El Inicio Del Fin

CAPÍTULO 10 : ORÍGENES II

Jeremy estaba asfixiándose. Sabía que no resistiría por mucho tiempo, sus rodillas cedieron. Vió como la criatura que lo sujetaba del cuello impulsaba su otro brazo con la obvia intención de arrancarle los ojos tal como lo había visto en el noticiero. Jeremy cerró sus ojos resignado, moriría ahí. De pronto sintió nuevamente como el aire volvió a llenar sus pulmones.

Al abrir los ojos vió lo ocurrido.
Gina había golpeado a su agresor con una botella de vidrio en la cabeza. El golpe no lo dañó en lo absoluto, pero lo distrajo lo suficiente como para que lo soltara.

Jeremy tardó unos segundos en recomponerse. Gina, que ahora estaba acorralada contra la pared, buscaba algo con que defenderse pero no halló nada. La criatura llegó a su lado la tomó por el cuello y apretó con fuerza.

Jeremy veía impaciente como aquella “cosa" asfixiaba a su pareja. Inútilmente trató de ponerse en pié. Necesitaba respirar más.

Gina aún elevada en el aire, pateaba  el cuerpo se su agresor, pero éstas no daban el resultado esperado.

La “cosa" estiró el brazo que tenía libre y palpó la cara de Gina. Así fué bajando y tocando todo su cuerpo. De pronto al llegar al estómago se detuvo.  
Tras unos pasar un momento en silencio, soltó a Gina. La miró por unos cuantos segundos. Jeremy se puso de pié decidido a pelear con aquella “cosa" pero no fué necesario. La criatura dió vuelta y se alejó del cuarto del hospital saltando por la ventana, volviendo a la carnicería humana que estaba ocurriendo afuera.

—¿Estás bien?
—Creo que sí
—Lo siento en serio no pude defenderte—Jeremy lagrimeaba—por un momento creí que los perdería de verdad yo lament...
—No te castigues tu mismo, ninguno de los dos pudo hacer nada, esas...... “cosas" son mas fuertes que nosotros.

Gina lo abrazó. Jeremy correspondió al abrazo.

Unos fuertes golpes en el piso debajo de ellos seguidos de gritos interrumpieron a la pareja.

—Debemos salir de aquí.

Jeremy tomó la mano de Gina y la llevó con ella. Salieron lo más rápido que pudieron de la habitación. Las personas bajaban deseperadas. 
Ambos sabían que no era buena idea. Si no podían bajar la única opción que les quedaba era subir a la azotea. 
¿Pero una vez allí que harían? Ya pensarían en algo.

—Vamos—dijo Jeremy.

Subieron con facilidad el segundo piso, pero al llegar al tercero las cosas se complicaron. Decenas de personas se empujaban. Algunas querían bajar, otras subir y otras solo querían que ayuden a los pacientes que no podían moverse.

—Permiso, con cuidado, disculpe señora..¡permiso!. Quiero pasar con permiso.

Jeremy trataba de pasar entre toda esa multitud.

Derepente un ruido calló a todos.

¡PRUMMMMMMMMMMM!

Una explosión hizo que todos cayeran al suelo, al parecer salió de una de las habitaciones de abajo. Las reacciones no se hicieron esperar, todos corrieron asustados hacia la misma dirección: la azotea. Pasar se hizo mas sencillo.

Al llegar a la azotea. Todos comenzaron a verse entre sí. No era necesario ser adivino para saber lo que pensaban.

—¿Y ahora?—dijo un hombre rompiendo el silencio entre ellos.

—¿Alguien sabe que son esas cosas?—preguntó uno.

—Parecen zombies—respondió otro.

—¿Zombies? Acaso estas fumado, esas cosas nos descuartizan vivos. ¿Y has visto como corren? ¿No se supone que los zombies solo caminan?

—¿De donde sacaste esa absurda idea?

—De The Walking Dead amigo ¿De donde mas?

—¿No has visto resident evil?

—Ya cállense imbéciles ¿Qué no ven la situación en la que nos encontramos?—interrumpió un tercero—que importa lo que sean nos quieren exterminar.

—Y parece que lo están haciendo—comentó otro extraño mientras veía las calles por debajo de él.

Todos nos acercamos y el panorama era horrible.

La ciudad estaba llena de cadáveres por todos lados. Los autos chocaban entre sí provocando explosiones que terminaban en incendios. Las personas corrían asustadas tratando de escapar inútilmente de aquellos extraños seres.

La policía no servía de mucho, las balas no dañaban en gran medida a aquellas “cosas". Terminaban siendo como cualquier otro civil.

Aquellos extraños seres arrancaban los ojos a la víctima apenas la alcanzaban. Era lo primero que hacían. Las que ya estaban muertas eran excluidas de este proceso.
Las cargaban entre sus hombros y se las llevaban. Su fuerza era sorprendente ya que podían llevar ahasta seis personas adultas.

Todos miraban hipnotizados la escena cuando unos pasos interrumpieron su atención. Volteron la cabeza y grande fué su impresión al ver a una de esas criaturas frente a ellos.

Sin ojos, totalmente calvas, arrugadas y desnudas. Su forma era similar a la de un ser humano común y corriente, con la excepción de que ellos no tenían órgano reproductor, al menos no visiblemente.




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