El instante de tinta y sangre

Humano tan hueco

Un corazón partido

no le encuentra sentido

a un mundo tan corrompido

que humano por malherido.

Un recuerdo se lleva el viento

Un momento se queda el cuerpo

Un agujero se guarda el pecho.

En lo profundo del abismo un humano intentó saltar al precipicio, pero el nudo que lo mantenía atado lo freno. En el camino tropezó y calló a un pozo que era tan hondo, el humano no murió sólo su cuerpo se lastimó, el miedo lo apoderó y con ello el hoyo del pozo se tapó, de tanto que lloró su cuerpo no resistió y el vacío que dejó el silencio lo nublo.

-¿Por qué les ruegas a otros que no te lastimen, pero nunca te ruegas a ti mismo que no lo hagas?

El humano llevaba un daño en cada agujero que era tan hueco, en cada vidrio cortado, en cada trozo agrietado, por eso el fuego dentro de su cuerpo se extendió y quemó todo a su paso, todo por el cuchillo lleno de filo que cortó cada pedazo.

Moraleja: aunque haya costra encima de la herida no significa que la espina no se propaga en el alma porque la curita sólo tapa cada rajada de la navaja.




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