El hombre lobo del bosque oscuro

14

Sentia como si estuviera caminando hacia un destino desconocido, con el Hombre Lobo como mi guia, siempre sentía lo mismo.
Su garra me sujetaba con firmeza, Y su sonrisa me causaba escalofríos pero también ne hacia sentir como si estuviera bajo su control.
El aire se sentía tenso, como en una pelicula de terror, y podia sentir la oscuridad palpablemente. Sentí como si me estuvieran arrastrando hacia el abismo, un abismo tal vez infinito.
De repente, el Hombre Lobo se detuvo y me miró fijamente. Sus ojos brillaban con una luz inquietante, y su sonrisa se desvanecio.
—Eleanor —dijo, su voz baja y rasposa—. Debes entender que mi reino es un lugar de oscuridad y misterio. Aquí, las reglas son diferentes, y debes estar dispuesta a hacer lo que sea necesario para sobrevivir.
Un escalofrío recorrio mi espalda, pero asentí con la cabeza. Estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para sobrevivir en este lugar.
El Hombre Lobo sonrió de nuevo, y su sonrisa me hizo sentir como si estuviera bajo su control o poder.
—Excelente —dijo—. Entonces, comencemos.
Y con eso, me llevó a un lugar donde la oscuridad era total, y donde el aire estaba lleno de un olor a humo y a miedo. Me sentí como si estuviera caminando hacia un abismo, pero no podía detenerme.
De repente, escuché un ruido detrás de mí. Me di la vuelta y vi a los Niños de las Linternas Blancas en los Ojos, sus ojos brillando con una luz inquietante.
—¿Qué quieren? —pregunté, tratando de mantener mi voz firme.
—Queremos que te unas a nosotros —dijo uno de los niños, su voz baja y rasposa—. Queremos que te conviertas en una de nosotras.
Me sentí un escalofrío recorrer mi espalda. ¿Qué querían decir con eso? ¿Qué tipo de criaturas eran ellos?
Pero antes de que pudiera preguntar, el Hombre Lobo se interpuso entre nosotros.
—No —dijo, su voz firme—. Ella es mía. No la tocarán.
Los niños de las Linternas Blancas en los ojos se miraron entre sí, y luego se dieron la vuelta y se alejaron. Solté un suspiro de alivio, pero a la vez me senti confundida. ¿Que estaba pasando? ¿Que quería el Hombre Lobo de mí?, ¿Porque me queria a mi?, ¿Que es lo que le habia cautivado de mi?
Pero antes de que pudiera preguntar, el Hombre Lobo me tomó en sus brazos y me besó. Ese beso se sentía exactamente como caer en un hoyo profundo y oscuro, se sentía como adrenalina y fuego a la vez, como si estuviera besando a un demonio, como si ese beso me coronará como la reina, se sentía espectacular pero a la vez, sentia como si me arrastraran a la oscuridad alejandome de todo, incluso de esos seres que en su momento odie pero que por alguna razón tambien me obsesione con cada uno de sus poderes y fuerzas sobrenaturales.
Se sentía un poco extraño, pero a la vez tan neutral e intenso.
Sentia como si estuviera perdiendo el control, como si estuviera siendo arrastrada hacia un destino desconocido. Pero no podia detenerme. Estaba bajo el control del Hombre Lobo, y no podía escapar.
Me sentí como si estuviera flotando en un mar de oscuridad, con el Hombre Lobo como mi única ancla. Su beso era como un hechizo, un hechizo que me hacía sentir como si estuviera bajo su control.
De repente, me encontré en un lugar desconocido. Era una habitación oscura y llena de sombras, con paredes de piedra y un techo alto y abovedado. El Hombre Lobo me soltó y se alejó de mí, dejándome sola en la habitación.
Me sentí confundida y asustada. ¿Dónde estaba? ¿Qué quería el Hombre Lobo de mí? Me miré alrededor, tratando de encontrar alguna pista, pero la habitación estaba vacía y silenciosa.
De repente, escuché un ruido detrás de mí. Me di la vuelta y vi al Hombre Lobo de pie en la puerta, sonriendo.
—Bienvenida a mi hogar —dijo, su voz baja y rasposa—. Aquí es donde vas a quedarte... para siempre.
Me sentí un escalofrío recorrer mi espalda. ¿Qué quería decir con eso? ¿Qué iba a pasar conmigo?
