Producto de una tragedia familiar como fue la repentina e inesperada muerte de nuestros padres, mis dos hermanos y yo fuimos separados y destinados a vivir con distintos familiares, ellos se fueron con una tía que vive al otro lado de la ciudad, mientras que yo fui a dar a la casona de un tío paterno que vive en el sur, a mis cortos 13 años estos sucesos me golpearon bastante.
Junio de 1932:
Mis primeros días fueron bastante gratos, mi Tío un ex médico que de vez en cuando atienda a pacientes en casa o hacia esporádicas vistas a amigos muy cercanos, vivía en una confortante mansión, donde solo tenía a un sirvienta, una señora mayor bastante cariñosa, nunca en mi vida había tenido tantas comodidades desde mi amplia habitación hasta la abundante comida, aunque mi tío nunca fue un mal tipo jamás tuvo una actitud paternal hacia mi persona, incluso llego a ser huraño, la única vez que mostró un gesto de cariño fue el primer día que llegue, en donde me removió el pelo con su anciana mano dándome la bienvenida, pero jamás fui malagradecido con él, me dio un techo donde resguardarme aquel invierno.
Julio de 1932:
A medida que pasaba el tiempo, los días se me hacían muy largos, para combatir el aburrimiento por las tardes recorría la mansión, era espaciosa, con montones de habitaciones vacías, en uno de esos trayectos me topé con la oficina de mi tío abierta que celosamente el siempre mantenía cerrada, aprovechando su ausencia me adentre en ella, pues él no volvería hasta la noche como solía hacerlo, siempre llegaba con jaulas con los animales más exóticos desde monos hasta lagartos y los más bellos pájaros, pero insólitamente jamas vi una de esas mascotas por la casa asi que inferí que mi tio se dedicaba al trafico de especies exóticas.
Una vez dentro de la oficina quede maravillado por la ostentosa cantidad de libros que allí habían, de casi todos los géneros, pero uno en particular llamo poderosamente mi atención, era de una portada de cuero negro azabache sin título alguno, pero mayor fue mi sorpresa al descubrir que estaba escrito por puño y letra de mi tío, en el hablaba sobre su devoción hacia la mitología griega en especial por una horrible criatura llamada QUIMERA una especie de hibrido en entre dragón, león y cabra, al cual mi tío definía como una “terrorífica belleza”, pero lo perturbador vino páginas más adelante, en un capitulo titulado “La Sociedad Quimera”, en el pude apreciar fotos de mi tío en su juventud, acompañado de otros tipos que posaban junto a unos extraños animales que jamás en mi vida había visto, ni siquiera en las enciclopedias de la escuela, eran todos de una apariencia grotesca, como si hubiesen mezclado las más variadas especies, dando como resultado esas abominables criaturas, al pie de cada foto se leía la soberbia frase “Dios no es el único creador” las siguientes páginas de traían contenido aún más chocante, en él se podía apreciar a un grupo de personas, (en el cual mi tío formaba parte), vestidos con oscuras túnicas, las cuales formaban un circulo alrededor de una gigante estatua de quimera, bajo esta foto tenía una leyenda que rezaba: “Algún día la Quimera volverá y se alzara gloriosa sobre la faz de la tierra”.
Estaba tan aterrado e ignoto ante magno hallazgo, que perdí la noción del tiempo y no me percate que la noche había caído, señal de que mi tío regresaría, estaba borrando toda huella de mi visita a su oficina, cuando escuche pasos, la puerta lentamente se abrió...
Continuara…