El Hilo Rojo

Prefacio

«Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper».

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Cuando era pequeño Cael no creía en el destino, tampoco creía en las casualidades. Era práctico muy serio para un niño de siete años. Así que escribir una carta a un extrañó para un trabajo escolar era algo que no entendía ¿Que mérito tenía hacer algo así? ¿Acaso esa persona vería su carta? ¿Y que importaba si jamás la conocería? 

—¿Decidiste a dónde la mandaras? —preguntó Harry viendo a su hijastro. 

—Si, la mandaré a Arcken. Aunque el profesor será quien las mande realmente —respondió el pequeño niño.

La carta era simple, no se había esforzado mucho en sus palabras. 

 

"Hola querido amigo a distancia, sé que no nos conocemos, y que quizás esto no sea leído, soy alguien simple, me gusta dibujar, no soy alguien que hable demasiado, así que no sé qué podría decirte… quizás simplemente que, aunque hay cosas que no podemos controlar y parece que la vida es mala, solo debes detenerte un momento, a veces un atardecer, o la sonrisa de alguien puede hacer de un día malo algo bueno.  Así que cuando pienses que todo está mal, recuerda que la luna está ahí, aunque no puedas verla todo el tiempo"

Atte: Cael

 

Cael coloco una lapicera, un dibujo que el hizo y una foto, era parte de su tarea de gramática. No es que él pensara que su carta traería alegría a nadie. Solo era una tarea más. Así que al día siguiente entrego la carta con las cosas que enviaría a su amigo a distancia, era algo de una vez. 

Cael vio por la ventana de su salón. ¿Qué hacían en Arcken? Siempre le gustó escuchar historias del lugar, quizás un día podría viajar y verlo con sus propios ojos. 

Volvió a leer la historia que el maestro les había dejado de tarea 

"Cuenta la leyenda que un anciano que vive en la luna, sale cada noche y busca entre las almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra, y cuando las encuentra las ata con un hilo rojo para que no se pierdan" 

«¿Un hilo que une a las personas?»

Hizo una pequeña mueca, no entendía que significaba y no podía imaginarse su dedo atado a un desconocido.

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Una carta mandada por un extraño que no conocía, unas palabras que llegaron en el momento que más las necesitaba. 

Raina de ocho años de edad acaba de despedirse de sus padres. Sabía que no podía ir con ellos, aunque quisiera. Por qué su trabajo era peligroso, así que se quedaría en casa de sus padrinos, pero eso no hacía que doliera menos; entonces una carta de una persona que no conocía llegó a ella junto a un dibujo. Eran palabras burdas sin mucha importancia, pero el dibujo alegro su día. 

—Gracias —la carta venía de Oak City, no conocía a nadie de ese lugar, pero sin duda el dibujo le gustó mucho; era un hermoso atardecer.

— ¿Ya estás acomodada? —preguntó Eldar, uno de los padrinos de Raina— ¿Qué es eso? —señaló el dibujo 

—Solo es algo que me hizo sonreír —Raina guardo la carta y el dibujo, aquello era algo que había llegado cuando más lo necesitaba. 

Eldar le mostró una sonrisa

—Está bien, solo ven a comer cuando termines.

La pequeña asintió, guardo la carta y el dibujo con sumo cuidado. Sin saberlo ese dibujo acababa de cambiar su vida de muchas maneras.

—Gracias —dijo antes de salir de su habitación. 

«Estamos tirando fuerte del hilo rojo»



#17880 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amoradistancia

Editado: 06.07.2022

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