Katrina observó a Valentina de pies a cabeza, hubo algo que la hizo dudar. Shelby se mostró defensiva, como si estuviera protegiéndola. Seren notó algo distinto en la humana, un aroma persistía en la presencia de la dueña del rancho y sobre ese mismo el olor de Kennet.
—Soy la madre de Kringer el padre de Matías —dijo Katrina dando un paso dentro.
—El padre de Matías es Kennet esa mujer lo confirmó en esta misma entrada —advirtió Valentina señalando a Seren. Katrina abrió los ojos con demasía. Miró a Seren inmediatamente quien mantuvo la calma.
—Explícame...
—Le pedí a Kennet fingir —admitió la rubia.
—Y yo soy testigo de eso —agregó Shelby acomodándose a un lado de Valentina —. Fue totalmente plan de Seren fingir, él no estaba de acuerdo porque no deseaba mentir.
—Es el padre que mi hijo conoce, y es el único que conocerá —declaró Valentina con seriedad.
—Pero es una mentira, así como que tú seas su madre —interrumpió Katrina.
—Nadie va a imponerse en mi rancho. Matías es mi hijo —respondió Valentina. Katrina dio un paso adelante, furiosa de la actitud de la humana, quien no mostraba miedo por su especie. Shelby se acomodó indicándole que no iba a permitirle que se acercara.
—Det er moren din (Es tu madre) —advirtió Seren en su idioma
—Hun er Kennets kone (ella es la mujer de Kennet) —contestó Shelby logrando que Katrina bajara la guardia.
La mujer lobo observó a Valentina de nuevo, entonces se dio cuenta de que aquello que sentía era eso. Valentina era la mujer de su hijo, pero al ser humana el aroma de Kennet apenas y se percibía.
—Det kan ikke være (eso no puede ser) Hun er et menneske(ella es humana) —dijo entre dientes Katrina soportando lo que aquello le producía. Perdió a Kringer por una mujer de esa misma familia, ahora su otro hijo aceptaba a la hermana como su pareja.
—La vida es así, mamá —agregó Shelby. Valentina observó a las tres mujeres intercambiar palabras.
Que Katrina estuviera allí no le sorprendía, al final sabía que todo eso se desencadenaría desde que Kennet puso un pie en esas tierras. Había algo diferente que agradecer, que no estaba sola para enfrentarlo.
Sintió la mano de Kennet tocar su cintura, captó su presencia segundos antes, fue extraño, lo había percibido correr en esas tierras y llegar hasta ella. No tenía una explicación para aquello. Sin embargo, desde esa mañana una conexión se afianzó entre ellos.
El hombre lobo la miró a los ojos por un segundo, ofreciéndole seguridad. Pese a que su propia sangre pisara esas tierras, él estaba para ella.
—Kennet —pronunció Katrina interrumpiendo el momento.
—Madre —dijo Kennet sin cortar la cercanía con Valentina.
—Necesitamos hablar.
—Lo sé...
—A solas.
—Tendrás que decirlo frente a Valentina.
—Esto le concierne solamente a nuestra manada —indicó Katrina superada por la actitud de Kennet.
—Te equivocas, mamá. Dirás a tu manada, la mía está frente a ti.
—Debemos acabar con esta tontería, lo único que lograras es que tu padre se enfrente a ti, y no quieres que eso suceda. Forseti no será complaciente si traicionas a tu manada, no podré ayudarte...
—No tienes por qué elegir, no te estoy pidiendo que lo hagas —agregó Kennet —. Tomé una decisión, que nada hará que cambie de parecer.
Seren notó que Kennet no estaba vacilando en su actuar, se sintió orgullosa, aquel niño que fue obligado a vivir en el mundo humano forjaba sus lazos, lejos de Blå skog. Muchos creyeron que se volviera débil lejos de su manada, tal vez esperando que no fuera una amenaza para Kringer. Pero él no deseaba serlo, solamente obtenía lo que tanto alguna vez añoró, un lugar a donde poder llamar hogar y a las personas correctas para forjar una manada.
Porque los hombros lobos estaban destinados a formar una familia, ahora se daban cuenta de que podía ser en cualquier circunstancia y eso la hizo sentir nostálgica. Muchas veces lo escuchó llorar, añorar Blå skog, lo arrancaron de raíz y decidió donde echarlas.
—Es impensable que nuestra manada se divida por un capricho —agregó Katrina. La mirada de Kennet no cambió.
—Ya que estás aquí, puedes ver a tu nieto, sin embargo, entenderás que no podrás decirle quién eres. Matías tiene una familia, y ama estás tierras, principalmente a su mamá Valentina, no podemos quitarle eso.
—Él debe vivir en Blå skog —dijo con molestia.
—Tal vez sea la única oportunidad que tengas mamá. Sé que al momento de salir de aquí nuestras manadas se enfrentaran.
—Escúchate Kennet, estás siendo irracional. Nosotros vivimos por el bien de nuestra manada, Blå skog es y será por siempre nuestro hogar...
—A Blå skog no le debo nada, fui desterrado desde niño, no tengo un lugar allí, mamá. En el momento que aceptaste, me condenaste a vivir sintiéndome vacío. Encontré mi lugar en el mundo. Entenderás que lo protegeré con mi vida.