El hilo rojo

♪Capítulo #4

Capitulo #4.

Que comience la caza.

 

La mañana de 23 de febrero me brindada una cálida bienvenida al día, una melodía suave se escuchaba en la habitación, se llamaba elements Drácula. En violín por Lindsey Stirling; era algo tranquilizado despertar con un violín sonando en mi habitación, comencé a listarme para ir a darle una pequeña sorpresa a mi querida madrastra. Una vez lista, con un sencillo vestido azul que se amarraba a un lado de mi costado en un laso, un escote que caía en V, una sandalia alta del azul oscuro y mi cabello suelto. Me maquillaje con polvo de rostro y labial rojos intenso.

Una vez lista, comencé mi trayecto a Blaster cooporation, era así como se llamada, ahora tiene el apellido de la maldita de Sara, pero eso no durara mucho, mire mi reloj, aún estaba a tiempo para dañarles el día a la Familia Smith. Tome un desvió que me llevo a una cafetería, pedí algo de comer mientras miraba por la ventana del café. La empresa de publicidad de mi madre había quedado sin recursos por un tiempo, lo que llevo a perder cliente y entrar a bancarrota, los accionista comenzaron vender sus acciones en la bolsa. Cosa que aproveche para hacerme miembro de la empresa con la mayoría de acciones en mi nombre la empresa volver a mis manos lo cual me da el poder para cambiar lo que se me dé la gana.

Durante la compra mi asistente estuvo como la compradora, la sorpresa que se van a llevar cuando vea quien fue su verdadera compradora. Mi celular sonó era Clarisa si es como se llama mi secretaria.

Ya han comenzado con la junta de los nuevos accionistas. ¿¡Donde estas!?

No le respondí termine de desayunar y me fui para mi nueva adquisición. Las puerta de mi nueva empresa estaba abierta, camine hasta el último piso esperando mi entrada triunfar, el silencio fue sepulcral.

—Señorita, usted no debe estar aquí —un hombre de mayor, una sonrisa arrogante se puso en sus labios.

—Señorita Blaster, bienvenida a su empresa —Clarisa con su educación. —Llega un poco tarde—

—Estaba atendiendo unos asusto —camine despacio. —Señor Rodríguez siempre menospreciando a las personas… comencemos con esto. Ya muchos me conocen mi nombre es Celeste Blaster, soy la nueva dueña de las empresa, señor; habrá muchos cambios por aquí, voy a comenzar a sacar la basura.

— ¿¡Pero cómo!? —Mire a Señor Rodríguez con una sonrisa angelical más falsa. — tu no puede ser accionista de esta empresa.

—Compre las acciones, soy ahora la presidente de esta empresa, ¿¡Que le sorprende!? Señor Rodríguez —lo mire a los ojos con frialdad —Tengo el 95% de las acciones, el otros 5% lo tiene la familia Smith; por lo tanto, este asunto está finalizado.

La puerta se abrió dejando ver a la Familia Smith, al verme se sorprendieron. Que comience la caza. La cara de Sara era de rabia pura, ella no quería que entrara en la empresa pero fue la que me dio pase para ello, mire a Mariana que no estaba muy contenta ya que conmigo al mando, significaba; adiós su cara todos los día.

— ¿¡Tú que hace en mi lugar!? —exclamo Sara irritada.

—No te preocupes, soy la nueva accionista de la empresa —su cara es un poema completamente, sonreí. —Mejor dicho soy la presidenta, si no hay más que hablar comencemos la junta, el que no le guste mi presencia hay esta la puerta, se puede ir ahora mismo. Me evita la molestia de despedirlo —mire a los presente mientras volvía a mi asiento.

Al parecer las mujeres Smith se mantenía firme, tomaron lugar en la junta le sonreí comenzamos a cambiar el nombre de estas empresa. Camine por la empresa lo cual no me gustaba la decoración, los uniforme son más ropa interior que uniforme. Llame a Santiago para que puniera orden en la decoración y en los nuevos uniformes; mi oficina era la más grande del lugar exageraba el espacio, así que decidí reducir el lugar. Mire el informe del personal, la mayoría estaba aquí para acostarse con los hombre y la otra parte hacia su trabajo como era debido. Así que comenzamos a sacar la basura y nuevamente a crear una revista y no un burdel de prostituta.

—Has vuelto. —levante mi mirada de los papeles, en la puerta estaba el hombre que me desgracio la vida. — ¿¡Dónde estabas!? No sabes lo preocup…

—Para con tu palabras sucios —le pare de una —no te hagas la victima porque no hay nada que puedas ocultar, se toda la mierda que hiciste. Largo.

—Veo que ya no eres la misma tonta de siempre— me miro con odio. —así que, lo único que quiero es dinero y tu reputación no será daña, simple unos millones y despareceré de tu vida. —se sentó en la silla frente de mí se cruzó de piernas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.