Domingo 11 de noviembre del 2007 Villa Fría, San Patricio 9 años atrás.
Una bella tarde, eran las 4:35pm, Elena estaba preparando la cena cuando llegara su esposo, mientras Camila hace su tarea de matemáticas, pasó toda la tarde haciéndola, álgebra no era tan fácil como para hacerla un día antes de ir a clases.
—Camila ¿ya terminaste tu tarea?, necesito que me ayudes— dijo Elena
— Ash mamá, aún estoy atrasada, me hacen falta terminar 4 ejercicios.
— Puedes continuar después de ayudarme hija— le ordenó Elena, mientras agarraba su celular y llamaba a Ernesto— tu papá no me contesta, se ha retrasado en llegar.
— Mamá no entiendo la manía que has tomado en marcarle cuando él viene a la casa.
Cuelga la llamada sin éxito. Elena estaba preocupada porque él tenía que estar en la casa a las 2:00pm. Pero ella tenía un motivo de cuidarle, ya que habían recibido amenazas de muerte anónimas, y Camila no lo sabía. Para un adolescente saber algo así de delicado y no saber cómo afrontarlo, vivir sin saber que tu verdugo podría estar cerca, no era fácil.
Los padres de Camila la protegían, porque ella era el blanco principal, había un secreto que ellos guardaban y por ese secreto podrían morir. Pero estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para protegerla.
Se levantó Camila a ayudarle a su mamá. Estaba haciendo la ensalada preferida de su papá, cortaba la lechuga; la sazón de Elena era incomparable como el de toda una esposa y madre.
—Mamá —le dijo Camila—este año mi papá y tú han estado actuando extraño, pienso que ustedes me ocultan algo muy importante, siempre que les pregunto ¿Qué pasa?... evaden el tema, además has adelgazado mamá. ¿Qué está pasando?
Elena se quedó sin palabras.
—Lo ves madre, nunca me dices nada.
—Hija deja que los adultos nos ocupemos de los problemas. Tu único deber y lo que tienes que saber es que me tienes que enorgullecer con buenas notas.
—Mamá, ¿sabías que esas palabras aun me dejan más en duda? Hay algo muy grande, sabes… no entiendo; cuando llega papá rápidamente comemos, nos dormimos temprano, encierras toda la casa con doble llave. Cuando él no está, tú no duermes bien, pasas en vela y duermes conmigo. Mamá ¿acaso vamos a morir o algo por el estilo? Además ¿Por qué han hecho un agujero debajo de mi cama? Solo me dijeron que en cualquier catástrofe me esconda ahí. Y también aun no me has explicado ¿Qué significan esas luces que he empezado a ver alrededor de las personas?
—Hija—le dijo Elena—hay cosas que aún por tu edad no entiendes. No trato de ocultartelo por ofenderte. Solo quiero que ninguna preocupación te atormente, yo necesito que tú seas alguien muy importante. Desde que naciste has sido todo mi mundo junto con tu papá. Quiero que seas feliz y una vida normal. Y sin ningún remordimiento, cualquier cosa que llegue a pasar desde este momento, quiero que sepas que te amo y tu papá te ama y no dejaremos que nada te pase.
—Mamá— le dijo Camila, mientras le rodaba una lágrima — ¿entonces porque siento que te estas despidiendo?.. - hubo una pausa - te hago muchas preguntas y no me respondes ¿crees que para mí es fácil ir al colegio pensando en lo que ustedes sufren? No quiero ser la culpable de esta situación.
—No hija, tú no eres culpable de nada.
Y entro Ernesto, su rostro estaba pálido y venía sudando. Parecía que había visto algún espectro. Quería ocultarlo, pero Camila ya no quería preguntar. No quería hacer su situación más estresante. A las 6:00pm estaban cenando, había un silencio incómodo. Pero tenían que romperlo, para no hacer que sospeche Camila.
—Hija— dijo Ernesto— ¿has terminado tus tareas?
—Aún me faltan 4 ejercicios del algebra papá.
—Casi terminan el colegio ¿Hay algún lugar donde desees ir a final de año?
—Sí papá. Deseo ir al Lago de Risto al este del país. De ese lugar siempre me contabas historias fantásticas papá.
—Sí hija. Estos últimos años han sido difícil, y desde que soy teniente no he tenido tiempo para ustedes.
—Ernesto—Interrumpió Elena— te amamos eso es lo importante. Hemos podido salir adelante, el motivo de nuestro orgullo es nuestra hija y todo lo hemos hecho por ella. Así que no hay que echar culpas.
Elena siempre fue una esposa paciente, y trató de educar a Camila así. A pesar del trabajo que tenía ella, trataba siempre de atenderlos. Elena era Economista y asesora comercial y Ernesto era Teniente de la Fuerza Naval de San Patricio. Son una familia con muchos honores y Camila seguiría con eso.
Al terminar de comer ordenaron todo en la cocina, estaba lloviendo muy fuerte. Y Camila se fue a su cuarto a buscar sus lápices, cuando salió del cuarto pudo escuchar a sus padres hablar en secreto.
Camila estaba harta de tantos secretos y quería saber a toda costa la verdad que los atormentaba.