—Lo soy...
—Eleanor, no caigas en su juego, no lo mires a los ojos!.
El hombre alto mira fijamente con enojo a la madre de Eleanor, mientras aprieta el bastón en sus manos.
—Así es, eres completamente nuestra, ven con nosotros a nuestro mundo, vamos linda, se que lo quieres.—Dijo el lobo.
—Vamos Eleanor, ven con nosotros a disfrutar lo increíble que puede ser sentir esa adrenalina y ese miedo, sentir tus huesos crujir por la presión del aire no es lo único que hará que te deleites del miedo, también la aventura y lo divertido que puede llegar a ser el sentir miedo y adrenalina.
—No, no, no... —mi madre gritó, intentando acercarse a mí, pero el Hombre Alto la detuvo con su bastón.
El Hombre Lobo se rió, su risa como un aullido, y se acercó a mí, su aliento frío y hediondo.
—Vamos, Eleanor —dijo, su voz baja y persuasiva—. No te preocupes por tus padres. Ellos no pueden protegerte de lo que viene. Pero nosotros sí podemos. Podemos mostrarte un mundo de emociones y sensaciones que nunca has imaginado.
El Señor de la Sombra se acercó a mí, su rostro pálido y demacrado iluminado por la luz de la luna.
—Sí, Eleanor —dijo—. Ven con nosotros. Deja que te mostremos el verdadero significado de la vida. La adrenalina, el miedo, la emoción... todo eso y más.
Mi corazón latía con fuerza, y mi mente estaba llena de dudas y temores. Pero también sentía una curiosidad morbosa, una sensación de que algo grande y emocionante estaba a punto de suceder.
Me tomé un momento para pensar, y luego asentí con la cabeza.
—Sí —dije, mi voz firme—. Quiero ir con ustedes.
Mi madre gritó, y mi padre intentó acercarse a mí, pero el Hombre Alto los detuvo con su bastón.
—No te preocupes por ellos —dijo el Hombre Lobo, sonriendo—. Ellos no pueden protegerte de lo que viene. Pero nosotros sí podemos.
El Señor de la Sombra se acercó a mí y me ofreció su mano.
—Vamos, Eleanor —dijo—. Deja que te mostremos el verdadero significado de la vida.
Tomé su mano, y sentí una sensación de energía y emoción que nunca había experimentado antes. El Hombre Lobo y el Hombre Alto se acercaron a nosotros, y juntos nos dirigimos hacia la puerta.
Mi madre y mi padre gritaron y lloraron detrás de nosotros, pero no me detuve. Estaba decidida a seguir adelante, a descubrir lo que había más allá de la puerta.
Cuando salimos de la casa, me encontré en un mundo completamente diferente. La luna brillaba en el cielo, y las sombras parecían cobrar vida propia. El aire estaba lleno de un olor a humo y a miedo.
—Bienvenida al mundo de la oscuridad —dijo el Señor de la Sombra, sonriendo—. Aquí, la adrenalina y el miedo son la moneda corriente. ¿Estás lista para comenzar tu aventura?
Asentí con la cabeza, y el Señor de la Sombra me sonrió.
—Excelente —dijo—. Entonces, comencemos.
Me llevó a un lugar oscuro y abandonado, donde el aire estaba lleno de polvo y olor a descomposición. El Hombre Lobo y el Hombre Alto nos siguieron, y se colocaron a cada lado de mí.
—Aquí es donde comienza tu aventura —dijo el Señor de la Sombra—. Aquí es donde aprenderás a enfrentar tus miedos y a descubrir tus verdaderas habilidades.
De repente, se escuchó un ruido extraño, como si algo estuviera moviéndose en la oscuridad. El Hombre Lobo se rió, y el Hombre Alto se acercó a mí.
—¿Estás lista para enfrentar lo que viene? —preguntó.
Asentí con la cabeza, y el Señor de la Sombra sonrió.
—Entonces, comencemos —dijo.
Y con eso, la oscuridad se cerró sobre mí, fui envuelta por la oscuridad y mis peores pesadillas, al igual que me encontré cara a cara con mi primer desafío.
Editado: 03.12.2024