Después de que Eros llegara en aquel estado, la relación entre nosotros era tensa, desde aquel día no me había dirigido la palabra, se pasaba el día entero fuera de casa atendiendo sus negocios y para cuando llegaba ya era muy tarde y me encontraba en mi habitación , se había instalado en la habitación de al lado pero cada noche lo sentía entrar a mi habitación y hablarle con amor a mi bebe, sin darse cuenta de que me encontraba despierta, durante una semana le escuche pedirle perdón por la distancia en que él y yo nos encontrábamos y por la forma en que me había tratado aquel día. Me molestaba que no pudiera tan solo decirme a mi directamente lo que le decía a nuestro bebe, entre nosotros se había formado un abismo y me aterraba que cuando quisiéramos solucionar las cosas fuera demasiado tarde pues a pesar de todo algo en mi interior me hacia amarlo aunque se estuviera comportando de esa forma tan distante conmigo.
Durante estas dos últimas semanas mis malestares de nauseas, vómitos y mareos habían vuelto; mi bebe no me dejaba dormir se la pasaba el día entero moviéndose y el único momento en el que todo se tranquilizaba era en ese momento donde Eros inundaba mi habitación con su perfume y tocaba mi barriga, él era el calmante perfecto, hoy temprano fui a su habitación con la intención de hablar con él para que me recetara algo para los malestares pero al entrar a la habitación ya se había marchado, una vez más se había ido sin despedirse y francamente ya me estaba hartando de esto.
Luego de desayunar le pedí a Camelia la ama de llaves que me indicara un hospital público donde pudiera ir a que me recetaran algo, claramente se encontraba desconcertada por haberle pedido eso pero como para ninguno de los empleados era un secreto que entre el señor o él “Don” como muchas veces les he escuchado llamarle y yo no estaban bien las cosas entendió que no tenia deseos de hablarle, sabía perfectamente que al momento de que le dijera a Giovanni que me llevara al hospital enseguida le diría a Eros pero ya que a él muy poco le ha importado como me he sentido estos días, no tenia porque informarle de mi estado así que le exigí tanto a Camelia como a Giovanni que no dijeran nada por lo menos hasta que regresara del hospital, a este último no le gusto la idea pues decía que si el Don se llegara a enterar de que él no le aviso lo despediría o peor aun lo castraría, le asegure que Eros no llegaría hacer tal cosa pues fui yo quien le dio la orden, así pues derrotado no le quedo de otra más que hacer lo que le pedí.
Me encuentro en la sala de espera del hospital, esperando a que la enfermera me indique que es mi turno de pasar cuando de pronto lo veo aparecer, la expresión de su rostro me hace saber lo molesto que esta y le hace señas a Giovanni para que se retire pero yo lo sujeto antes de que lo haga ganándome una mirada envenenada de mi esposo y otra de sorpresa de mi escolta
-. Tú no vas a ningún lado Giovanni, eres mi escolta y tu deber es protegerme así que debes estar a mi lado – Giovanni me mira aterrado sabe que a mi esposo no le gusto para nada lo que hice y que eso le traerá problemas pero como le prometí antes si Eros intenta algo en su contra yo lo protegeré
-. Signora… – me mira suplicante
-. He dicho que se sientes Giovanni – le ordeno seria y enseguida hace lo que le pido
-. Elizabeth vamos a mi hospital – Eros me tiende la mano para que la tome pero le ignoro – Elizabeth – insiste con voz fría y cortante
-. La signora D'Luca è il tuo turno (Señora D´Luca es su turno) – me llama la enfermera, me levanto y paso de lado ignorando nuevamente a Eros
-. Vamos Giovanni – este me mira asombrado – necesito que me traduzcas lo que diga el doctor
-. De ninguna manera el entrara contigo – se interpone Eros furioso y lo miro a los ojos
-. Si lo hará, a ti no te quiero allí conmigo, estas dos semanas te has comportado de la peor manera y no deseo tener a mi lado a alguien que no ha tenido la delicadeza de tan siguiera preguntarme si me siento o no me siento bien, y ya que no recuerdo muy bien como hablar el idioma Giovanni entrara allí conmigo tanto como si te gusta como si no – respondo conteniendo mis lagrimas
-. Es a mi bebe a quien llevas en el vientre y soy yo quien entrara contigo – me recuerda y fuerzo una sonrisa
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Editado: 11.09.2018