Una noche oscura en un acantilado de un profundo bosque lejano de toda la población urbana, donde se sentía paz junto al frío viento y el brillante paisaje. Un hombre al parecer solo yacía parado, mirando fijamente al cielo, muchos pensarán "ese hombre está loco" o "está intentanto acabar con su vida, cuando éstas ideas no podían estar más erradas, él sólo estaba hablando con su amada, embelesado por su belleza le contaba todo tipo de historias, todas sacadas de su brillante cabeza. Podría escucharse como algo loco, sin embargo, cada que este hombre visitaba a su amada para charlar, en el cielo se mostraba la noche más bella apreciada por el ojo humano. Este hombre, o más bien, señor estaba cruzando por sus 80's, gozando de una gran satisfacción y felicidad en su vida a pesar de sus dificultades económicas y de ser marginado de la sociedad al ser tachado y tratado como un "lunático" por sus extrañas prácticas, pero hasta donde él mismo sabía, nunca había cometido ningún acto ilegal ni había tratado mal a nadie como para ser llamado de esa horrible manera que le incomoda tanto y prefiere pasar por alto, solamente todas las noches que había luna llena se daba el placer de darse una pequeña escapada desde temprano por la mañana para dirigirse al mismo acantilado del bosque de siempre para esperarla con un hermoso ramo de calas moradas, alegando que eran las favoritas de su "esposa" como acostumbraba a llamar a su preciada amada, si amar con locura a su otra mitad era un crimen o razón para ser marginado, él sin dudas sería el mayor culpable.
Algo que muy pocos saben es el porqué de su profundo amor por las brillantes noches de luna llena. El hombre cuyo nombre es Viktor pertenecía a una familia de gran prestigio, a una temprana edad fue comprometido con una noble señorita, recordando la época en la que aconteció, él realmente no tenía otra elección más que aceptar un matrimonio miserable con una mujer no amaba. Lo que nadie imaginaba es que el corazón de Viktor le pertenecía a otra mujer cuyo nombre era Yvonne ella era unos años mayor y trabajaba como enfermera militar para poder tener algo de comida en su mesa debido a que la economía en ese tiempo fue paralizada por tiempos guerra siendo casi imposible conseguir un trabajo digno. Él desde que la conoció quedó fascinado por la increíble belleza de dicha mujer y luego de establecer un vínculo de amistad, todas las noches cuando la mujer se desocupaba de su ardua jornada de trabajo tenían encuentros en un remoto y hermoso lugar donde nadie sería testigo de su amor ni podrían ser juzgados por nadie. Sus conversaciones nocturnas eran de lo mejor, debido a que ambos contaban cosas interesantes, divertidas o tristes que les habían pasado en su vida, dando a relucir lo realmente distintos que eran pero a la vez tan iguales, con cada encuentro que tenían más enamorados estaban uno del otro siendo bastante notable. Una noche, casi al final de su increíble velada cuando Viktor estaba apunto que irse a su hogar, Yvonne lo detiene y con una sonrisa le dice "La próxima vez que nos veamos tráeme un ramo de calas moradas, son mis preferidas". A lo que Viktor de inmediato aceptó con gusto y se despidió para irse. Y así fue, su próximo encuentro fue en una noche de luna llena y le llevó el ramo de calas más hermoso que ella alguna vez hubiera visto, le agradeció con un gran abrazo y lágrimas callendo por sus pómulos, él le preguntó confundido sobre qué le pasaba y ella lo invitó a sentarse debido a que tenía algo que contarle, lo que él no se imaginaba es que lo que le diría lo dejó completamente destrozado. "Tengo que irme a la guerra debido a mi trabajo para ayudar al país, así que existe la posibilidad de que no vuelva..." El corazón de Viktor se caía a pedazos por escuchar esto así que hizo todo lo posible para convencerla de escapar y comenzar una nueva vida juntos, pero ella se negó rotundamente a su petición tomando en cuenta las graves consecuencias de esto. Esa vez disfrutaron como nunca lo habían hecho y al momento de decir adiós, nadie podía hacerlo así que Yvonne habló primero. "Júrame que si no vuelvo vendrás a visitarme aquí cada noche como ésta hasta que te olvides de mí" Viktor no supo dijerir sus duras palabras, sin embargo decidió aceptar la realidad y le dijo "Lo juro, la próxima vez que venga aquí a verte traeré un ramo aún más hermoso que este y romperé mi compromiso". Ambos sellaron su amor en un beso que fue una señal de adiós, teniendo la mínima esperanza de volver a verse, aunque las posibilidades estaban en su contra.
Meses después Viktor al ver que ella no llegó con otros funcionarios militares a la ciudad esperó día y noche el regreso de Yvonne hasta enterarse de la pérdida del amor de su vida, renunció a su compromiso, sin importar que esto condujera a la decepción y el enojo de sus padres y que lo echaran de su propio hogar, él no podía vivir con el remordimiento de estar casado con alguien que no amaba. Así que decidió cumplir la promesa que había hecho la última vez que la vió. Con sus mejores ropas y utilizando el poco dinero que le había quedado compro el ramo de flores sin importarle lo costoso que fuera y se dirigió hacia el lugar de ellos dos, la pasar por todos los árboles y llegar al acantilado se deslumbró con la preciosa luna llena que brillaba en lo alto del cielo, y con una gran sonrisa dejo en ramo de flores y dijo:
"Que hermosa de ves hoy, te extrañé mucho y cumplí mi promesa, te traje tus flores favoritas"
Fin