El Inicio Del Fin

CAPITULO 1

Mientras la mujer corría con todas sus fuerzas, su hijo trataba de aferrarse a ella y seguirle el paso tanto como pudiese. Lamentablemente su esfuerzo no servía de mucho, llevaban casi 20 minutos corriendo y lo que fuese que los estuviese persiguiendo no parecía rendirse.

—Mamá ya no puedo–dijo con las ultimas fuerzas que le quedaban el niño–me duelen mis piernas.

—Por favor Bend debes seguir– le dijo llorando su madre– si esa cosa nos alcanza...–no pudo seguir, no quería asustar más al niño de lo que ya estaba.

Bend no pudo mas y cayó desplomado al piso, había corrido mas de lo que un niño de 8 años debía.—Bend, hijo levántate por favor.
La mujer intentaba levantarlo en vano, pues su hijo había llegado al límite sus piernas no reaccionaban y ella estaba demasiado cansada como para cargarlo y llevárselo mientras corría.

Mientras sollozaba encima de su hijo oía como se iba acercando su perseguidor, pasos que podían oírse fuertes y claros retumbaban en el piso. Había oído historias de esas criaturas, te llevaban a un lugar con los ojos vendados si es que tenías suerte, llegado ahí te dejaban prisionero, pero te alimentaban bien con el propósito de alimentarse de ti luego. En el peor de los casos si veían que no les servías te asesinaban al instante. Ella estaba bien con eso, podía resistirlo, es más desde que todo esto comenzó ya no le veía sentido a seguir viviendo quería morir rápido y sin dolor. El primer año todo ocurrió tan rápido e inesperadamente, empezó con un fuerte terremoto que abrió toda la ciudad en dos, en tan solo unos minutos se formó un enorme cañón que se tragó a millones de personas. Los medios explicaban que se trató de un fenómeno natural, que saldríamos de esto y que muy pronto todo volvería a la normalidad, si hubieran sabido que equivocados estaban. El terremoto solo fue el inicio de una cadena de acontecimientos sobrenaturales que casi extingue a la humanidad entera, meses después del terremoto inexplicablemente un volcán que llevaba, según los científicos, siglos inactivo erupciono pero lo extraño era que no solo erupciono un volcán, todos los volcanes alrededor del globo terráqueo hicieron erupción simultáneamente sin explicación alguna.

Las pérdidas fueron innumerables, los religiosos empezaron a decir que el fin del mundo había llegado que Dios castigaría a las personas malvadas, que si nos arrepentíamos él nos salvaría, que la personas buenas serian llevadas al cielo con él, que esto solo era el comienzo. Esto último era lo único en lo que acertaron, acontecimientos extraños, como la muerte de absolutamente todos las aves del cielo, los constantes cañones que se abrían alrededor del mundo entre otros. Pasados 4 años desde el terremoto la humanidad como civilización cayo. Los medios de comunicación dejaron de transmitir, el internet dejo se emitir su señal, la electricidad no funcionaba mas. Los alimentos escaseaban ya que las personas millonarias compraron reservas por toneladas. Esto no gusto mucho a los demás quienes entraban a la fuerza a sus casas y saqueaban todo. Los servicios de agua y desagüe no funcionaron mas, todo empezó a tener un mal olor, poco a poco las personas fueron comiéndose entre sí. Para el quinto año la humanidad había dejado de ser una civilización.

Ya por el sexto año, cuando parecía que nada podía empeorar unas criaturas aparecieron, podría describirlas como monstruos, horribles y deformes, comenzaron a asesinar personas, a algunas se las llevaban vivas, nadie sabe para qué.

Marina hubiese preferido morir antes que seguir ahí, y lo hubiese hecho. De no ser porque en el año que todo esto empezó ella se enteró que estaba embarazada. Eso cambió todo radicalmente, si hubiese sabido que las cosas iban a empeorar tanto jamás hubiese aceptado traer a su hijo a este mundo tan horrible y cruel. Pero lo hizo, Bend llego a este planeta, sin conocer jamás lo que alguna vez fue. Pero ¿porqué pensaba todo esto ahora?

Dicen que cuando estas a punto de morir recuerdas todo lo que hiciste en tu vida, como una larga fila de recuerdos que van pasando y atormentándote sabiendo que tu partida está cerca.

Marina supo que ese momento había llegado, 7 años sobreviviendo a este mundo y aquí acabarían pero no quería que este fuera el fin del pequeño Bend, el solo tenía 8 años, nadie merece morir a tan corta edad, y menos de esa manera.

Aunque sus pensamientos le parecían largos y eternos, tan solo había pasado unos segundos en ellos. Con eso en mente lo decidió, su hijo viviría. De alguna forma u otra él estaría bien. Lo amaba demasiado como para dejar que muriese, si es posible sacrificaría su vida por él. Lo tomó en brazos y saco fuerzas de donde solo una madre desesperada podría, cargo a su retoño y se lo llevo hacia una fábrica que solo estaba unos metros mas allá. Obviamente estaba abandonada, parecía ser una fábrica química por los enormes tanques y anuncios de peligro que había por todos los pasillos. Marina sabía que lo mejor era esconderse ya que pronto se acabarían sus fuerzas. Los pasos seguían oyéndose a la distancia, por alguna extraña razón quien los seguía decidía no correr. Quizás sabía que Marina estaba cansada como para huir muy lejos o quizás le gustaba jugar con las personas, no lo sabía.




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