El infiltrado ingles (enlazados3)

Cuarenta y Tres

Alice 
 


Hace unos días atrás había probado el viaje en tren y hoy lo volvía hacer, pero es un viaje que sentí más corto y con una buena compañía, Ian. Mis sentimientos están claros hacia él, a veces nos toca padecer una desilusión y que nos rompan el corazón para encontrar algo mejor.

Mi corazón empezó a sanar cuando me di cuenta de lo valioso que es Ian, un chico que no la tuvo fácil desde que salió de la casa de sus padres, pero entendió el sentido de la vida, se repuso de cada desilusión, de cada tropiezo saco lo mejor de sí mismo, logró sin ayudas hacerse un nombre, encontró en su camino a su nueva familia y en este momento me siento afortunada de encontrarme con él.

Milán nos recibe con su clima habitual, lluvioso y denso, salimos de la estación de trenes tomados de la mano, caminamos hasta salir hasta la avenida más cercana hay tomamos un taxi que nos llevaría hasta mi casa; ya dentro del auto busco mi teléfono y miro la hora, son más de las 7 de la noche.

Desde el auto diviso a mi madre en la entrada de la casa, su rostro se ve cansado y en ese instante siento culpa, no demoró mucho en bajarme y salir a su encuentro, al verme su rostro se ilumina y no me contuve y me eché sobre sus brazos, no sé en qué momento las lágrimas hicieron acto de presencia y tampoco sé en qué momento mi padre se hizo partícipe de ese abrazo, Brina al verme saltó sobre mí, eso sí me sorprendió ya que no somos muy dadas a las muestras de cariño.

Las disculpas fueron pocas y el regaño más que merecido, les conté en realidad que paso y porque actúe de esa forma tan inconsciente.

- Alice ... espero que no vuelva a pasar, la vida está plagada de todos estos desafíos, debes aprender a afrontarlos, no enloquecer y salir corriendo – miró a Ian que permanece en silencio y me hace señas para que escuche –

- Mami ... yo se

- Debes hablar y arreglar las cosas con Julia – asiento –

- Si, fuimos presas de malentendidos y de las circunstancias

- Eso incluye a Fabricio, ese muchacho ha estado sometido a mucho estrés y los errores los cometemos todos

- Yo se ... mami

Mi madre tenía razón, más bien siempre ha tenido la razón en todo; la acompañé a colocar la mesa, conversamos del viaje y de la prohibición de la moto, tenía permiso de utilizarla dentro de la ciudad, fuera de ella no, accedí no tenía cara para negarme.

La cena estuvo llena de risas y de una comida deliciosa, al final de esta Ian con mi padre se alejaron a conversar, me senté en las escalinatas de la casa y los veía reír y hasta abrazos se dieron, sin más mi padre llamo a mi madre y fueron más risas, caminan hacia mi

- Alice – me llama mi padre y me toma de la mano –

- Si ... papá – se sonríe y mira a Ian que también sonríen –

- Acabamos de conversar con Ian sobre su incipiente noviazgo y siendo sinceros, nos alegra que tengan una relación, me deja tranquilo que estés con un hombre honorable – volteo a ver a Ian y esta con la cara seria como sosteniendo la respiración –

- Yo sé papá ... - me interrumpe mi mamá –

- Debo añadir que quiero que te comportes a la altura Alice, Ian es un chico bien portado trabajador y sé que estarás en buenas manos – frunzo el ceño –

- Ma ... ¿no crees que él estará en buenas manos también? – suspira –

- Yo sé lo que tengo por hija, eres impulsiva, a veces un poco contestona y si hablamos de filtro, es casi nulo, Ian te da esa pausa que necesitas y sé que él estará en buenas manos, eres una chica que cuando quiere a alguien lo quiere de verdad y él es afortunado de encontrar a ti

- Ay mami ... - todos se carcajean –

Mi madre tenía razón, en sí nos complementamos muy bien; después de ser objetos de risas de mis padres nos dijeron que la antigua oficina de Mulata Design, la reformaran y será una habitación más, se sobreentiende para quien.

Cuando le dijimos que nuestro noviazgo será a distancia por el momento y de cómo lo llevaremos, no se opusieron más bien necesita que no utilice la moto fuera Milán y cuando me toque viajar hasta Florencia, seré escoltada por el señor Piero, o sea mi papá, y solamente viajaré en avión hasta allá; planearon en un mes una cena familiar en nuestra casa para hacer el oficial el noviazgo

- Mamá creo que te estas apresurando un poco ... estamos empezando – me mira feo y me señala –

- No me estoy apresurando Alice, simplemente quiero que la familia de Ian comparta con nosotros y sepan que cuando él esté aquí en Milán contará con nuestro apoyo – me tapo la cara y siento una mano cálida que envuelve mi mano –

- Señora Annette ... agradezco su compresión y no me opongo a que haga la cena, pero nos gustaría que se haga en otro momento, yo estoy iniciando en la escuela en Florencia y el trabajo está un poco duro y Alice está trabajando y estudiando ¿Qué le parece si hacemos la cena aquí en las afueras para navidad? – termina de hablar Ian y se iluminaron los ojos a mi madre –

- Me encantaría ... no se hable más en navidad haremos una gran cena

Ian tenía ese poder sobre las personas a su alrededor, las tranquilizada y sí a todos le da la pusa que necesitan.

Decidimos ir a esa hora hasta donde Julia, allá se encontraban los familiares de Ian y yo necesito aclarar las cosas, entre menos tiempo pase mejor; pedimos un taxi, de antemano mis padres sabían que la cosa se podía extender, por un instante me quedo viendo la calle, siento que me toman de la mano

- ¿Te molesto que tu mamá comentara lo de la cena? – suspiro y me apego a él –

- En parte si ... yo quiero que nos tomemos el tiempo para afianzar la relación y tener las dos familias juntas da la impresión de un compromiso para matrimonio y tú sabes lo que pienso

- Entiendo ... ¿No te casarías conmigo? – me sonrió –

- Tu mismo lo has dicho ... pero ¿por tener una relación sin matrimonio a la vista no quiere decir que se pueden dar libertades? Tu eres mi pareja ante todos, la diferencia es que estaremos en dos ciudades distintas




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