-. Te vi pasar y me acerque a ti, a saludar – responde con tranquilidad y asiento - ¿Y tu esposo?
-. Bien, en el hospital – respondo tajante
-. Verte embarazada me recuerda cuando estábamos juntos – dice con seriedad y suspiro – aunque claro lo perdiste antes de que se pudiera notar, de no ser así las cosas entre ambos pudieron ser distintas ¿cierto?
-. Posiblemente David, pero perder ese bebe fue el fin para nosotros, ambos sabemos que me culpabas y yo ya tenía suficiente con mi propio dolor como para cargar con tu odio…
-. No fue así – me interrumpe – solo me dolía verte sufrir, jamás te culpe yo te amaba – dice y toma mi mano con la suya – aun te amo y vine aquí por ti, para recuperarte
-. David eso no es posible
-. Pero claro que no lo es – escucho la voz de Eros y me tenso, suelto la mano de David rápidamente, Eros se posiciona a mi lado y cuando nuestras miradas se encuentran la furia en sus ojos me asusta – creí dejarte en claro que te quería lejos de mi mujer Márquez
-. No me das miedo D´Luca – responde David retándolo, Eros sonríe de medio lado pero en su mirada solo hay furia
-. Si no te mato en este momento es por no alterar a mi esposa – Dice amenazante y coloco mi mano en su antebrazo
-. Eros por favor – le doy una mirada de suplica y asiente
-. Giovanni
-. Don – contesta colocándose a nuestro lado
-. Ya sabes qué hacer con esta basura – dice e inmediatamente Giovanni le hace señas a dos de los escoltas y toman a David de los brazos
-. Eros no por favor – suplico
-. Siempre escondiéndote detrás de tus matones – dice David y Eros da un paso hacia el
-. No pienso ensuciar mis manos con la sangre de un bastardo como tú y deberías de agradecer que sigas vivo a mi esposa, pero un intento más de acercarte a ella o a mi hijo y no tendré contigo la piedad y consideración que en este momento te tengo – responde Eros conteniendo la furia se gira y me hace levantar – Vamos Elizabeth – los hombres se llevan a David quien forcejea tratando de soltarse
-. ¿Qué le harán? – Pregunto y Eros no me responde, intenta hacerme caminar pero me niego a dar un solo paso – te pregunte algo y espero una respuesta
-. Solo le darán un recordatorio de porque no debe acercarse a ti
-. ¿Lo golpearan? – Inquiero y asiente – Eros él solo quería hablar conmigo no tenias derecho de hacer eso – le recrimino
-. A ese bastardo lo quiero lejos de ti
-. ¿Por qué? Estoy casada contigo, tendré un hijo tuyo no tienes porque sentir celos David solo es un amigo él…
-. Ese amigo tuyo fue el maldito que te vendió a Verona – responde con furia dejándome sorprendida
-. Eso no puede ser cierto
-. Dime una cosa Elizabeth ¿Quién te llevo al hotel de Verona en Venezuela? – Pregunta - ¿Quién te consiguió el trabajo en ese hotel Elizabeth?
-. David – respondo en voz baja aun sin poder creer lo que me dice
-. Yo no soy un santo Elizabeth pero jamás y que te quede bien claro jamás le haría algo como eso a la mujer que amo – dice serio y asiento, guardamos silencio unos minutos mirándonos fijamente a los ojos – vamos te llevare al ático
-. No – niego y suspira
-. Elizabeth debes volver…
-. He dicho que no Eros, en ese lugar me volveré loca quiero comprar las cosas del bebe – respondo colocando la mano en mi vientre y él asiente, colocando su mano junto a la mía y en ese momento mi bebe da una pequeña patadita haciendo que la mirada de Eros se ilumine – vuelve con nosotros Eros
-. No, lo hare después de acabar con quien amenaza nuestra seguridad Elizabeth hasta entonces lo mejor es no volver allí – responde pero sé que no es el único motivo – ¿Te gustaría que te hiciera el eco hoy para saber el sexo y así compras las cosas que gustes? – pregunta y asiento
-. Quisiera que hiciéramos eso juntos
-. Yo no soy buen decorador Eliz
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Editado: 11.09.2018