El humano del mañana del ayer

Capitulo 1

—Vas a hacer que pierda la vena —Rafael envuelve su pequeña mano alrededor de su antebrazo, para mantenerlo firme—. Los nano bots necesitan ir directamente a tu corazón.

Eva mira la mano de Rafael y se maravilla de la fuerza de su agarre. Todos los "Pecadores" eran fuertes, todos lo sabían, pero en realidad nunca había conocido a uno hasta esta noche.

Rafael era pequeño y bonito, y alguien en quien Eva estaría muy interesada si no estuviera a punto de morir desangrada. No parecía un fugitivo mejorado con biotecnología, pero eso es lo que era. Eso es lo que eran todos los "Pecadores". Rafael le empuja la aguja en el brazo y presiona el botón en la parte superior de la jeringa. La suspensión de nano bots en plata coloidal, se ilumina con una extraña luz púrpura.

En el momento en que los nano bots golpearon su sistema, Eva deja escapar un grito ahogado. No pudo evitarlo. Su sangre se sentía como si estuviera en llamas, y la parte posterior de su cabeza latía cuando algo en lo profundo de su cerebro se encendió.

Mira hacia Rafael, parpadeando para alejar las luces que bailaban frente a sus ojos.

—Aquí vamos —él le sonríe y señala su pierna, su muslo desgarrado y ensangrentado—. Ya tejiendo juntos. Estarás lista en unos veinte minutos.

Él se da la vuelta para alejarse y sé entonces Eva le agarra del brazo casi por reflejo—. Espera, por favor...

Hizo una mueca cuando el tejido muscular de su pierna se reconstruyó. El agujero donde la explosión había arrancado un trozo de carne de su pierna se estaba haciendo más pequeño por segundos.

—¿Por qué me ayudas? —pregunta y él le sonríe

—Porque como nosotros.

—No, yo...

—Eva. Podemos sentir tus ansias de más. Lo sabes, ¿no es así? —su sonrisa se desvaneció—¿Tu esposo lo sabe?

—Mi esposo...

—Él está con la Inquisición —le informa Rafael apretando los puños.

Eva se levanta de la mesa de operaciones e inmediatamente se arrepiente cuando el dolor en su pierna volvió a estallar a toda marcha. Nuevamente vuelve a caer, derrotada. —¿Los inquisidores? No, él solo... simplemente odia a los Pecadores.

—No, Eva. No lo es —se acerca a la mesa de trabajo de metal, recogió el taburete que estaba junto a el y lo deja caer al lado suyo—. Tu mamá se quemó en el incendio del '83, ¿verdad?

Eva asiente, recordando como en 2083 hubo muchos 'incendios', una redada militar que intentaba eliminar a todos los Pecadores del país. La biotecnología había sido la salvadora de la humanidad, permitiéndoles curar casi todas las enfermedades, prevenir todas las dolencias genéticas, pero todo se torció cuando los humanos descubrieron lo que realmente podían hacer con ella.

La modificación del ADN condujo a humanos especializados condenadamente buenos en su trabajo. Apenas tenían que dormir, eran tan fuertes como un ser humano, envejecían lentamente, no se enfermaban y podían sanar rápidamente. Fueron hechos para matar. Por supuesto, todo fracasó... y el gobierno tuvo que tomar medidas drásticas. Medidas letales o necesarias, como las llama la Inquisición.

Como resultado los Pecadores tomaron represalias y enviaron hombres bomba a distintos lugares. Los cuales a demás de devastación, cubrieron el cielo de cenizas y nano-desechos radiactivos que contenían todo tipo de ADN modificado. La mayoría de las personas no se vieron afectadas por él, pero resultó que los bebés sí. Eva había nacido en el '83, y seis meses después, su madre se había quemado cuando los Pecadores (los soldados que sobrevivieron) vinieron a reclamarla.

—Salazar estaba tratando de salvarte.

—¿Quién es Salazar?—pregunta

Rafaela sonríe—Fue nuestro líder, por un tiempo. Uno de los primeros —ella inclinó la cabeza—. Los inquisidores lo eliminaron la semana pasada durante la redada en el Centro.

—Espera, quieres decir...

—Así es —ella asintió—. En la redada de hoy estaba tu esposo.

—Están tratando de reclutarlo. Le dije que no se uniera, pero él... —Eva niega con la cabeza—. No me escucha

Se mira la pierna y ve que su cuádriceps terminaba de reformarse. El dolor se había pasado a ser leve, pero el aire alrededor de su pierna se sentía helado, el calor de los nano bots hacía que el contraste fuera aún más extremo. Las células de la piel comenzaron a formarse sobre el músculo expuesto en tiras perfectamente simétricas.

—¿Por qué no te escucha?

—Porque no sabe lo que he estado haciendo... —se calla Eva así misma, sufriendo de una ola de culpa que amenazaba con abrumarla cada vez que pensaba en David en estos días.

Nunca había querido lastimar a su esposo, no quería que se preocupara. Por eso había salido hoy en primer lugar.

Rafael se inclina sobre su muslo para inspeccionar su obra y se le acerca—¿Qué has estado haciendo exactamente?

—No era mi intención, al principio, de verdad... —se pasa la mano por el cabello y suspira—. Pero hace poco mi hermano murió y aunque nunca me lo dijo. Yo sabía que él me culpaba por la muerte de mi madre... Solo necesitaba escapar, ¿sabes? Y luego comenzaron los sueños.

—¿Decidiste buscarme o mejor dicho a los nano bots?

—Da igual, supongo. Cuando los tuve tan cerca por primera vez ... Parecían estar llamándome

—Elegiste el conocimiento en lugar de la ignorancia —afirma Rafael.

Pero Eva suelta un resoplido—Más bien placer que insatisfacción —ella besa y luego la suelta en cuestión de segundos

Las cejas de Rafael se le clavan encima—¿Funcionó?

—Sí, funciona. Muy bien.

—Entonces, ¿De qué se trataban tus sueños?

—Extraños, en su mayoría. Era como... —Eva cerró los ojos recordando—, como si yo fuera un ser alado. Con la capacidad de surcar el cielo, era fuerte y podía hacer cosas increíbles... mientras que todos debajo en la tierra me adoraban Abrió los ojos de nuevo y vio a Rafael mirándolo fijamente

Su mirada era bastante extraña—¿Eras un ángel?

—Sí un ángel, pero estaba protegiendo a Pecadores. Cientos de ellos. Levanté mi mano...—Eva levanta su brazo derecho y abre los dedos, como lo había hecho en el sueño—... y todos los inquisidores salían corriendo ante mi poder.




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