El Hombre Pulga

Jay Hopkins y las Pulgas

Jay Hopkins, (hijo del Doctor Leonard Hopkins, un gran científico e investigador) era un joven estadounidense promedio del estado de Georgia. No compartía los gustos de su padre, como la ciencia o la química. Sino que era mas apasionado al deporte. Jay tenía 17 años de edad mientras cursaba el ultimo año de prepatoria. Sus notas eran regulares, su desempeño deportivo también. Tenía pocos amigos con los cuales compartir, pero con los cuales salía regularmente. De todas formas, todos los días, después de la escuela, se iba a su casa. Caminando hacía su hogar, cerca del mediodía se detuvo en un parque para llamar a su madre por teléfono. El sol golpeaba su cabello castaño y quemaba su piel blanca, mientras esperaba que su madre contestara.

-¿Mamá? ¿Estás ahí? 

-Hola cariño. ¿Todo bien? -dijo su madre, la sra. Gisel Hopkins.

-Sí, todo bien. ¿Papá ya salió del laboratorio?

-Fíjate que sí. Al parecer logró lo que quería y salió a conversarlo con uno de sus amigos.

-Que bien. Ya era hora de que saliera. ¿Estás en la casa? -preguntó Jay.

-Sí, pero ahora estoy saliendo. Voy a la universidad porque tengo que dar clases. Te dejé el almuerzo listo y por favor, limpia la casa esta tarde.

-¿Puedo limpiarla otro día? Quería dormir esta tarde. -dijo Jay algo irritado.

-No, por favor, limpiala esta tarde. Es posible que tu padre lleve gente a la casa esta semana con la cuestión del invento.

-Está bien. Lo haré, te amo.

Jay era un muchacho flojo y desorganizado. A veces, lleno de energía y otras veces, calmado y prudente. Era muy obediente a sus padres, leal a sus amigos y respetuoso. Pero con un carácter muy volátil. Sin duda, era uno de sus mas grandes defectos.

Llego a su casa como todos los días. Entró y se sentó a comer. Resulta que, estando solo en la casa encararía un peligro leve. El laboratorio de su padre se encontraba en el sótano de la casa. Habían conductos de ventilación que conectaba al laboratorio con toda la casa y por ahí, era fácil el traslado de animales pequeños. Las pulgas, las pulgas son animales muy pequeños. Las pulgas, llamados Sifonápteros, son un orden pequeño de insectos ápteros. Son animales hematófagos, es decir que se alimentan de sangre; y son parásitos de diversos animales. Para poder alcanzar a sus huéspedes, realizan grandes saltos que son capaces de realizar en proporción a su tamaño gracias a los resortes que poseen en sus patas. Se conocen cerca de 1900 especies. Son holometábolos, es decir que pasan por procesos de metamorfosis completa. 

Las pulgas alteradas que estaban en el laboratorio habían golpeado el cristal de la caja. Con suerte, rompieron el vidrio y se dispersaron por el laboratorio. Una de ellas, recorriendo el techo, entró a la ventilación. El peligro que estas pulgas representaban era alto por varios motivos:

1-Estás pulgas no eran pulgas normales, sino alteradas genéticamente.

2-Estás pulgas eran 20 veces mas grandes que una pulga normal.

3-Estás pulgas podían ser o no venenosas.

4-Al ser mas grandes, su apetito sería mucho mayor.

En fin, estas pulgas eran totalmente peligrosas y ahora estaban sueltas en una casa familiar. Jay continuaba limpiando. Mientras lo hacía, movía muebles, sillas y cambiaba cosas de sitio. La pulga que entró a la ventilación logró salir y caer en la sala, escondiéndose bajo un mueble sin que Jay se diera cuenta. Jay estaba totalmente distraido, en su mundo mental, cantando y limpiando, sin pensar en lo que le acechaba. Y el drama inició cuando movió el mueble en donde la pulga se ocultaba. Inmediatamente sintió un dolor impresionante en su pierna derecha. La pulga se le aferró para alimentarse de él. Al presenciar un insecto de ese tamaño pegarse en su pierna y picarlo, Jay gimió de dolor y trató de arrancarse el animal. Con su fuerza aumentada, la pulga no se despegaba de su pierna. Jay empezaba a golpearla, luchando por quitarsela. Al cabo de unos segundos, la pulga cedió y antes de huir, inyectó un potente veneno en la pierna de Jay. Aparentemente, las pulgas alteradas habían desarrollado un veneno singular. Dicho veneno podría ser letal, y muy probablemente Jay moriría. Agonizante y adolorido, se arrastró a la cocina para revisar su herida. Sangraba levemente y el dolor era insoportable. Intento hacerse un torniquete, pero antes de lograr hacer algo, se desmayó. Mas nada vió luego de eso, pues perdió la conciencia en la cocina de su casa. Las pulgas aun rondaban la casa, y su padres tardarían ciertas horas en llegar.



#4911 en Ciencia ficción
#30937 en Otros
#9840 en Relatos cortos

En el texto hay: ciencia, experimento, poderes

Editado: 08.01.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.