El Hombre Moderno Y La Civilización Contemporánea

Capítulo 4

  CAPÍTULO IV

       Lo cultural, es mandato

 

I)- ¿Qué es un mandato?/La universidad y lo que debes estudiar. II)- Vivir trabajando. III)- El matrimonio como supresor de libertades. IV)-  Sobre tener hijos.

 

I)- ¿QUÉ ES UN MANDATO?/LA UNIVERSIDAD Y LO QUE DEBES ESTUDIAR

 

   Últimamente la frase «dejar de estudiar, para empezar a aprender» está rozando fuerte en el interior de mí cabeza. Al igual que un pájaro enjaulado, mis ideas van y vienen, chocándose con las paredes de la cavidad craneana, intentando salir o penetrar más hondo aún en el fondo de mí alma.

  Y dejar de estudiar, para comenzar definitivamente a aprender, es en si una idea magnífica, que rompe con las estructuras sociales, con esos mandatos que nos van condicionando la vida.

   Antes de empezar a desarrollar este capítulo, quiero hablar un poco de lo que son los mandatos, que explicado a groso modo no son más que una vida prefabricada, estructurada según lo que es «correcto» o «socialmente aceptable». No es más que el guión que todos repetimos, orientado a la forma en la que tenemos que vivir la vida, debes estudiar, tener un buen trabajo, una familia (hijos, matrimonio), uno o dos autos, una casa, y así hasta el final de nuestra días. Es un tener y tener, pero no decidido por mí cuenta.

  Hay gente que no puede ver estos mandatos, o peor aún, me tildan de loco por creer en ellos, pero he llegado a la conclusión de que esos mandatos están tan internalizados en nosotros, que ya ni siquiera los percibimos, y hacemos las cosas por inercia, ni siquiera nos preguntamos si realmente queremos o no hacerlo, simplemente salen solas las cosas.

   Y estudiar alguna carrera, con el único fin de ser alguien en el futuro, es una de esas construcciones, y por eso la plantee como la primera de ella, pero me era necesario hablar un poco por encima de los mandatos, para entender mejor mí postura sobre estos temas que forman parte de este respectivo capítulo.

  A todo esto me formulo estás preguntas: ¿Por qué necesitamos ser alguien en la vida? ¿Necesitamos realmente un reconocimiento social para poder vivir? ¿Puedo vivir sin la necesidad de tener un prestigio? A todo esto se responde por dos caminos, una respuesta fácil, y otra un poco más difícil. Para empezar la fácil es que si, se puede vivir tranquilamente sin todas aquellas necesidades que no hacen más que elevar nuestro egoísmo, creyéndonos superiores por el hecho de haber estudiado alguna carrera. Ojo esta respuesta podría haber entrado tranquilamente en el capítulo de los moralistas, debido a que si querés prestigio, no debes ni tienes que estudiar cualquier cosa, siempre el prestigio va a estar ligado a carreras de alto nivel como medicina, abogacía, contaduría, carreras que de alguna manera te dan un «respeto social», que no es más que una desprecio a las demás carreras (más que nada las relacionadas a las humanidades), y las personas que las desean estudiar.

   Por otro lado la respuesta larga es la siguiente: hay un alto grado de expectativas aplicadas a la idea de estudiar algo, muchas veces tenemos la posibilidad de decidir que queremos estudiar, y otras bueno, nos dejamos manejar la vida por otros seres que van a decidir qué será de nuestro futuro, y nos toca hacernos cargo de nuestra debilidad, afrontando lo que se nos pone adelante.

   Estudiar algo genera—a demás de ansiedad, estrés, entre otras cosas—  un nivel alto de ideas, o expectativas relacionadas a que con ese estudio puedo tener el trabajo que desee, el puesto de mis sueños, aún así sabiendo que tengo dos caminos/salidas para diferente situaciones:

 

a)- En caso de que sea la carrera de mí sueños y haya sido estudiarla un ejercicio de mí libertad, pueden pasar dos cosas:

a.1)- Puedo llegar a través del esfuerzo y el sudor propio, a conseguir ese trabajo tan soñado que me solucionará la vida, permitiéndome crecer y desarrollarme como ser humano, ya sea profesional o socialmente.

a.2)- Siendo realistas ¿Qué probabilidad tengo de conseguir ese trabajo soñado a penas salga de la universidad? Esta es muy baja por su puesto, puede ser que a los meses de recibirme todo se me dé como en la opción uno, o quizás me tome mucho años llegar a ese sueño. Y antes de que digas algo esto no se trata de desmotivarte, sino más bien de acercarte una parte real de la vida.

 

b)- En caso de que no sea la carrera que yo elegí tengo otras dos opciones:

b.1)- Condeno mí vida a estudiar y a trabajar de algo que no me gusta, ni apasiona, con el fin de darle el gusto a los demás a costa de mí felicidad. Es decir vos mismo, sin la voluntad de terceros (en el sentido de que yo tengo el derecho de elegir lo que quiero), te colocas los grilletes y las cadenas que te harán esclavo de por vida.

b.2) O tomas las riendas de tu vida, das un giro de ciento ochenta grados, y cambias el rumbo de tu vida para siempre, empezando a velar por tu bienestar, y por sobre todas las cosas tú felicidad.

 

   Hoy en día en materia de estudio es todo más fácil, no era como antes. La vida sacrificada del estudiante ya no se hace con el ímpetu de hace treinta o cuarenta años atrás, hoy las nuevas comodidades sirven muchas veces para enfocarnos en otras cosas, hoy puedo aprender del conocimiento de mil libros sin la necesidad de estudiar una carrera fija, durante cuatro, cinico, o seis años. Pero a la hora del trabajo, y muchas veces visto desde mí forma de mirar, no resulta más que un impedimento, un título universitario no te define ni como persona, ni como profesional, porque puede ser más profesional el albañil que con prolijidad inmaculada deja la pared recién revocada de una manera perfecta, mientras que aquel que estudió una carrera puede resultar ser alguien que a pesar de contar con ese aval universitario, no sepa desempeñarse en el cargo que le han asignado.




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