El hilo rojo

♪Capítulo #1

Capitulo #1. 

En la busquéda.


Había pasado tres semanas de lo ocurridos, me fui de la casa de los Smith fue lo mejor que hice en mucho tiempo. Estaba en el cementerio despidiéndome de mi madre, mirando aquella foto que  tanto nos gustaba, sin embargo; solo era eso una foto que estaba en una lápida de cemento. 


—Me estoy quedando en nuestra pequeña casa, mamá — cambie la flores por una nuevas, era la única que venía a visitar a mi madre y cambiarle la flores – Vine a despedirme, me iré por un tiempo aún no sé cuánto pero regresare…  ahora si te puedo decir, que no creo en cuentos de hada, solo son escritos para niños. 


Termine de arreglar las flores mientras  habla con ella, si tan solo me contestara sé que me diría que es verdad. Una vez  lista tome las maletas que tenía lista para mi viaje; había encontrado las cartas de tío Milán y por qué no volvió a casa esos años. Durante estos años no deja de escribir. Lamentablemente mi tío era un soldado que cumplía misiones secretas, así que durante este tiempo decidí ir a quedarme con él. Necesitaba un respiro y poner en marcha  mi primera jugada para comenzar a destruir por completo las personas que me hicieron daños, todo se arrepentirá de lo que me hicieron. 


Una vez en el aeropuerto mire por el ventanal, no estaba huyendo; no señor, estos es solo un punto aparte para cada uno sobre todo para mí. Comencé a llamar para subirse en el avión, mi vuelo era a Estados Unidos; ahí es donde me estaba esperando mi tío Milán.  Durante el vuelo pase durmiendo que no note que había llegado a mi destino; al bajar encontré un cartel que decía florecita Celeste. 


Sonreí al ver a mi tío, tenía canas ya del cansancio; era un soldado retirado por lo que tenía una buena casa en un lugar tranquilo. Lo abrace al verlo pero de repente sentí un mareo todo se volvió negro. 


… 


Tenía una hora despierta estaba en un hospital, con los nervios de punto y las lágrimas a flor de piel, aquella noche había dejado huellas creciendo en mí. ¿¡Porque me pasa esto a mí!? El doctor había venido hace media hora  a felicitarme por  tener dos semanas de embarazo. Mi tío me miro con decepcionado de mí. Lo vie en sus ojos; pero aun no decía nada y yo tampoco me atrevía a levanta la mirada de la sábanas, una  vez en llegamos a la casa  me senté en la silla. 

—¿¡Que paso!?¿¡Donde está el padre del niño!? – pregunto mientras me tomaba de las manos. 


—Tío, lo siento… 


Le conté todo desde la muerte de mi madre hasta lo que paso aquella noche y la traición de mi ex prometido. La rabia que sentía en su ser era poco para lo que yo sentí en aquel momento, humillada, sucia, me despreciaba a mí misma.  Mire a mi tío que estaba lleno de impotencia, después de un momento se calmó tomando lugar nuevamente a mi lado. 


—Todos ello la pagaran por lo que te hicieron, buscare al malnacido que te violo y yo mismo lo matare. – el odio estaba en sus palabras. —¿¡Que harás con él bebe ahora!? Puede abortarlo si quieres, Hija. 


—No tengo el valor para matar a un ser vivo, menos unos que está creciendo en mi vientre, Tío, no puedo hacerlo.— negué decidida. –Lo tendré…  no voy abortarlo no fue lo que me enseño mi madre, no sería  mejor  persona que el bastarde que me ultrajo… lo creare hacia sea sola. 


—No está sola, hija, te ayudare con todo lo necesario. 


Después de hablar un poco de lo que estudie, decidí irme a descansar un poco. Mire el color rosado pastel del techo pensando que el embarazo cambiaria totalmente mis planes de volver a esa ciudad a vengarme de ellos. Lleve mis manos a mis barriga, sonriendo por la pequeña vida que estaba creciendo en mi vientre; no me importaba quien sería el padre del niño o niña; por el momento me concentrare en hacer lo que vine hace en este lugar crear un legado lo suficiente grande para acabar con el grupo de Smith. 


*** 

Mire como estaba acostado en la silla, hay esta un hombre que creo un imperio a punta de sudor y sangre, era muy joven para estar sentado en el puesto de presidente, pero hay estaba con tan solo 25 años de edad; había derrotado a su padre en solo unos días de poner su imperio ahora esta postrado en un escritorio de mal humor por un mujer que ni conoce. 


—Búscala por mar o tierra.— demando con ferocidad. 


—¿¡Quién es esa mujer para que te pongas así!? – le pregunte nunca lo vi así por una mujer. 


Hizo una mueca de asco a lo que salió corriendo al baño, al salir tiene cara descompuesta. Lleva dos semanas en este estado; el muy terco no quiere ir al doctor. Por qué solo es algo pasajero.  

—Alguien que no tiene que ver contigo, solo encuentra y tráela ante mí – respondió con aburrimiento del tema. 


—Con una condición que vayas al doctor. – lo mire con una advertencia en mis ojos, asintió con pesadez. – Te are una cita ahora mismo, antes que cambies de opinión.  


Dos horas después estábamos en la oficina de una de las doctoras más destacadas de la ciudad, por desgracia; mi madre que me miraba con estrés. Llevaba tres semana sin verla, como toda madre estaba resentida que su hijos no fuera avistarla sino que trae a su jefe a su consultorio. 




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