Una semana luego del incidente, sin dejar de trabajar en un compuesto químico que permitiera revertir los efectos del suero alterador. En medio de la preocupación y el llanto, no se había percatado que la forma de devolver a su hijo a la normalidad era utilizando el propio suero alterador. Sin embargo, debido al exoesqueleto de Jay, no podría inyectarlo ni reorganizar su ADN. Por lo que se le ocurrió crear una variante del "Suero Alterador" que provocara el efecto contrario. Crear este compuesto no duró mucho tiempo ya que ya tenía la receta. El problema fue suministrarlo. Mediante el proceso de Vaporización (o ebullición) logró suministrar el líquido en gas, con el cual inundó toda la celda en la cual Jay se encontraba. Y tras pasar unos cuantos minutos, al desvanecerse el humo, pudo ver a la criatura tirada en el suelo, desmayada, cambiando. Lentamente, su cuerpo volvía a la forma original de un humano. Pero el proceso se hizo mas lento cada vez avanzaba más. Los brazos extras se cayeron. Las espinas se recogieron. Su cráneo volvió a su forma natural. Su deforme cuerpo tomaba forma de nuevo. Pero su ADN cambiaba lentamente. Este proceso de preevolución duró al menos un mes. Un mes en donde el Dr. Hopkins se dedicó a observar a su hijo 24 horas al día. Sin parar. Y tras haber pasado el mes, otro mes en el cual Jay estuvo en coma, el despertó. Al abrir los ojos, volvió a ver a sus padres alrededor de él, llorando de alegría otra vez por ver a su hijo sano de nuevo. Jay los abrazó y lloró con ellos porque para él fue horrible haber pasado por esta experiencia. Aunque su ADN no había cambiado por completo, ya que ahora era 80% humano 20% pulga, lucía como un humano normal. Y tras la rehabilitación, se iniciaron las pruebas de nuevo para verificar si Jay estaba en óptimas condiciones.