Historia de una hechicera
-Tengo que encontrar a mi sucesora, todo lo que obtenido a través de los tiempos no debe quedar en el aire, tengo que encontrar a una persona que sea igual de codiciosa que yo, este grimorio y mis poderes deben ser para alabar al dador de nuestros poderes, el gran Leviatán.-
La bruja Sadier Grast andaba en búsqueda de una insigne sucesora, cada investigación y cada creación debían seguir con tal de lograr sus planes, lograr arrancar el alma de las víctimas para alimentar sus poderes y su juventud, faltaba poco para lograr la obra de sus múltiples investigaciones.
La vieja anciana, bruja y codiciosa se convertía en lechuza para transportarse por los aires y escoger a las víctimas de sus terribles tareas, ella se alimentaba de miedo, tristeza, lujuria y dolor, buscaba y buscaba hasta que encontró a una joven niña, la observaba noche tras noche desde la ventana.
La pequeña niña decía
-¿Que Lechuza tan grande siempre se posa en el árbol de afuera, que crees que sea mami?-
-Sideral, no lo sé pero se dice que es de mal augurio, cierra la ventana-
Y la niña saltaba de su cama a cerrar la ventana de madera que había en su cuarto.
Algunas veces se le quedaba viendo hacia los ojos de la lechuza intentando descifrar que es lo que esta lechuza quería.
La pequeña Sideral sentía miedo y la bruja Sadier Grast se alimentaba de ello, logrando estar por más tiempo en forma de lechuza.
Noche tras noche Sadier Grast la vieja bruja cuidaba el crecimiento de la niña, esperando a que ella fuera tan madura para soportar la negrura de alma que ella poseía.
Sadier Grast una anciana harapienta, con túnica negra y cintas morado oscuras caminaba por las noches en el pueblo de Far Bell , ella tenía la fama de bruja, encantadora y nigromante, tenía piel demacrada por el tiempo, ojos color café oscuro, cabello plateado liso pero con una energía de muchacha joven, usaba en su mayoría zapatos negros con hebilla metálica, siempre cargaba un saco de cuero y un cayado de madera de roble, este cayado tenia escritos en un idioma muy extraño, se decía que era el idioma de los demonios que viven en el infierno, demonios que se aprovechan de la tristeza el dolor y los pecados que existen allí para seguir ingeniándoselas y tratar de salir de allí.
Pasaban los años y Sideral crecía, creció en su adolescencia y se puso hermosa, una muchacha bella de Cabellos negros y brillantes como el ópalo, ojos azules como el cielo, piel blanca, carita fina con mirada dulce y encantadora, hermosa y alta como los tres pinos del bosque, Sideral era presa de los halagos y cortejos de todos los jóvenes del pueblo, ella era encantadora, dulce, posesiva y de carácter imponente, sin embargo parte de su personalidad fue cambiando, parte de su personalidad fue creada por la malvada bruja.
La bruja Sadier Grast necesitaba a alguien duro, malévolo y perversamente hermoso, necesitaba una personalidad terriblemente odiosa, que de la boca le salieran sapos y una lengua tan precisa que encantara y persuadiera con su manera de hablar.
Sideral aun con los hechizos no cambio su forma dulce y encantadora de hablar pero su personalidad fue cambiando a tal grado que se convirtió en una malévola persona.
Luego de haber moldeado la personalidad de la joven con sus hechizos, la bruja Grast, decide preparar el escenario, el ambiente para dejar toda su vida, sus poderes y sus emociones en un brebaje el cual debía ser ingerido por Sideral para ser la muchacha predilecta, la nueva bruja Sadier Grast II.