(Presente, en otro lugar de la ciudad)
Hwa-Young estaba feliz de saber que Dong-Sun estaba interesado en ella, no podía creerlo, se encontraba acostada en su cama mirando el techo, imaginando todo lo que podría vivir con él, a pesar que el joven había formado una mala reputación, eso a ella no le importaba, ahora lo quería, le recordaba tanto a su primer amor. Nuevamente recordó la existencia de Hyun-Ae, sentía preocupación pero a la vez estaba segura. Hwa-Young conocía que Hyun-Ae estaba comprometida por lo tanto su matrimonio estaba cerca, aun así necesitaba estar totalmente segura. Salió de su departamento en dirección a la tienda Yojeong,
Era una tarde de domingo, habían pasado tres días desde que Dong-Sun y Hyun-Ae se habían besado, Hwa-Young no imaginaba lo que había ocurrido. Al llegar a la tienda vio a Soo-Yun, entró y fue recibida.
Soo-Yun sonrió, miró a la Yojeong con una expresión que le gritaba que no dijera nada.
El hada sonrió.
Luego de varios minutos, Hwa-Young el hada se dirigió en busca de la original Hwa-Young. La anciana vivía en un lugar muy tranquilo, rodeada de naturaleza, era un sitio que le recordaba a su antiguo pueblo, una comunidad de personas ancianas que vivían en paz y armonía, alejados de las excentricidades de la ciudad. Cuando la yojeong llegó, vio a la anciana regando el jardín, tenía una gran variedad de plantas, unas con flores más hermosas que otras, la iluminación del sol resaltaba el plateado de sus canas, aún se notaba la belleza de aquella quien fue la mujer más hermosa del pueblo, el hada se acercó a ella.
La expresión de la anciana cambió bruscamente de calma a enojo.
La original Hwa-Young miró al hada con desprecio pero valoró el hecho de haber recorrido tanta distancia para buscarla.
Estando dentro, la anciana se dirigió a la cocina, tardó unos minutos y regresó a la sala, la yojeong se encontraba sentada en un sillón, la mujer extendió un brazo ofreciendo una taza llena de té caliente.
El hada la miró, su rostro reflejaba tristeza, un par de gotitas saladas asomaron en sus ojos y rodaron hasta caer al suelo. Mágicamente la yojeong y la anciana se transportaron a otro lugar, la escena era clara, estaban reviviendo el momento del recuerdo del hada, el recuerdo de aquella noche. La anciana intentó tocar el lugar, pero la yojeong habló –No lo hagas, no debemos cambiar nada del pasado- juntas solo apreciaron el vívido recuerdo.
Editado: 02.03.2019