El Hombre Lobo se acercó a mí, su sonrisa cada vez más amplia.
—No te preocupes —dijo—. Te voy a enseñar a amar la oscuridad. Te voy a enseñar a ser mía.
Cai como si estuviera siendo arrastrada hacia un abismo, un abismo de oscuridad y miedo. Pero no podía detenerme. Estaba bajo el control del Hombre Lobo, y no podía escapar.
Al terminar el abismo nos adentramos hacia un bosque oscuro.
Mientras caminábamos por el bosque, el Hombre Lobo me hablaba sobre su reino y sus habitantes. Me contó sobre las criaturas que vivían en la oscuridad, sobre los espíritus que habitaban los árboles y sobre los secretos que se escondían en la sombra.
Me sentí fascinada por sus historias, y mi miedo comenzó a disminuir. Empecé a sentir una conexión con el Hombre Lobo, una conexión que iba más allá de la simple atracción física.
De repente, el Hombre Lobo se detuvo y me miró fijamente. —Eleanor —dijo, su voz baja y rasposa—. Quiero mostrarte algo. Algo que te hará entender mejor mi reino y mi poder.
Me quede curiosa y un poco asustada. ¿Qué era lo que el Hombre Lobo quería mostrarme?
El Hombre Lobo me tomó en sus brazos y me llevó hacia un claro en el bosque. En el centro del claro había un estanque de agua oscura y quieta.
—Mira —dijo el Hombre Lobo, señalando hacia el estanque—. Mira y verás.
Me acerqué al estanque y miré hacia el agua. Y entonces, vi algo que me hizo sentir un escalofrío recorrer mi espalda.
En el fondo del estanque, había una figura que me miraba fijamente. Era una figura femenina, con ojos que brillaban como la luna llena.
—¿Quién es? —pregunté, tratando de mantener mi voz firme.
—Es mi reina —dijo el Hombre Lobo, sonriendo—. La reina del abismo. Y tú, Eleanor, eres su sucesora, eres la reina de la oscuridad, de mi reino.
No lo podía creer, tenía una sucesora, ¿Como había llegado hasta este punto de tener una sucesora paranormal?
Y de pronto...
El Hombre Lobo me besó con pasión y posesión, y yo me sentí como si estuviera siendo consumida por él. Su lengua se movió con habilidad dentro de mi boca, y yo me sentí como si estuviera perdiendo el control.
De repente, el Hombre Lobo me levantó en sus brazos y me llevó hacia un árbol cercano. Me apoyó contra el tronco del árbol y me miró fijamente a los ojos.
—Eleanor —dijo, su voz baja y rasposa—. Quiero que me pertenezcas. Quiero que seas mía.
Pero antes de que pudiera preguntar, el Hombre Lobo me besó de nuevo. Su beso era apasionado y posesivo, y yo me sentí como si estuviera siendo reclamada por él.
—Y eso?.
De repente, el Hombre Lobo se detuvo y me miró fijamente a los ojos. —Eleanor —dijo, su voz baja y rasposa—. Quiero que me mires. Quiero que me veas tal como soy.
Me sentí un poco confundida. ¿Qué quería decir con eso? ¿Qué tipo de transformación iba a sufrir?
Pero antes de que pudiera preguntar, el Hombre Lobo se transformó en un lobo gigante. Su cuerpo se estiró y se convirtió en un animal feroz y poderoso.
¿Qué estaba pasando? ¿Qué tipo de criatura era el Hombre Lobo?
Después de observar un poco más toque su cabellera y en ese instante, se transformó en su forma humana.
El Hombre Lobo se puso frente a mí, era alto y su cuerpo musculoso y desnudo estaba frente a mí.
Se acercó a mí y me tomo en sus brazos, me miró fijamente a los ojos y me dijo:
—Eleanor, quiero que seas mía, mi compañera para siempre, mi amante, mi todo.
Pero antes de que pudiera preguntar porque me quería a mi, el lobo se acercó a mí y me miró fijamente a los ojos. Sentí una conexión profunda con él, una conexión que iba más allá de la simple atracción física.
Y creo que estaba siendo llamada a algo grande, algo que iba más allá de mi comprensión. como si estuviera siendo reclamada por el lobo, como si estuviera siendo llamada a ser su compañera.



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En el texto hay: lobo, terror, miedos

Editado: 03.12.2024

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