Izan se puso en pie y lo miró con su gesto duro, se dio cuenta como miraba a su mami y no dudó en ir por él.
―Hey, ¿Estás perdido? ―Aiden suavizó su gesto, ver al niño de pelo oscuro desordenado, ojos enormes verdes, polo y jean. Estaba furioso porque le arruinaron su misión, pero ver al pequeño le bajó el enojo. ―¿Te ayudo a buscar a tu madre? ―Izan lo miró con seriedad.
―De hecho, estoy aquí porque no me gusta como ves a mi mami. ―Aiden alzó las cejas. ―Ella es mía y de mi papi.
―¿Y puedo saber quién es tu papi? ―Hizo la pregunta incorrecta, ni siquiera sabe quién es su madre y además había estado mirando a muchas mujeres antes de ver a esa que le aceleró el corazón tontamente porque ni siquiera le vio la cara.
―No sé, pero algún día lo voy a conocer y por eso debo cuidar a mi mami. ―Aiden sonrió.
―¿Y quién es tu mami? ―Izan endureció el gesto y apretó sus labios.
―No te hagas el perdido, yo también lo hago cuando quiero salir de un problema, así que no puedes jugar conmigo. ―La carcajada que Aiden soltó lo hizo el objeto de miradas.
―Lo siento. ―Se aclaró la garganta. ―¿Y te funciona siempre que lo haces? ―Izan asintió.
―Soy tierno e irresistible. ―Se encogió de hombros. ―Y soy solo un niño de casi cinco años, eso me ayuda. ―La inteligencia de ese niño lo descolocó.
―¿Puedes mostrarme quién es tu madre? ―Miró a su alrededor, por su manera de vestir supuso que la madre debería ser una camarera.
―Ella está en todas partes, debe dar instrucciones. ―Izan bajó la guardia. ―Me aburro mucho. ―Descompuso el gesto fastidiado.
―¿Tu madre es la jefa? ―Le preguntó impresionado. ―¿Por qué vas vestido así entonces? ―Izan miró su ropa.
―Porque es cómodo. ―Respondió sin titubeos. ―No me gusta vestir de smocking. ―Aiden cada vez más alucinado por ese crío frente a él, estaba dispuesto a conversar más, ya que había algo en él que le creaba demasiada intriga.
―Cielo. ―Laura llegó sin mirar al hombre parado frente a Izan. ―Nos asustaste, vamos. ―Tomándolo de la mano se alejó sin más dejando a Aiden parado ahí como un tonto. ¿Es ella su madre?
Laura que ahora lleva el pelo rojo, se le hizo muy conocida, pero no logró sacarla. Sintiéndose extraño por la mujer que vio de perfil, el niño inteligente y asusto y después la pelirroja, se acercó a su mejor amigo quien enarcó una ceja.
―Cualquiera pensaría que te has encontrado cinco fantasmas y fuiste abducido por los aliens. ―Bromeó.
―Creo que estar en este país me está volviendo loco. ―Resopló. ―Creo que vi a la chica que…
―¡Cielo! ―La voz chillona a su espalda lo tensó por completo y a la vez lo hizo girar con rapidez.
―¿Carlota? ―Aiden la miró impresionado. ―¿Qué haces aquí? ―Ella felizmente se tiró a sus brazos.
―Oh, cariñito. ―Lo miró con un puchero al separarse. ―Te extrañaba mucho. ―Parpadeó varias veces. ―Tu padre me dijo que estabas haciendo negocios y sé que cuando haces eso te niegas a irte del lugar, así que decidí venir. ―Tirando de su corbata le dio un beso en los labios. ―¡Estoy fascinada con este lugar! ―Miró a su alrededor. ―Todo es tan perfecto, podrían organizar nuestra boda. ―Agrandó la sonrisa.
―Carlota, deberías descansar, el vuelo fue largo y…
―Sí, pero no estoy cansada. ―Lo cortó con su sonrisa eterna. ―Quiero conocer a la jefa, de verdad necesito saber si estaría dispuesta a organizar una boda real. ―Sin mirar atrás se alejó de ellos, Aiden estaba a punto de detenerla, pero Kalen se negó a ello.
―Es mejor que la dejes ir, amigo. ―Lo soltó para darle un sorbo a su copa. ―Quiero todavía pasar tiempo contigo y Carlota me lo quita todo. ―Aiden negó, su amigo es un idiota.
―Aunque convenza a la persona de organizarnos la boda, me voy a negar. ―Bufó. ―Apenas sepa que será una boda real, estoy seguro de que van a cobrar más de lo que se debería. ―Cerró los ojos, de verdad no esperaba a su prometida. ―Y Carlota jamás se entera de nada. ―Rodó los ojos.
Después de tanto preguntar y exigir que la comunicaran con cualquiera de las jefas al saber que eran tres, Carlota fue llevada a la cocina para que esperara a Osiris quien es la que lleva la agenda. La mujer miró a su alrededor y sonrió, todos son profesionales y le gusta la pinta que lleva cada uno, es como si todos fueran personas de dinero.
―Tengo que atender a un cliente. ―Osiris se negó a ir a la cocina. ―Quién sea que me esté esperando, que lo haga un poco más. ―El camarero asintió y se retiró. ―Buenas noches. ―Sonrió al grupo. ―Soy Osiris la encargada de los camareros. ―Miró a su trabajador para asegurarse de que estuviera bien. ―Pido perdón personalmente por el inconveniente.
―Deberían tener más cuidado. ―Exigió Amalia. ―Pudo resultar herido. ―Osiris se asombró. ―No debió tomar los cristales son las manos.
―Es cierto. ―Lo miró descuadrada, creyó que lo estaban atacando por el desastre y no por su seguridad. ―Llama a limpieza para que se ocupen. ―Al mirar nuevamente a la mujer sonrió. ―Muchas gracias por no hacerle la noche más difícil. ―Amalia sonrió con amabilidad
―Sé lo duro que es el trabajo. ―Hizo un gesto despreocupado con la mano. ―Vi tu gesto, venías dispuesta a ayudar a tu trabajador, eres una buena jefa. ―Osiris sonrió un poco apenada.
―No todas las personas son como usted. ―Mirando a Adryan y a la otra pareja hizo un asentimiento de cabeza y se despidió pensando que ellos no eran como los demás en ese lugar.
Carlota ya con un gesto de pocos amigos se paró de la silla en la que la habían puesto, estaba a punto de alzar la voz y exigir que se presentara la persona con la que debía hablar de una vez por todas, pero ver a Osiris llegando frente a ella sonrió.
―Gracias por venir. ―Carlota estaba maravilla. ―Ha hecho un gran trabajo con este evento.
―Muchas gracias. ―Osiris fue amable. ―¿En qué puedo ayudarla? ―Fue al grano incapaz de creer que ella solo estaba ahí para felicitarla, sabe que no es la persona que los contrató.