comencé el ascenso en silencio para no despertar a Medusa.

Demi nos guio por un pasillo hasta la última puerta que quedaba enfrente de su habitación por si necesitábamos cualquier cosa. Nos acomodamos en la habitación dejando las mochilas en un pequeño armario que había dentro del cuarto. Al momento de querer meterme a la cama note lo que habíamos pasado por alto hasta el momento, Gemma estaba observando la ventana mientras acomodaba su cabello desordenado.

– oye nosotros dormiremos un poco – la rubia se giró viéndonos con sus ojos azules mostrando que su aspecto a medida que pasaba el tiempo mejoraba. – puedes pedirle a Demi su computadora y navegar un rato por tus redes sociales antiguas – mi nuca fue golpeada por algo suave que luego me di cuenta que era una almohada. Mirando por encima de mi hombro note como Diana me indicaba que no molestáramos mas a Demi.

– iré a divertirme un rato fuera volveré temprano en la mañana – se despidió la fantasma desapareciendo de la habitación dejándonos completamente solos.

– ¿Cómo se divertirá? si Demi no la vio cuando llegamos ella es un fantasma – mire a Diana que se estaba sacando los zapatos mientras bostezaba un poco.

– se puede divertir haciendo cosas de fantasmas asustar personas, mover objetos, aparecer en espejos y muchas cosas que las almas que no tiene dinero para pagarle a Caronte hacen, deben vagar durante cien años por las costas del rio Aqueronte – me senté alado de Diana que estaba ahora desatando su cabello para dejarlo suelto.




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