El infiltrado ingles (enlazados3)

Veintiséis

Alice 
 


Dormí como nunca, creo que era el efecto del vino que me tome con Ian ayer, a mi mente llegan los recuerdos de todo lo que paso, todo lo que hice, le conté que fui a la cárcel y que tuve algo con Franco Damiani y para rematar nos besamos, ay no qué embarrada. Pongo mi cara contra la almohada y grito

- ¿Qué te pasa? asustas a la gente Alice – volteo a mirar a Brina que esta peinándose –

- Nada Brina ...

Se va dejando con la cabeza hecha trizas, salto de la cama y entro al baño, me ducho con el agua helada, necesito eso para que mi mente deje de mortificarme, voy a mi armario y como nunca nada de lo que tengo ahí me lo quiero poner hoy, así que veo unos jeans, camiseta, chaqueta, con eso me quedo.

Desayuno velozmente porque quiero llegar primero que Ian a el conglomerado, necesito acallar mi conciencia, me siento apenada y avergonzada; para mi fortuna el transporte no llega rápido, y cuando lo hace esta a reventar, me deja dos cuadras antes y me toca caminar, antes de llegar divisó una cafetería, entró y como se que Ian es comelón, le compró un batido de chocolate y unos panecillos, esto es a modo de disculpa por todo lo de ayer.

Los pasillos del conglomerado están prácticamente vacíos, estoy esperando el ascensor y al abrir en el primer piso, me estrello con la imagen de Franco, digo buenos días y me coloco en un extremo de este; faltando 3 pisos hemos quedado solos Franco y yo

- Eso no es saludable Alice, eso tiene muchas calorías – volteo a mirarlo –

- ¿Quién te pregunto? – frunce el ceño –

- Andas como grosera mujer ... eso no te va a salir ni hoy ni mañana – bufa –

- Al final es mi problema ...

- Umm ... como has cambiado

- Ey modelito que parte de que me fastidia tu presencia no captas, a ver cuéntame ¿Qué quieres de mí? Dilo con tranquilidad – cambia de posición y para el ascensor –

- Quiero que estés bien, no confió en el niñato ese, no lo conocemos, no sabemos nada de su familia, puede hacerte daño – me carcajeo –

- Tu ... queriendo que yo esté bien, no te molestes Franco, el que sigue jodiendome la vida eres tú, ya me denigraste como mujer y ahora pretendes hacerlo con mi trabajo, y ajá ¿Qué te pasa con Ian? – pincho el botón para que el ascensor siga –

- No te vayas por ahí Alice, pensé que eras otro tipo de mujer y que ya lo habías olvidado, además por eso te pedí perdón, entendí el punto – lo miró sorprendida –

- En serio, o sea ... estás mandado recoger Franco – intentó salir y me toma del brazo y me jala hacia dentro otra vez –

- Yo te gusto, debería decir, estas enamorada de mí, eso no ha cambiado – me carcajeo –

- Lamento contradecirte, deberías soltarme recuerda que fui a la cárcel por hacerme respetar y en estos momentos no dudaría en hacerlo – me suelta y se acomoda el saco impoluto que lleva –

- Te besaría ahora y sé que me corresponderías – me sigo riendo, note que ha parado el bicho este –

- Pobre iluso te dicen – vuelve a jalarme hacia él –

Siento sus labios sobre los míos, lucho porque no quiero que me toque, forcejeo y los panecillos caen al suelo del ascensor y siento algo caliente en una de mis manos, empiezo a dar patadas a lo que sea, cuando logró zafarme, le tiró el chocolate caliente, escuchó su grito aprovecho y pincho el botón, el ascensor se abre y salgo disparada de ahí, no sin antes tomar los panecillos casi destruidos.

Me encuentro con Mary de frente, la verme su rostro cambia, le pido que, si en ese piso hay un baño, me lleva en silencio, me dice que ella está ahí para lo que necesite. Entro al baño, me miro al espejo y me lleno de rabia, me beso el imbécil, me miro las manos y una esta levemente roja, en el momento que le tire el chocolate o quizás antes, no sé, me cayó a mi un poco, vuelvo mi mirada hacia el espejo del baño y me rio, me carcajeo, el imbécil debe estar quemado.

Al salir del baño esta Mary en la puerta esperándome

- ¿Estás bien? – me escanea toda –

- Ahora si – suelta el aire retenido y se sonríe, me entrega un dulce –

- Me preocupe ... puedes contar conmigo para lo que necesites

- Gracias ... simplemente que hay personas que aprenden a las patadas o a los quemones – nos reímos - ¿Ian esta en su oficina?

- No, esta en una reunión, pero espéralo dentro de la oficina

- Gracias por el dulce

Me siento cómoda en ese ambiente, noto que esta la cámara en el escritorio, la tomo y empiezo a ver todas las fotos que hay guardadas, vuelve mi mente a mortificarme ya que hay imágenes de la cena con Ian, son unas fotos mías y otras de Ian, y yo siempre con la copa de vino en la mano, pensara que soy una alcohólica.

Abren la puerta abruptamente, entra Ian con Mary indicándole algo de una reunión y no sé qué cosas más, se enfoca en mí y me sonríe, vuelve mi mente a mortificarme

- ¿Madrugadora? Como estas – me da un beso en la mejilla –

- Ee ... si, quería disculparme contigo, la otra noche dije e hice cosas de las cuales, tengo vergüenza y no quiero que malentiendas – se sienta con el ceño fruncido –

- ¿De qué hablas? – bufo –

- Ay, Ian hable de más y no quiero que nuestra relación de amistad y de trabajo se vea afectaba, además ¡nos besamos! ... no estoy para relaciones

- Nuestra relación no se va a ver afectada por tu pasado ... sabes ahora te entiendo y por el beso, aquella noche me dejaste claro, que no estas para relaciones y yo entendí, pero yo si quiero decirte que no me alejaré de ti y esperaré pacientemente – me sonrió –

- No mas besos ... - se sonríe –

- Hasta que tu me los pidas, igual estoy abierto a que me beses cuando quieras – me sonrió y se enfoca en los panecillos –

- Te traía estos panecillos y un batido de chocolate caliente a modo de disculpa, pero sufrieron la embestida de un imbécil – le paso los que sobrevivieron – estos se salvaron




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