D I A N A
🔮🔮🔮
– ¿Gemma recuerdas como llegaste al inframundo? – pregunte viendo que Apolión seguía concentrado en el mapa y estaríamos un rato vagando por aquí. La rubia dejo de observar a las ninfas para concentrar sus ojos azules en mí.
– recuerdo que morí en el hospital en medio de un intento de reanimación, lo primero que sentí al salir de mi cuerpo fue frió. Estaba muy confundida mirando hacia todos lados intentando entender que acababa de pasar. Yo era una atea a pesar de estudiar mitología no creía en su veracidad ni en la existencia del inframundo o de un más haya después de la muerte. Un golpe de realidad me paso al querer hablar con una enfermera y ella me atravesó haciéndome sentir un vacío. En ese momento solo pude pensar en mis padres, ellos estarían destrozados soy su única hija y estaba muy lejos de casa. – bajando la cabeza ella observa sus manos donde hasta ese momento no había notado traía un anillo – no sé cómo, pero logre aparecer en casa de mis padres. Verlos cenar entre risas contando anécdotas de cuando yo era más pequeña hizo que mi corazón se escogiera todavía no los habían llamado. Quise abrazarlos, pero solo podía atravesarlos y con mucho dolor comencé a llorar viendo en el momento exacto en que llega una llamada a casa. Atendió mi padre mientras su sonrisa fue poco a poco borrándose siendo remplazada por una mueca de tristeza y dolor. – ella guardo silencio cubriendo su boca con la mano intentando no llorar. Me acerque a ella abrazándola en ese momento Gemma rompió en llanto y la chica que había querido robarme la vida demostró sus razones. Solo quería ver una última vez a sus padres algo en lo que yo me siento identificada.
– no sigas no debí preguntar – manteniendo un abrazo también comencé a llorar con ella, pensando en cómo me sentiría si pierdo a mi bebé. Sé que Apolión jamás permitiría eso, pero tengo miedo no puedo usar mi magia sin que un fuerte dolor en mi vientre aparezca.
– necesito continuar quiero contarle a alguien esto que llevo callando durante tantos años. Todavía puedo escuchar los gritos de mi madre diciendo que todo eso era una mentira, una pesadilla. Ver mi propio funeral fue algo duro no solo porque estaba viendo mi propio cuerpo inerte en un ataúd, sino que lo que más dolió fue ver a mis padres sin consuelo. Luego de que mi ataúd fuera sepultado todo se volvió negro y aparecí en un lugar desconocido siendo empujada por otras personas que caminaban en una misma dirección. No estaba ese túnel de luz tan solo oscuridad tenue con apenas unas antorchas que iluminaban. Al llegar al rió pude pagarle a Caronte mi padre había dejado dos monedas griegas en mis ojos para honrar mi memoria... – limpio las lágrimas que corrían por sus pálidas mejillas y miro hacia donde estaban las ninfas antes de continuar – enserio lamento haber matado a tus padres en ese accidente yo jamás debí haber salido ese día – agacho su cabeza mostrándome un lado de Gemma que hasta el momento no pensaba que tenía. Ella solo me mostró su escudo creado para obtener una última oportunidad para ver a sus padres, la entendía tanto.
– cuando mis padres murieron recuerdo que sufrí mucho y te odié juro que me alero que hayas muerto por todo el odio que sentí al tu haberme arrebatado a mis padres. Recuerdo que la idea de ir al inframundo y pedir a la reina que te diera el peor de los castigos rondaba mi mente día y noche. Hasta que un hombre sabio hablo conmigo dándome las mejores palabras que alguien me haya dado por la muerte de mis padres. "la venganza es un veneno que te consume lento y cuando cumples tu cometido ya no sientes nada porque estás muerto por dentro" Hoy esa persona está secuestrada por su propio padre y es por eso que me encamine en esta arriesgada misión sabiendo que pongo en riesgo mi embarazo – mordí mi labio inferior para no llorar pensando en los recuerdos que durante algunas noches me hacían dormir entre lágrimas. Alce mi mirada viendo que Gemma ya no estaba y la mochila que hasta hace un par de minutos estaba sobre sus hombros se encoraba en el suelo. – ¡Gemma! – grite viendo a mi alrededor sin encontrar rastros de ella o de mi novio. – pero que...
– delicioso bocadillo – escuche la fuerte voz ronca de un monstruo a mis espaldas y de inmediato gire viendo un enorme minotauro frente a mí. ¿no que el único minotauro lo mataron en el laberinto de Creta?
Mire en todas las direcciones buscando la ayuda de Apolión no podía usar de nuevo mi magia porque dañaría al bebe de nuevo en muy poco tiempo. Un gemido salió de mi garganta al ver a Gemma encerada en una esfera mágica que parecía estar hecha de estambre. El enorme monstruo me toma con su mano haciendo que grite porque me aprieta entre sus manos como si fuera un dulce en manos de un niño. Golpeo con mis puños las manos del monstruo, pero es inútil con su otra mano me toma del cuello y me mantiene así.
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Editado: 17.04.2021